Elantris. Edición X Aniversario y definitiva del autor

Presentación


Cuando hace unos diez años les presenté Elantris, se trataba de la primera novela publicada de un joven autor completamente desconocido. Como sabemos los viejos editores, los lectores hispanos suelen acogerse a la conocida tradición de que «más vale malo conocido que bueno por conocer», y en años de gran abundancia de oferta editorial suele ser un riesgo casi suicida atreverse con un autor novel.
Sin embargo, un editor ha de dejarse llevar por sus impresiones, sus feelings, que se diría ahora, y entonces, sin miedo alguno, me atreví a publicarla y les explique mis razones, que se resumen en una: se trata de una novela excepcional. Es amena, llena de sorpresas y centrada en personajes que interesan al lector. Una sorprendente bocanada de aire fresco, una rara novedad de la mejor fantasía épica con una historia completa y magistralmente satisfactoria en un único volumen.
Después, los años me han dado la razón. Elantris no es solo una novela muy, muy buena, sino que su autor es ya, pasados estos diez años, uno de los mejores y más sorprendentes de la narrativa fantástica actual. Todavía soy capaz de maravillarme ante las capacidades de un escritor tan prolífico como Sanderson y el excepcional nivel de calidad que caracteriza todas sus creaciones.
No he sido el único maravillado por la habilidad narrativa y el universo fabulador de Brandon Sanderson. Cuando Robert Jordan falleció en septiembre de 2007, no me resultó extraño que se decidiera que sería precisamente el joven (y todavía «novato») Brandon Sanderson quien se encargara de terminar la novela entonces en curso de redacción (A Memory of Light), que iba a ser el volumen final de la famosa serie La rueda del tiempo que Robert Jordan no pudo terminar. En manos del laborioso y prolífico Sanderson, esa novela final que Jordan dejó algo encarrilada al menos en sus notas, se ha convertido al final en tres volúmenes que Sanderson ya ha escrito y publicado: The Gathering Storm (2009), Towers of Midnight (2010) y la citada A Memory of Light (2013), que finaliza el encargo. Y eso sin olvidar la escritura de sus propias obras (¿hasta qué punto esta trilogía final de La rueda del tiempo, con su dilatada extensión, no es una obra más de Brandon Sanderson?).
Porque tras éxitos indiscutibles como la primera trilogía de Mistborn (Nacidos de la bruma) o esa otra perla en solitario que es El aliento de los dioses, tan sólo en los últimos cuatro años, Sanderson ha iniciado tres trilogías más: la segunda de Mistborn (ya iniciada en NOVA con Aleación de ley, en 2012), la de los Rithmatist (ya iniciada su publicación en España, como siempre en NOVA) y esa maravilla sobre superhéroes malvados que es Reckoners. Por no mencionar algunas novelas cortas como la fabulosa The Emperor Soul (2012), ambientada en el mundo de Elantris, que le valió el premio Hugo de novela corta en 2013. Y nos ha ofrecido también los dos primeros volúmenes (ambos ya aparecidos en castellano) de la que parece llamada a ser su magna obra (con permiso de Elantris, Mistborn o El aliento de los dioses…) que es La guerra de las tormentas. Ya se ha empezado a publicar en NOVA con sus primeros volúmenes El camino de los reyes (2012) y Palabras radiantes (2014), aunque inició su andadura narrativa (en la mente y los borradores de Sanderson) hace ya más de diez años y parece llamada a constar de unos diez volúmenes. Ahí es nada.
Por ello no es nada extraño que en mi reciente Ciencia ficción: Nueva guía de lectura, dedicada a las novelas del género me empeñara por comentar dos únicas novelas de fantasía. Una era Vencer al dragón, de Barbara Hambly (a propósito de la cual coincido en mi apreciación con el mismísimo Brandon Sanderson) y otra esta imprescindible ELANTRIS que llega ahora a su edición definitiva con este Elantris X Aniversario.
Al margen de sus valores intrínsecos (que comentaré más adelante), Elantris fue una primera novela muy bien avalada por la crítica. Un especialista como Orson Scott Card dijo de ella, nada más o nada menos que:
Elantris es la más bella novela de fantasía que se escribirá en muchos años. Brandon Sanderson ha creado un mundo verdaderamente original de magia e intriga y, con el rigor de los mejores escritores de ciencia ficción, lo ha hecho real en todos sus niveles.
