El zorro amarillo y el ave herida

IV: Mirándote, princesa

Y tenía razón, y odio tener razón. Aún lo quieres, aunque siempre lo supe, él es especial para ti. Sin embargo, ahora es diferente para mí, ahora me duele, ahora trato de encontrarle defectos y hacértelos saber, ahora siento celos y una puntada cada vez que hablas de él, porque ya no me parece tan bueno como antes, porque quiero ser egoísta contigo.

Pero no.

Porque ante todo quiero que seas feliz, eres parte de mis niñas, mis niñas van a ser felices a toda costa, me lo prometí, y yo no suelo hacerme promesas. Pero esta es importante, porque las quiero mucho.

Te quiero mucho.

Decidí que todos mis «te quiero mucho» irían en estas cartas, porque ya comprendí que nunca te los diré, al menos no como quiero. Hoy casi se me sale algo de lo que siento por ti, tú me insistías, hasta que cambié el tema.

La noticia del concurso me tiene realmente mal, me siento inútil, tonta, pasada a llevar. Quizás ninguna de ustedes comprenda lo que realmente es para mí perder esa oportunidad.

Perdí una posibilidad de ser libre.

Una importante.

Ese concurso me aseguraba una beca para ir tras mis sueños. Una beca para empezar de nuevo, lejos de todos, incluida tú.

Estoy tan frustrada, y quiero llorar como nunca, gritar. Pero me prometí no volver a comportarme como una niña, porque nos duela o no, ya no lo somos, ya hemos cambiado, todos lo hacemos.

Y eso no es malo, como dijo Chris.

No sabes lo triste que es, que esta niña de otro curso me hable tanto, cuando con la que quiero hablar eres tú, contigo puedo filosofar, hablar de verdad, cosas abstractas, sentimientos, historias, opiniones. Ella es tan vacía y superficial, todos lo son.

Creo que eso es lo que más extrañaré cuando me vaya.

Esas conversaciones eternas con cada una de ustedes.

Pero sobre todo, tu empatía a la hora de hablar, aunque a veces me moleste, porque Fernanda tiene razón, no todo el mundo es bueno, no todo el mundo merece todo tu amor, aunque pienses lo contrario, a veces hay que ser egoísta, quizás te enoje mi comentario, porque sé lo que piensas, aunque no lo creas.

Quizás tuve que hacer que me odiaras, quizás.

Quizás debí hacer muchas cosas.



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En el texto hay: poesia, cartas, el primer amor

Editado: 21.02.2019

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