Elegida por la luna

Capitulo 27

¿Les ha pasado alguna vez que sienten que todo a su alrededor es irreal? ¿Qué todo lo que creían que sabían no era más que una farsa?

Pues así me siento en este momento...

-¿Su hija?—Dijo Abbie mirando a su padre y luego a mi.

-Si! Rafael, amigo, Es que no les habías contado a tus hijos acerca de su hermanita?—Dijo Marcus para luego soltar una carcajada.

-Padre...¿Es eso cierto?—Preguntó Aaron con un hilo de voz.

Rafael carraspeó para luego dirigirse a nosotros.

-Hablemos de esto en casa, estamos dando un espectáculo— Dijo mirando a los de la manada que se habían girado a vernos.

Lo seguimos hasta dentro de la casa, luego hasta la oficina donde tomamos asiento.

-¿Por donde empezar?—Dijo Rafael rascando su barba.

-No lo sé padre, tal vez por la parte en la que nos explicas acerca de cómo es que tenemos una hermana y es... Mi mate— Dijo Aaron rodando los ojos

-Bueno... empecemos por ahí.
Hace unos quinientos años yo estaba felizmente casado con una hermosa mujer, ella era la mujer más amable y dulce que pude haber conocido en mis setecientos años. Éramos muy felices, pero ella quería tener hijos; yo sabía que en algún momento me cansaría de esa "felicidad" y no quería un mocoso estorbando mis planes a futuro, así que le dije que no estábamos listos y así estuvimos unos quince años: ella siguió diciendo que quería un bebé y yo respondiendo lo mismo: "No estamos listos". Hasta que una noche de octubre hace doscientos años más o menos...¿Qué edad tienes Layla?— Pausó su relato para dirigirse a mí.

-Doscientos quince año—Respondí con sequedad.

-De acuerdo.
Una noche de octubre hace doscientos quince años fui a recogerla a casa de su madre, ya que su padre había muerto y ella iba a visitar a su madre de vez en cuando, aunque desde hacía un tiempo la visitaba más seguido. Lo que encontré me dejó de piedra, a pesar de que le dije que no quería un hijo, ella lo tuvo, nunca me mencionó la existencia de un hijo; ella me mintió y por eso merecía morir junto a esa cosa—Dijo haciendo una mueca de desagrado— Maté a su madre cuando intentó protegerla y la seguí al bosque cuando corrió. Tardé en encontrarla una hora creo, cuando la encontré venía sola, había escondido a la cosa en alguna parte del bosque; la maté, y busque a la cosa durante unas horas pero nunca la encontré. Era muy pequeña, por lo que deduje que había muerto así que me fui sin más.
Años más tarde, un Alpha buscaba quien se casara con su hija que había quedado embarazada de su mate, el Alpha no iba a permitir la unión de su preciada hija con un simple guardia; así que me casaron con ella, que dio a luz unos gemelos que eran "mis hijos". Nunca me preocupe por buscar a mi otro "hijo" pues lo daba por muerto hasta que hace unos días recibí una llamada de un amigo diciendo que había encontrado a mi supuesta hija.—Dijo mirándome— Bueno, esa es toda la historia. 

 

Me sorprende la calma y frialdad en su voz al narrarme el asesinato de mi familia... Rafael, eres el peor monstruo a los que estoy acostumbrada.




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