Sin embargo, lo que convierte a esta novela en inolvidable son los magníficos personajes que ha creado. Verdaderos héroes quienes, enfrentados a la adversidad, encuentran fuerzas que ignoran poseer, cometen errores ante cuyas consecuencias no se acobardan y se sacrifican para salvar lo que vale la pena amar en su mundo.
Valoro mucho las opiniones de Orson Scott Card, quien, por ejemplo, me hizo descubrir autores como Robert J. Sawyer y otros cuya primera publicación en España se hizo en NOVA. Pero, en el caso de Brandon Sanderson, existía la posibilidad de que la opinión deCard fuese sesgada. No suele ocurrir, ya que, tal vez por su compromiso religioso, Card tiene un alto nivel de exigencia ética, pero en el caso de Brandon Sanderson, también mormón como Card, la sospecha podía estar justificada.
O sea, que leí Elantris con mucha atención y, sencillamente, me lo pasé muy bien leyéndola. Me interesó la situación, los personajes y, sobre todo, ese uso de la religión como herramienta para manipular a los seres humanos que, debo decirlo, siempre me ha sorprendido en algunos autores mormones, como Card o Sanderson en este caso. Aunque a mí me resulta sumamente atractivo e interesante, el uso en este sentido de la religión no es demasiado habitual en la ciencia ficción y la fantasía. Por eso, además de recordar siempre con cariño episodios como «Los alcaldes» y «Los comerciantes» de la Fundación (1951) de Isaac Asimov, en su día me atreví a publicar e incluso traducir para Ediciones B esa maravilla que es ¡Hágase la oscuridad! (1950), de Fritz Leiber, que no se publicó en España hasta finales de la década de los ochenta, casi cuarenta años después de que viera la luz en el original inglés.
En definitiva, el interés intrínseco de Elantris fue el que me hizo decidirme por una opción arriesgada y que no recomendaría en estos días a un editor de ciencia ficción y fantasía en España: publicar Elantris enseguida. Aparecida en Estados Unidos en mayo de 2005, la decisión se tomó casi inmediatamente a la llegada de las galeradas, y la ofrecimos ya a los lectores hispanos a menos de un año de su aparición en inglés. Como suele hacerse con un best-seller incuestionable. Y lo ha sido.
Me ayudó en la decisión la opinión de mi hijo, quien leyó la novela antes incluso que yo (llegan muchas propuestas de los agentes y no siempre las puedo atender todas de inmediato) y me la recomendó efusivamente. Mi hijo no es un lector particularmente adicto a la ciencia ficción y la fantasía como yo, o sea que su opinión añadía otro tipo de valor a Elantris. Posiblemente por eso, la novela de un autor desconocido como Sanderson pasó en mi lista de lectura por delante de otras obras de autores ya consolidados. La leí, como suele decirse, de un tirón, y el resto fue sencillo.
Más tarde, tomada ya la decisión y con el contrato de derechos en marcha, tuve la satisfacción de comprobar, por la reacción de la crítica especializada de Estados Unidos, que Orson Scott Card, mi hijo y yo mismo no éramos los únicos que habíamos gozado con la lectura de Elantris.
Si, como se dice, para muestra basta un botón, aquí lo tienen en un extracto del comentario que publicó la revista literaria especializada Publishers Weekly, donde, por cierto, se adornaba Elantris con un montón de estrellas para indicar su excelencia (lo que suele indicarse, en el argot profesional, como una starred review, un comentario con estrellas):
El excepcional debut de Sanderson en la fantasía (una novela estimulante y completa en sí misma y libre de los clichés habituales), ofrece de todo para todos: misterio, magia, romance, enfrentamientos políticos, conflictos religiosos, luchas por la igualdad y una escritura penetrante con personajes consistentes y maravillosos. La intriga y la emoción aumentan sin parar en una narrativa perfectamente equilibrada y de escritura afable. Tal como dice Orson Scott Card, Sanderson es un autor a seguir.
Pero incluso comentaristas insospechados daban inesperado crédito a esta primera novela de Sanderson como, por poner un ejemplo que me sorprendió, el Romantic Times BOOKClub Magazine, una especie de guía sobre narrativa de ficción que pueda interesar a un público lector predominantemente femenino, decía de Elantris:
En esta sorprendente primera novela, Sanderson ha creado un mundo completamente único que envuelve al lector en misterios y portentos desde la primera a la última página. Sarene y Raoden son personajes convincentes y es maravilloso ver a una heroína femenina fuerte que no acepta componendas respecto de su propia integridad.
