Ya estoy harta. ¿Qué mierda fue lo que hice para qué me trates así? No puedo evitar pensar que aún te duele mi rechazo. Lo estuve pensando mucho, aguanté demasiado, pero ya no más. Quizás si debo dejar que mi yo del pasado encierre un poco de mí.
Siempre me enseñaron que, si era amable, recibiría lo mismo a cambio. Pero contigo, no funcionó. Tus constantes cambios de humor me duelen. Siempre he puesto una sonrisa a lo que me dices, creía que lo decías sin pensar, que tu intención no era herirme.
Pero una vez más me equivoqué, me equivoqué contigo. Y es triste, pensé que realmente te importaba.
Analicé el tiempo en donde me tratabas bien, eran pocos momentos, la mayoría de ellos, cuando yo te gustaba.
¿Eso significa la amistad para ti?
Estoy cansada de decepcionarme de la gente, estoy realmente cansada. Pensé que eras distinta, como tú me dijiste muchas veces.
Me cansé de ser esa chica amable, me cansé de aguantar cosas que no debo, me cansé de callarme lo que siento. Si este es el fin de nuestra amistad, que así sea.
Voy a ser egoísta, voy a pensar en mí.
No necesito que nadie me diga palabras hirientes, cuando mi mente ya hace ese trabajo por si sola. Esta vez voy a decidir por quién irme, y por quién volver.
Y por ti no voy a volver.
Lo siento si esta carta no va para ti, pero necesitaba sacar todo esto de alguna forma. Mientras escribo puedo pensar mejor las cosas.
Esto es para todas las personas de las que me decepcioné este año.
No planeaba editar esta carta, y no lo hago porque me arrepienta. Al contrario, siempre he pensado que cuando realmente puedes perdonar a una persona, es cuando la logras entender.
El mundo está lleno de perdón.
O al menos eso quiero creer.