Aquí estamos de nuevo, ¿no?
¿O no estamos?
Es una buena pregunta, le di vueltas al asunto, como todo lo que hago, quizás muchas, quizás muy pocas.
Eres mi musa, niña.
Así que estoy lista para que me inspires, inspírame como quieras.
Porque estoy lista para escribir destrozos.
Lista para escribir las risas.
Lista para escribir abrazos.
Lista para lo que sea que me hagas.
Estoy ardiendo en deseo de que hagas algo, que ya no va a dolerme como antes.
Que ahora yo estoy usándote a ti, usándote para escribir.
La maldición de los escritores es el amor, pero también es su mayor milagro.
Trata de dañarme y escribiré tus ojos.
Trata de frenarme y escribiré tu risa.
Trata de mentirme y escribiré tus letras.
Voy a escribirte todo lo que quiera, voy a usarte a mi conveniencia.
Porque he agarrado fuerzas de nuevo, porque me siento imparable de nuevo.
Hoy ha sido un día agitado, idioma atormentando mi mente de nuevo.
Pero ¿sabes?
La tercera es la vencida, la tercera fue la que me hizo rebosar vida nuevamente.
Y ahora mi sonrisa iluminará hasta el más vasto páramo, porque ahora quiero hacerlo todo, Mariana.
Ahora no tengo límites.
Así que voy a escribir, voy a hacerlo hasta caer de agonía.
Déjame llorar amor esta noche para que la sangre de mis manos se limpié en mi corazón.
Voy a escribirte tanto como quiera.
Voy a escribirte entera, Mariana.
Así que baila para mí.