Cuando el fuego quemó la daga esta no se consumió; solo se hizo más fuerte y su filo aumentó.
El silencio vino en la noche, susurrando ahí se quedó.
Porque un corte rompe el alma, otro más rompe el corazón y así se va la esperanza hasta que el fuego se consumió.
En mí no está la respuesta, búscala en quién la perdió.
Atte: El Zorro Blanco