Y, como era de esperar, la «biblia» del género, la especializada revista Locus (en su número de agosto de 2005, cuando yo ya había tomado mi decisión de adquirir los derechos), decía de Elantris, en palabras de Faren Miller:
Fascinante. […] Está realizada con tal pericia y habilidad que inmediatamente se olvida que es una primera novela. Es un debut excepcional.
Y podría dar muchos más ejemplos.
Brandon Sanderson es joven, y cuando apareció Elantris no había llegado todavía a la treintena. Vivía en Orem, ahora en Provo (estado de Utah), y obtuvo la licenciatura en inglés en la Brigham Young University. Es profesor de lengua y literatura y ha seguido un máster en escritura creativa. Antes había estudiado bioquímica y, siendo creyente de la iglesia de Los Santos de los Últimos Días (LDS: Last Days Saints, los conocidos «mormones»), estuvo los preceptivos años como «misionero» en Corea. Fue a su regreso de allí cuando se especializó en lengua y literatura inglesas.
Ha escrito varias novelas, pero la primera publicada fue, en realidad, la sexta, escrita en 2000: Elantris (publicada en Estados Unidos en mayo de 2005). Los interesados pueden consultar su página web: www.brandonsanderson.com. Es algo impresionante y vale realmente la pena.
Elantris, que parece una novela de fantasía épica, no es solo eso. Faren Miller, de Locus, lo detectó claramente destacando en ella un tono no-conformista no excesivamente habitual en la fantasía. No en vano, Sanderson dice haber empezado a leer fantasía a los catorce años, cuando cayó en sus manos una novela sumamente inteligente e irónica como es Vencer al dragón (1985, NOVA fantasía número 7), de Barbara Hambly. Faren Miller destaca claramente en Elantris esa posible orientación al recalcar el tono del prólogo, tan clásico en la descripción de una fantástica capital de seres inmortales como había sido la ciudad de Elantris, para finalizar introduciendo, ya en el mismo prólogo, un dato sorprendente y casi subversivo: «La eternidad terminó hace diez años».
Esa es precisamente la situación: la ciudad de Elantris, poderosa y bella capital de Arelon, había sido llamada la «ciudad de los dioses». Antaño famosa sede de inmortales, un lugar repleto de poder y magia, Elantris ha caído en desgracia, Ahora solo acoge a los nuevos «muertos en vida», postrados en una insufrible «no-vida» tras una misteriosa y terrible «Transformación».
Un matrimonio de estado destinado a unir los dos reinos de Arelon y Teod se frustra, ya que el novio, Raoden, el príncipe de Arelon, sufre inesperadamente la «Transformación» y se convierte en un «muerto en vida» obligado a refugiarse en Elantris. Su reciente esposa, la princesa Sarene de Teod, creyéndole muerto, se ve obligada a incorporarse a la vida de Arelon y su nueva capital Kae, a la que aporta un nuevo elemento: la novedad y, tal vez, el caos.
Mientras, el embajador y alto sacerdote de otro reino vecino, Fjorden, va a usar su todopoderosa religión y su habilidad política como manipulador de seres humanos, para intentar dominar los dos reinos, Arelod y Teod, y someterlos a su emperador y su dios.
En su estructura la novela alterna las visiones de los tres protagonistas, el príncipe Raoden, la princesa Sarene y el sacerdote Hrathen, componiendo unos personajes entrañables en un entorno peculiar.
No voy a decir mucho más del argumento de Elantris, pero sí recomiendo a los interesados en la literatura fantástica el artículo «La Forma y lo Fantástico», del propio Brandon Sanderson (puede encontrarse en su página web antes indicada). Se trata de un trabajo académico que dice mucho del intento literario del autor y de los intereses que lo mueven.
Sanderson demuestra, como suele decirse, «haber hecho los deberes» y teoriza en ese ensayo sobre la «forma» propia de la literatura fantástica en torno a tres ejes fundamentales: los personajes, el tema y la prosa. Usa ampliamente referencias a algunos textos clásicos sobre el arte de escribir debidos a Henry James («The art of fiction» en Partial Portraits, de 1888), Joseph Campbell (The Hero with Thousand Faces, de 1972), Ursula K. Le Guin («Mith and Archetype in Science Fiction» en The Languajes of the Night, de 1979), y el mismo Orson Scott Card (How to Write Science Fiction Fantasy, de 1990).
