El celular calló junto conmigo al suelo, no podía creer lo que ese señor me había acabado de decir.. no podía creerlo. Quería hablar, tenía la necesidad de hablar, pero ese nudo, ese gran nudo en mi pequeña garganta me lo impedía.
Mis manos comenzaron a temblar y a sudar sin piedad a mí. Sentí mi cara palidecer, al tiempo en que comenzaba a sentir mis ojos llorosos. Nerviosa tomé el celular y marqué al numero que según era de mi mamá, llamé pero nadie contestó.
Me sentía aún angustiada, afligida, triste, impotente por no saber que era lo que estaba pasando.
Herodes se agachó y tomó el celular, lo escuché hablar con el teléfono pegado en la oreja, seguro hablaba con ese señor que solo está diciendo algo, no recuerdo más nada porque creo que me desmaye.
***
Herodes.
Lana aún seguía desmayada, la había colocado en su cama, bajé por un poco de alcohol para ver si reaccionaba.
Pensé en lo que me había dicho el señor al yo retomar la llamada, y entendí totalmente la preocupación de Lana, su mamá había sido encontrada muerta en el hotel donde se estaba quedando, según la descripción del señor fue la muerte más fea que han podido ver en su trabajo. Aunque cabe destacar que todavía no habíamos identificado el cuerpo, lo cual seria un palo duro para Lana, quien adora a su madre como no hay cosa en este mundo.
Subí con el alcohol para despertar a Lana, quien seguía tendida en la cama ¿Cambiada de ropa?, la moví un poco pero vi que no reaccionaba así que sospeché que alguien había entrado, ¿Quien sería? No sé, pero eso no era lo que importaba ahora, lo que importaba era identificar el cuerpo.
Pasé alcohol por su nariz una y otra vez, pero no reaccionaba.
_¡Déjame en paz! Te llevaste lo más importante que tenía _ grité a esa sombra que me mantenía inmóvil, aquello que alguna vez ví en mi.... otro sueño llamado pesadilla.
_No... me perteneces_ dijo por primera vez en un lenguaje que si entendía.
_¿Que eres?_dije entre lágrimas_¡¿Qué quieres de mí?!_sentí algo explotar muy dentro, todo mi cuerpo ardió. ¿Es un sueño o una pesadilla que tengo que vivir cada vez que cierro mis ojos? ¡Quiero una respuesta!
Sentía todo mi cuerpo electrificarce una y otra vez, como si el lo causara. Entonces cuando creí estar mas pérdida escuché otra voz: "No le perteneces, tu no le perteneces a nadie, solo a tí"
Entonces lo entendí..
Comencé a sentir mareos y mi respiración se acortó, desde que cierro mis ojos esto pasa.
No vas a soñar jamás hermosa, a partir de hoy te seguiré hasta que te encuentre muerta.
Lana
Abrí mis ojos de un sobresalto, y casi choco con la frente de Herodes, quien se encontraba mirándome detenidamente.
Lo empuje y me paré de la cama, volviendo a caer en ella por un fuerte mareo. Veía los labios de Herodes moverse pero no escuchaba.. no lograba entender lo que decía.
un raro pitido se introdujo en mi oído haciéndome encoger por el dolor que ne causaba, apretaba más y más mis oídos con el dorso de mi mano, luchaba contra la impotencia que tenia a causa de eso.
No podía visualizar a Herodes seguro había salido, por más que trataba de hablar no podía, ¿Que me pasa?
Entré en pánico y volví a desmayarme..
Ema
Estaba oscuro y caminaba a casa de Lana, teníamos desde el fin de semana sin vernos, tampoco se como está.
No tenía un buen presentimiento, el viento soplaba frío y batía mi cabello dorado. Tenía un abrigo de lana de oveja tejido a mano y abrazaba mis dos libros al frente mientras miraba atrás para asegurarme de que estaba sola.
Tenía una inquietud de que alguien me observaba al caminar, apuraba el paso más y más, sentía miedo.
"El miedo de un inmortal se puede olfatear a kilómetros"
_Sólo son mitos Lana, cuentos entretenidos para niños._le había respondido.
_Puede que sean reales pero en tiempos pasados._dijo ella en total calma.
_¿Cómo dices que se llama el libro?.
_Am.. Luna Roja.
Me congelé, sabía quién lo había escrito, sabía lo que podía pasar si alguien se enteraba de quien lo escribió, sabía que tanto ella como yó nos encontrábamos en total peligro.
Entonces sucedió, algo me golpeó fuertemente en la cabeza dejándome inconsiente.
Herodes.
Caminaba en la inmensa oscuridad de las calles, perdido en mis pensamientos, debatiendo en mi mente que ne sucedía, que estaba pasando en casa y en este lugar..
Estaba tan perdido que no vi lo que se encontraba en medio del camino, y tropecé con ello, la pica luz que se filtraba de la luna no me permitía ver, pero con mis manos podía palpar aquello que estaba atravesado en el camino. Comencé a palpar lentamente y podía sentir lo cálido, y lo suave que era aquella piel, la luna comenzó a subir lentamente, lo que me permitió ver con un poco de claridad lo que palpaba, era una chica de tez muy blanca, pelo rubio, a su alrededor se encontraban un pal de libros tirados a sus costados, tenía unos lentes los cuales le quedaban muy bonitos y unos.. labios pálidos.
Cargué el cuerpo conmigo y comencé a caminar, estaba seguro a donde iría, al parecer se había golpeado y quedado inconsiente.
Avanzaba lentamente en el camino oscuro y sombrío, la luna había sido tapada por las nubes grices y oscura a al igual que la noche. La oscuridad no es algo que me moleste, siempre he vivido en ella.
El cuerpo de la chica comenzó a moverse, seguía tranquilo, estaba desmayada inconsiente, necesitaba fuerzas para patalear.
__¡Baja me de aquí estúpido!_no le respondí, estaba enojada entonces comenzó a golpearme, no me importó hasta que dijo:
__¡Bajame, te acusaré con la policía, por golpearme, arrastrarme y ahora llevarme no se a donde!_comenzó a patalear, llevaba una capucha así que, ¿Quien no pensaría que soy un secuestrador o algo peor.