Desperté y ese pitido del infierno era más fuerte que nunca, vi en donde me encontraba esperando que fuera otro sueño.
Pero no lo era.
Estába en el techo del auto, los asientos sobre mí cabeza y en definitiva este autobús se volcó, vi la puerta y me moví hacía ella, pero con cada movimiento sentía un dolor que me martilleaba la cabeza, volteé hacia la ventana con dificultad y lo que ví me aterró mucho más.
Estába bajo el agua..., En cualquier momento esté bus se inundará conmigo adentro y eso me animó a avanzar más rápido a la puerta, presioné el botón y no se abrió, nada pasó, lo presioné una y otra vez y nada, el miedo se hacía presente, vi una biblia en el piso y empecé a golpear el vidrio
¿Porque con una biblia? Porque si.
Pero este ni se rasguño.
Mierda.
Mientras buscaba con que abrir la puerta vi la salida de emergencia y no dudé en correr hacia ella, pero no sé abrió por más que intenté, por más que le recé a ese puto dios no se abrió, escuché una voz lo cual me extrañó.
Provenía de la radio.
5599 ¿Estás ahí? ¿Estás ahí? 5599 ¿Estás ahí?
Tomé la radio y hablé—¿hola? ¿Hay alguien? Caí por un barranco y...el...el conductor desapareció, ¡ayuda por favor!— la voz paró, no se escuchó nada después—¿Hola?¿Hay alguien? ¡MIERDA RESPONDAN!
Nada...la rabia me calaba el cuerpo y no lo pensé dos veces al correr y golpear la puerta hasta que me doliera el cuerpo.
—Maldita sea— las lágrimas caían por mí rostro, pose mí frente sobré la puerta y tomé aire, iba a golpearla de nuevo hasta que vi algo en el asiento delantero que juro, juro que no estaba ahí antes.
Una palanca.
La tomé y traté de abrir la puerta por milésima vez y mí fuerza se incrementó al ver qué funcionaba, pero la puerta estaba muy trabada, no me alcanzaría para salir así que puse la palanca como soporte mientras toda el agua empezaba a entrar.
Salí lo más rápido que pude pero la palanca se dobló haciendo que la puerta se cerrara sobre mí brazo, haciéndome soltar un grito que quedó ahogado bajo el agua, podía sentir como la puerta me cortaba la circulación y la piel también, tomé con mí otra mano el extremo de la palanca y empujé hacia un lado para que la puerta se abriera al menos unos segundos, saqué mí brazo y nade hacía la superficie, el aire se sentía tan bien en ese momento, tomé varías bocanadas.
Pensar que estuve al borde de la muerte era una locura, podía sentir como se me salía el corazón por la boca ¿Pero que rayos acaba de pasar?
No entendía un carajo, vi el muro inmenso por dónde caí, luego me di cuenta de que estaba en un lago enorme y mí única forma de subir era trepando el muro rocoso, vi mi brazo herido y dudé.
¿Pero que otra opción tenía? ¿Quedarme aquí y morír? Si había una probabilidad de salir de esta entonses valdría la pena intentar.
En cuanto puse mí mano todo el brazo me dolía, salía sangre por montón, pero eso no me detuvo para empezar a trepar aunque no supiera bien como hacerlo.
Una piedra y luego otra y otra, estaba a mitad cuando me resbalo con la sangre haciéndome caer a rastras por el muro, me logré sostener antes de llegar al agua y el dolor era agonizante.
Terminé de subir y caí de espaldas al otro lado, mí respiración se tranquilizó y me percaté en donde me encontraba, era una carretera solitaria, no se veía nada más que la montaña a mí derecha y el largo camino delante.
¿Por dónde me voy ahora? Estoy seguro que venía por Connecticut, pero parece que estoy perdido, escuché que venía un auto y me levanté rápido, pero no había ninguno, escuchaba las bocinas pero nada, corrí buscando ayuda.
—¿Hola? ¿¡Hay alguien!?-—luego me di cuenta de que era parte de mí imaginación, que probablemente no había ningún auto, nadie.
Solo me dispuse a correr adelante, el camino se extendió a un bosque y la carretera en frente, pero hubo una luz que me llamó la atención, proveía de los árboles.
Había algo o alguien allí, de eso estaba seguro. Me adentré al bosque hasta que no se veía la carretera solo árboles, luego descubrí un sendero que me llevó a una reja, vi que al otro lado había un edificio, lo extraño es que no se ve desde la carrera.
Cómo si alguien ocultara algo aquí.
Lo que me llamó más la atención fue el echo de que no había ningún cartel, asea solo era un edificio en blanco, parecía un centro comercial, pero sin logo alguno, nada, eso despertó mí curiosidad de querer entrar, pero en ese instante esa vocesita en mí cabeza habló.
Es un lugar escondido, oculto de todos.
Quien lo construyó lo hizo por una razón que no debería importarte.
¡Sal de ahí si quieres vivir!
Pero no la escuché, había un letrero que decía "cerca electrificada", pero cuando me acerqué no lo estaba, así que entré, al parecer no era muy necesaria la seguridad cuando nadie sabe tu ubicación, no se me hizo necesario trepar pues había una abertura y entré por allí.
Había una puerta de vidrio que se abrió al instante que puse un pie en la entrada, lo único que se veía era el mostrador vacío y dos pasillos con puertas, fui al pasillo de la derecha y empecé a avanzar.
¿Que carajos hago aquí? ¿Porque no doy la vuelta? ¿Porque sigo avanzando?
Escuché un llanto que me hizo salir de mi dilema, busqué para ver de dónde provenía, al parecer era de alguna de estas habitaciones.
Pero ¿en cual?
Abrí una, dos, cinco y me iba a rendir cuando el llanto aumento y abrí la puerta que solo tenía el número #113, al entrar lo que vi me dejó sin aliento.
Y una vez más...
Mierda.
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Editado: 21.02.2020