Para defender su manera de construir Elantris, una novela de fantasía épica que rehúye los esquemas habituales, Sanderson la contrapone al esquema tradicional ya indicado en la clásica referencia de Joseph Campbell sobre el «héroe de las mil caras». Un esquema que hallamos en El señor de los anillo, de Tolkien, y en su inacabable séquito de imitadores, casi siempre como un viaje iniciático de búsqueda (quest) del protagonista, ya sea Frodo o, por poner ejemplos cinematográficos cuyo autor, George Lucas, ha hecho explícita referencia a la tesis de Campbell, Luke Skywalker o Willow.
Sanderson comenta queMoshe Feder, editor de Tor, se sorprendió al leer Elantris y le hizo notar que «No hay viaje. No es como los otros libros de fantasía». En efecto, Elantris es una fantasía distinta, tal vez como la que ahora escribe George R. R. Martin, a quien, lógicamente, Sanderson también aprecia y alaba.
El joven autor desarrolla su tesis en favor del cambio:
Muchos escritores contemporáneos, algunos de ellos muy buenos, se han restringido a sí mismos al estándar asumido de la fantasía. Escriben relatos sobre jóvenes héroes que son llamados a una búsqueda misteriosa, ambicionan el poder, y llegan a la madurez al superar sus tribulaciones. Siguen el Síndrome de Campbell paso a paso, e intentan estar seguros de que no dejan nada al margen.
El movimiento ha ganado tal impulso (en parte por Tolkien, cuya obra exhibe el Mito del Héroe pero no lo sigue) que se ha convertido en sinónimo de fantasía. Y, a causa de ello, el género está amenazado de estancamiento.
Esto, por supuesto, plantea un interrogante. La fantasía es todavía un género en su adolescencia —el movimiento contemporáneo no empezó hasta los años setenta. Las historias que utilizan el mito del héroe siguen vendiéndose bien —en realidad se venden mejor ahora que antes. Y por lo tanto, ¿por qué cambiar?
Respondo que debemos cambiar porque la adolescencia pasa y los lectores de fantasía se hacen mayores. Los lectores de fantasía empiezan a estar cansados. Muchos de mis amigos, antes lectores ávidos de fantasía, han dejado de leer novelas del género a causa de su redundancia. Lo que antes sugería maravillas, ahora se ve como obsoleto y excesivamente trillado. Preveo serios problemas en el futuro si no reconocemos el Síndrome de Campbell y lo afrontamos.
Coincido al ciento por ciento con esta idea de Sanderson, y debo decir que bastantes novelas de fantasía actuales (esos epígonos de Tolkien que tanto abundan) me aburren. Hay pocos títulos (demasiado pocos) de fantasía en mi lista de novelas imprescindibles, y, con toda seguridad, es por agotamiento de un cliché que, como a Sanderson y a sus amigos, hace tiempo que ya me cansa.
Es posible que la apuesta de Sanderson sea arriesgada. Existe un lector acomodaticio que se conforma con «más de lo mismo» (ese lector al que Julio Cortázar tuvo el desacierto de llamar «lector hembra» en un desliz machista imperdonable). Pero, y esa ha sido siempre mi apuesta como editor, hay lectores inteligentes y amantes de la novedad. Y son (somos) muchos. Muchos más de lo que suele pensar una gran mayoría de editores.
Esta es la situación y esta es la apuesta, la de Sanderson como autor y la mía como editor. No fue una apuesta solitaria: en Estados Unidos la gran editorial Tor creyó en Sanderson y su Elantris, y su éxito se ha extendido por todo el mundo. Hay muchos editores que creen en la inteligencia de sus lectores y en la necesidad de renovar los esquemas, ya demasiado trillados, de la fantasía, tal vez excesivamente impregnados por la magna obra de Tolkien y su ejemplo como gran éxito de ventas. Los lectores nos merecemos más.
Me enorgullece pensar que es muy posible que la primera de las muchas traducciones que tuvo Elantris sea la que apareció en español en NOVA. Ahora, en justo homenaje y ligeramente corregida y renovada, vuelve con el marchamo de lo que realmente es: una de las mejores novelas de fantasía épica de todos los tiempos. Una obra inolvidable, capaz de ofrecer en cada lectura nuevos matices y hallazgos. Una verdadera maravilla.
Espero que la disfruten. Sinceramente, como yo ya he hecho. Y más de una vez…
MIQUEL BARCELÓ



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En el texto hay: fantasia, accion, magia

Editado: 15.09.2022

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