Bueno, nunca esperé hacer esto, menos contigo. Pero creo que la forma perfecta de llegar a ti es mediante las letras, porque ahí está la verdadera Mariana. La idea se me ocurrió de la nada, en una de las tantas noches en donde no podía dormir, pensando en cómo decirte esto, porque quería hacerlo de alguna forma. Si estás leyendo esto, significa que estoy muy lejos o que me morí, la primera creo que será la más probable, aunque la segunda nunca se descarta, es ley. En fin, no tengo idea de cuando ni como empecé a verte así, quizás desde que hablamos por primera vez o qué sé yo. La cosa es que... me gustas, oh Jesús, lo escribí.
Arderé junto a Satanás.
Pasaron varias cosas antes de asumir que realmente siento algo por ti, inconscientemente usé a alguien porque «No ''podía'' gustarme una amiga» y sí, encierro entre comillas eso porque se fue a la mierda, luego de terminar con ya sabes quién, me di cuenta de lo que sentía... y se lo dije a Camila, porque necesitaba hablarlo con alguien. Y adivina, la muy maldita se burló de mi como por una hora, luego me dijo «Pero si son solo amigas», no pude evitar reírme también. Con el tiempo se fue enterando más gente: Eva, Joos y Felipe. Todos tenían la misma respuesta que Camila, y ahí me di cuenta de lo idiota que soy... je, recordé algo... siento esto hace mucho más tiempo de lo que creía, todo el mundo lo había notado, menos yo, la idiota.
Y aun así me preguntaba todos los días: ¿Cómo mierda te puede gustar esa Mariana? Y no sabía la respuesta, solo sentía y ya, no era tan complicado, pero complicar las cosas es mi especialidad. Así que comencé a pensar, a revivir y analizar todos los momentos.
Y me sentí en paz, me siento en paz cuando hablamos, cuando jugamos, cuando miramos personas y comentamos su hermosura, cuando me abrazas de la nada, cuando me retas por cualquier impulso de idiotez, cuando me llamas «Idiota». Nunca fingí contigo, porque no era necesario, podía ser la persona más ñoña del mundo y aburrirte hablando de mis miles de videojuegos, pero tú seguías ahí, con una sonrisa. Mientras tú devorabas libros, yo devoraba videojuegos, éramos extrañamente parecidas y distintas a la vez. Quizás cuestiones lo que siento, y te entiendo, yo también lo haría. Pero agradezco haber podido conocerte, me enseñaste cosas bastante importantes, como a quererme, a no juzgar, a que más allá de una imagen de chica mala, había otra persona totalmente distinta, había una niña.
Nunca te pierdas, Mariana.
Elegí decirte esto ahora, porque sentí que era el momento indicado, y porque no quise arriesgarme a perder tu amistad completamente, varias veces me contaste que tus amigos terminaban enamorados de ti... y tú te alejabas. No creo ser distinta de ellos, por eso no me arriesgaría a perderte.
Y porque nunca fue necesario decir nada.
Para mí, lo más importante que me enseñaste es otro tipo de amor, uno donde una sonrisa o una mirada significa demasiado. En donde el título es solo un nombre, porque tenerte en una relación tradicional, era perder una parte de ti misma, porque tú necesitas ser libre, en todos los sentidos.
Esas horas hablando, de todo o de nada, de Larrie, de videojuegos, de ideologías.
De sueños.
Quizás esto termine mal, probablemente lo haga, aun así doy gracias por haber conocido a semejante loca, de verdad. Esa niña que me enseñó a ver todo de una manera distinta, que trató de sacarme del agujero, siempre te recordaré con cariño a donde quiera que vaya, y voy a recalcar el «niña» porque siempre te vi como una, una niña pequeña tratando de crecer, o quizás no, definitivamente no, eso te hace genial.
Creo que lo que más me gusta de haberme enamorado de ti, es que me hiciste libre. Oh sí, finalmente caí en el enamoramiento, uno que realmente no me molesta, en fin.
Me diste la libertad que tanto añoraba.
Mi preciada libertad.
Muchas gracias, gracias totales.
Voy a complementar esta carta a lo largo del año, nuestro último año... como voy a extrañarlas, mis niñas. Voy a llevarlas a donde quiera que vaya.
Lo siento.
Todo estará bien.