Capítulo 31: Reencuentro

Esa noche, para encontrar la tranquilidad, busqué la voz de Lena. Pero, al escuchar su apagada melodía, terminé por demostivarme, por ello, intenté fingir carisma.

—¡Qué bueno que contestas! Pensé que no me contestarías, porque te llamo desde el número de mi marido.

Lena, a quien las palabras no le ajustaban para excusarse, decidió ir al grano.

—¿Necesitas algo, Holly?

En su voz pude identificar un sentimiento distinto. Pero, para no invadir su privacidad y aunque las preguntas sobraban para tener una larga conversación, opté por fingir ignorancia, por más que su voz me suplicaba ayuda.

—No, no, no es nada de eso. Te quería invitar  —mencioné un poco cabizbaja al recordar las decisiones de Doran —a una cena con mi familia.

—¿Pudiste arreglar todo? —preguntó con ánimo. La pregunta de Lena no me sorprendió en absoluto, puesto que, luego de todo el descontrol, yo había tomado como opción resignarme.

Así que, de inmediato, y con un poco de temor a hacer cuestionada por mi amiga, respondí:

—No, no pude. Intenté conversar con mi esposo, pero él ya ha tomado decisiones muy drasticas para regresar la tranquilidad al hogar y, sobre todo, ayudar a las niñas —Hice una pequeña pausa para seguir con la invitación —. Precisamente, por eso, me preguntaba si deseabas asistir a la cena. Quiero tener a mi familia reunida una noche. Lena,  ya te considero parte de mi familia, por eso, quiero que asistas.

Lena esquivó mi invitación y centró su atención en las decisiones de Doran.

—¿A qué te refieres con última vez?

Como no deseaba comunicar más los altibajos de mi familia y porque mis propias palabras me causabn dolor, volví a preguntar:

—Eso no es importante, ahora. Solo me pregunto si te gustaría asistir

Lena, que parecía no querer corresponder a mi propuesta, tomó el silencio y el desgaste del tiempo como un recurso, luego de unos segundos dijo:

—No lo sé, Holly. Tengo un par de pendientes del trabajo.

—¿Trabajo? —pregunté sorprendida,pues Lena, muy pocas veces había mencionado el trabajo. Pero, para convencerla, le recordé el objetivo de mi propuesta —Lena, es la úmtina vez que tendré a mi familia unida —respondí y rechacé su "no" como respuesta única.

Mi excusa obtuvo un efecto positivo en Lena, pues su instinto protector le hizo recuperar el ánimo.

—¿Por qué dices que será la última vez que tu familia estará reunida?

Utilicé la verdad a mi favor y no en mi contra, por lo que, decidí  detallarle el futuro de Olivia y Blake.

—Mi esposo ha tomado la decisión de mandar a Olivia a otra estado. En cuanto a Blake... Ella irá a una correccional

Una indagadora, pero comprensiva Lena reaccionó tras escuchar las medidas de Doran.

—¿Y tú permitiste todo esto? ¿Doran lo ha decidido sólo?

No me atrevía a contestar con descortesía a los cuestinonamientos de Lena. Sin embargo, sí lograron cuestionarme mi papel en la vida de Doran y mis hijas.

Esperé un tiempo prudente para responder.

—Le hice un par de sugerencias... Pero, sabes... Al final fue él quien crió a las niñas. No puedo hacer mucho por eso, no terminó de escucharme —mencioné con tristeza, mientras escuchaba el jugueteo que Lena se tenía al otro lado de la línea.

Parecía que la situación de las niñas terminó  por convencer a Lena, puesto que, sin ni siquiera preguntarle, ella respondió:

—Está bien, iré. ¿Cuándo es la cena,Holly?

—Aún no he hablado con Doran sobre eso —respondí apenada por nuestra falta de comunicación —Pero, supongo  que será dentro de dos días, ya que debemos organizar todo para marcharnos. Muchas gracias, Lena —expresé con sinceridad, pues Lena me había dado un momento de paz.

Sin embargo, Lena, que no estaba muy animada para hablar, respondió con un sentimiento de nostalgia.

—Nos vemos hasta entonces.

Tras cortar la llamada, me sentí culpable por no ser capaz de enfrentar los sentimientos de Lena y darle el mismo confort que ella me había dado a mí.

Los silencios incomodos y las miradas en busca de respuestas se adueñaron del protagonismo de los siguientes días, mientras nuestros cuerpos, a pesar del cansancio físico, se dedicaron a organizar todas las maletas de nuestra ida. Mientras las mellizas se dedicaban a observar el mar con mucha admiración y así, huían de nuestros cuestionamientos como padres.

—¡Ya está todo listo! —le dije a Doran para intentar sacarle una sonría. Pero lo único que obtuve fue un ceño fruncido debido al cansancio y un par de dudas que él intentaba resolver conmigo.

—¿Crees que todo esto funcione? Llevo dos días sin hablarles.

—¿A qué te refieres?

—A las decisiones que he tomado para cada una de ellas. No dejo de pensar en el embarazo de Olivia.

—No lo sé, Doran. Tú las conoces más que yo y si crees que eso es lo correcto y lo mejor para ellas, yo te puedo apoyar.

Coloqué mi mano en su hombro, pero él camino hacia enfrente para evitar el contacto.

—¡Niñas! —las llamó por primera vez Doran, luego de dos días —Ya es momento de que se alisten. La amiga de su madre, llegará dentro de poco y no quiero que nos tome desprevenidos.

—Tranquilo, ella es muy comprensiva —mencioné para darle paz, pero él ignoró mi respuesta y se marchó hacia el cuarto.

Yo intenté seguirlo, pero él cerró con seguro la puerta, así que, al no ser invitada me marché hacia la habitación de huéspedes.

Mientras me acostumbraba al olor de objetos viejos, me desvestí para luego enjabonar mi cuerpo en el baño.

La distancia entre Doran y yo impuso un trato más cordial y menos cercano, esto, para mantener la paz entre la familia.

Mientras tanto, yo organizaba el comedor para recibir a Lena, él hundió su quijada en el agujero de su palma y dejaba que los pensamientos le consumieran las palabras.

Por otro lado, Blake, que había adoptado un comportamiento más carismático con Doran, intentaba hacer sonreír a Olivia a quien las pastillas del tratamiento y los síntomas del embarazo le consumían la energía.