2 de Marzo 2013
Londres, Reino Unido
La vida en la ciudad es una carrera y más en una como Londres que es conocida como uno de los más importantes centros financieros, pero en una ciudad. cerca del centro hay una pequeña cafetería donde alguien está tomando su bebida para quitarse el sueño mientras estaba sumida en sus pensamientos mirando la ventana.
—El cielo está igual que yo sin vida—pensó ella mientras estaba mirando como dos gotas de agua caían.
Mientras ella estaba pensando en los sueños que tenía donde vivían aventuras, de cabalgar caballos, mirar ciudades con arquitecturas impresionantes, conocer personas cuya vida era llena de aventura eso le hacía sonreír de pensar en esos sueños pero estos se verían interrumpidos pues hubo un suspiro de varias personas en la cafetería mirando hacia un lado a lo que ella volteo en esa dirección para ver la televisión de la cafetería como mostraba imágenes de protestas en un país de Medio Oriente para luego seguir con el tema poniendo videos de Libia.
—Al parecer la situación ha empeorado más—pensó ella mientras miraba la TV para luego mirar su reloj. —Mierda me matará—pensó ella para ver que estaba un poco tarde para su trabajo y se paró rápido para pagar su café y salir corriendo en dirección como alma que lleva el diablo en dirección a las oficinas.
Al llegar se encontró la oficina vuelta un caos con personas corriendo de un lado para otro mientras ella trataba de entrar de forma disimulada para que no notaran que llegó unos minutos tarde pero cuando iba a escabullirse al ascensor algo le detuvo la mano para darse la vuelta y encontrarse con William.
—Maldición, definitivamente hoy será mi fin—pensó ella mientras miraba sorprendida y con el corazón a mil mirando a William que la veía con una mirada sombría mientras hacía más fuerte el agarre.
—Tu a mi oficina ahora mismo—susurro William mientras la miraba para ir junto con ella a la oficina.
Al entrar a la oficina que no era tan grande y cuyas paredes son de colores claros y un cristal que tiene vista a la ciudad además de contar con un mueble blanco y un escritorio blanco, contaba con pocas fotos de su familia organizadas perfectamente al igual que los cuadros con su título y fotos de viajes y reconocimientos. El color blanco representa paz, pero para ella esa oficina era como entrar al mismísimo infierno con el corazón a mil a punto de salir de su pecho con las manos sudorosas estaba parada con la puerta detrás mientras veía como William se sentaba en su oficina para mirarla fijamente. —Definitivamente hoy es el día de mi muerte—pensó ella mirando a William mientras tragaba, pero el nudo en la garganta le impedía respirar.
—Siéntate, tenemos que hablar—dijo William mirándola mientras levantaba una ceja para mirar la silla que está frente al escritorio.
—Es increíble que también se me olvidará caminar—pensó ella mientras se acercaba a pasos torpes a la silla para sentarse a lo cual el corazón le latía más fuerte como si fuera una bomba a punto de explotar.
—20 minutos—dijo William mirándola con los brazos cruzados en su pecho recostado en su silla.
—Maldición lo noto—pensó ella, los nervios la tenían que no podía ni respirar bien, pero tenía que dar una explicación.
—Lo puedo explicar yo…—dijo ella, pero fue interrumpida por William que comenzó a hablar.
—Deberías darme una buena excusa para llegar tarde—dijo levantando la voz mirándola seriamente.
—Tuve un pequeño accidente cuando estaba pidiendo un café y…—dijo, pero William la interrumpió otra vez.
—¡Si esa es la buena excusa debería echarte de este periódico porque no es la primera vez que llegas tarde! —dijo William levantándose de su silla golpeando su escritorio con la mano.
—Prometo que no volverá a pasar puedo ponerme a trabajar más si quieres—dijo ella suplicando a William a lo cual sentía un picor en los ojos señal que las lágrimas estaban por salir, pero ella las contuvo ya que necesitaba mostrarse fuerte.
—Además de la impuntualidad sabes que una razón de despido es que no hagas tu trabajo bien, he visto muchos errores de redacción en tu trabajo—dijo William acercándose más a ella que se sentía como una niña siendo reprochada por su padre.
—Redactar sobre el clima es lo mas estúpido en un país como este—dijo ella, pero al levantar la cabeza y ver la mirada de William ardiendo en ira supo que había pensado en voz alta.
—¡Es suficiente te quiero fuera de estas oficinas! —gritó William lo cual ella se asustó y al poco tiempo sintió algo caliente rodando por su cara dándose cuenta que las lágrimas que contuvo ya habían salido.
—Por favor perdóname no era lo que quería decir—dijo ella mientras su visión se nublaba por las lágrimas suplicando.
—¿No era lo que querías decir? ¡Entonces respóndeme! —dijo William.
—Espero que esto salve mi trabajo porque sino mi carrera llegará a su fin—pensó ella mientras veía como su futuro se derrumbaba.
—La razón de porque llego tarde es que redacto en mi blog sobre noticias, no pensaba llegar tarde por favor no me despidas amo mi trabajo—dijo ella mientras caían las lágrimas mirando a William.
—¿Un blog? —preguntó William cambiando su cara de confusión.
—Si, redacto noticias internacionales—dijo ella con la voz entrecortada y más lágrimas.
—¡Eso no quitará el hecho de que muchas veces he notado errores en la redacción de tu trabajo! ¿Sabes qué no hacer un trabajo bien es una causa para despedirte? —dijo William volviendo a molestarse
—Por favor dame un trabajo que nadie quiera o trabajar horas extras, por favor, pero no me despidas—dijo ella rogando a lo cual se sumaron más lágrimas.
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Editado: 10.05.2025