La chica observaba al noble dragón con duda en la mirada, aún le costaba creer los grandes cambios que estaba dando su vida de un momento para otro.
—¿Qué quieres de mí? —preguntó Mia llenándose de valor, aquella pregunta no había salido de su mente desde que Tain había comenzado hablar.
Él sabía que lo que dijera en ese instante sería la clave para convencer a la chica de unirse a la lucha de un pueblo que ella no sentía como propio aunque fuera parte de su vida y su herencia, analizó cada palabra, ya que la clave estaba en sus manos, se sintió fatal por sus argumentos pero tenía que sacar sus últimos recursos.
—Salvar el legado de tu madre, ella murió protegiendo el secreto de tu existencia, sus últimos días fueron exclusivamente para preparar el futuro para cuando llegara el momento todo te fuera más simple, te dejó las pistas necesarias, sabía que tu medio hermano iría a por ella, y no hizo nada para cambiar ese destino porque según sus propias palabras tu Mia estás destinada a grandes cosas y su muerte solo sería un paso a la verdadera liberación de Ganondorft.
—Estas diciendo que Marissa sabía que iba a morir y no hizo nada para salvarse.
—Eso dije —le respondió a Raziel quién se levantó molesto por aquella confesión no podía entender porque ella nunca lo elegía a él, una vez más había puesto a su pueblo sobre su propia vida, deseaba entenderla pero le había sido difícil vivir tantos años lejos de ella era una tortura, se sentía asfixiado y aunque habían acordado reencontrarse en la próxima vida de ella, aún faltaban muchos años y el futuro era incierto, en este punto el temía por lo que el destino le tenía preparado a su familia.
—Yo necesito un poco de aire —dijo y salió de la habitación, afuera se encontraba Selafiel, quién lo miró confundido ni siquiera pudo preguntarle qué había ocurrido. Una vez más el necesitaba sacar todo lo que llevaba dentro, el silencio era su mejor amigo en tan duros momentos.
Selafiel entró a la sala y observó a Mia, se notaba que estaba preocupada, este le asintió con la cabeza, mostrándole su apoyo, el admiraba la fortaleza de su sobrina y jamás permitiría que algo malo le ocurriera. Sin duda el cuidaría los intereses de Mia.
Tain observó el panorama y lo mal que se estaban tomando las noticias que portaba, decidió dejar para otro momento como murió su compañera. Aquella noche él había sentido su dolor no físicamente pero si por ese puente que los unía en uno solo. Fue un proceso duro, durante horas estuvo sufriendo lo mismo que ella, y necesitó meses para poder recuperarse tras su partida. Aquel día perdió a su amiga, su confidente, su reina, su compañera, todo se fue con su partida. Tain no tenía a nadie y con la muerte de Marissa había quedado totalmente solo, solo le quedaba cuidar a la heredera de su reino y la niña de su querida compañera.
—Entendemos lo que dices pero que puede Mia hacer por el reino, ella aun no domina su lado Regium —protestó Neahm
—Eso se soluciona cruzando la barrera y activándolos permanentemente, ella jamás aprenderá a usarlos aquí.
—¿Qué se supone que tengo que hacer?
—Reclamar tu derecho al trono, eres la primogénita
—Pero también una bastarda —lo interrumpió Selafiel —No olvidemos que ocurre con las mestizas en tu tierra, llevarla y presentarla ante todo Ganondorf sería condenarla a su muerte
—Es un riesgo, pero estoy seguro que Mia posee el poder suficiente para vencer a los elfos oscuros, eso le daría el derecho de vivir, ellos nunca se han enfrentado a la hija de un ángel y mucho menos uno tan poderoso. Mia es portadora de luz y solo eso es suficiente para desterrarlos de una buena vez del reino, con los elfos fuera del camino esa estúpida ley dejará de existir, tu madre ha protegido durante su vida a niños como tú, ese sería el primer paso para cumplir con tu responsabilidad como princesa.
—Teorías, solo eso tienes y pretendes arreglar tu mundo con solo eso, no permitiremos que arriesgues la vida de la chica cuando su seguridad está en duda, Mia es una de nosotros y está bajo la protección de los ángeles, estoy seguro de que sabes qué significa eso.
—Que solo puede irse por su propia voluntad y nadie la puede tocar
—Me alegra ver que aún recuerdas nuestras leyes —Tain solo le asintió, estaba conteniéndose porque sabía en Selafiel tenía razón con sus palabras pero él tenía claro que jamás pondría en riesgo la vida de Mia, tenía poco tiempo para convencerla pero con tantas personas protestando no se creía capaz.
—Creo que deberías tener un mejor plan —agregó Neahm
—Fairud es la que lo tiene, estoy seguro, al menos eso me dio a entender, pero conoces a tu madre, siempre muy reservada hasta el último momento
—Yo necesito pensar todo esto, es demasiado para procesar —dijo la protagonista del tema, se encontraba aturdida ante tanta discusión.
—Entiendo, yo solo estaré aquí hasta la medianoche, luego tengo que regresar no quiero presionarte pero lo mejor es que vengas conmigo
—No es necesario, que se tome su tiempo, yo puedo llevarla —lo interrumpió Neahm —te recuerdo que también soy de Ganondorf
—No lo olvido Neahm, créeme cuando te digo que no lo hago, pero el hermoso reino que conocías ya no existe, cenizas, destrucción y un cielo oscuro son el día a día de nuestro pueblo.