-Tenia ciertas esperanzas puestas en Ona, pero ya no hay más que hacer -Le dijo para seguir en lo suyo -No tardare regresaré lo más pronto que pueda, mi hija tiene que nacer en tus tierras -Le dijo, Yelina asintió y la abrazo fuerte.
*En la Mansión Jensen…
Dalia se escabullía por los territorios de su padre intentando no llamar la atención de ningún guardia, no de su padre, su principal objetivo era lograr guardar el diario que Boris le propuso que escribiera para su hija.
Todo marchar bien pero como era de esperarse aquella pelinegra se interpuso en el camino de Dalia.
-¿Qué es eso que llevas ahí cuñadita? -Preguntó Miryan al ver el pequeño libro en las manos de la rubia.
Son esperar se respuesta de un veloz movimiento logro quitarle el diario -Hablas muy feo de mi aquí Dalia -dijo al revisar el diario.
Dalia se fue contra Miryan y luego de tanto forcejeo Dalia logro quitarle el diario a Miryan aunque esta se quedo con algunas paginas en sus manos.
-No te mato porque te necesito con vida para que des a luz a esa bebe, pero no guardaras ese diario -Le dijo con rabia, Dalia poso su mano en su vientre que marcaba ocho meses de embarazo.
-Matarme -Dalia rio -Creo que te seria mas fácil gobernar el mundo que lograr matarme, que lastima que a Alexander le tocara una destinada como tu -Le dijo, Boris y Baltasar se hicieron presentes para apoyar a Dalia.
-Guarda el diario, ahí que irnos -Dijo Baltasar y Dalia obedeció e inmediatamente se dirijo a su habitación mientras pensaba en un lugar seguro para esconderlo.
Al llegar su primer optó fue cerrar todas las cortinas del lugar, para evitar que alguien se atreviera a espiarla mientras buscaba un lugar.
Dalia se comenzar a desesperar ya que sabía que luego de irse su cuarto serio hurgado por Miryan y su padre para lograr conseguir el diario donde Dalia contaba toda la verdad sobre las personas que la rodeaban.
Una idea surgió de ella y fue en busca de una de las espadas que adornan su habitación, los suelos eran de madera así que con la espada se propuso a cortar un pequeño cuadrado cerca de su cama.
Su idea era retirar ese pedazo de madera y tener contacto con la tierra dónde posteriormente se dispondría a escarbar un agujero para esconder el cofre donde había guardado el diario para evitar que se dañara, ya que no sabía con certeza cuánto en ser encontrado.
Luego de terminar, coloco aquella pieza de madera en su lugar haciendo que encajará exactamente como en un principio, se deshizo de la tierra y se decidió a retirarse.
Al salir de la mansión Dalia suspiro profundamente sabía que sería la última vez que pusiera un pies en ese lugar.
*En los territorios de Yelina…
*Un mes después…
Yelina se encontraba preocupada, había recibido la noticia que Dalia se encontraba dando a luz en una pequeña cabaña que yacia abandonada en sus territorios, pero no podía acompañarla sería muy peligroso para Dalia y su bebé.
Yelina sabia que sus territorios estaban siendo vigilados y por ahora no podía hacer nada mas al respecto, que estar preparada para el ataque…
-Es hermosa -Dijo Frederick al cargar a aquella bebé en sus brazos por primera vez, Dalia yacía en la cama aún adolorida por dar a luz.
-Lo es, y cuando crezca estoy segura que será mucho más hermosa de lo que ya es -Dijo Boris al Alpha -¿De que Color serán sus ojos? -Pregunto Boris.
-Lo más probable es que sean castaños como los de su padre -Frederick decidido a comprobarlo acercó a la niña hacia la ventana de la habitación para que el sol hiciera su magia y está abriera sus ojos.
Efectivamente como Frederick esperaba la niña abrió sus ojos, pero nada fue como esperaba, los ojos de la niña eran parecidos a los de su madre, un gris claro, pero eso no fue lo que más sorprendió a Frederick sino el confirmar que Dalia si era su destinada.
Los ojos de la criatura reflejaban el poder de los dos altos linajes que corrían por su sangre, cosas que en su hijo no sucedía a pesar de ser hijo de un Alpha de sangre pura.
-Ya es hora de irnos -Frederick inmediatamente le entrego la bebé a Boris y dejo un beso en la frente de su Luna, delicadamente Boris dejo a la bebé junto a Dalia para luego salir tras el Alpha.
-¿Logro confirmar sus dudas mi alpha? -Frederick freno sus pasos al escuchar aquello, bajo su cabeza y apretó fuertemente sus puños.
-Lamento no haberte creído antes -Le dijo -Beatriz tendrá que darme una muy buena explicación para no condenarla.
Boris asintió sin más y ambos se retiraron del lugar.
La noche cayo y Dalia reposaba su cuerpo en una esquina de la habitación, mientras la bebe en su pecho dormía a gustó.
Dalia estaba preparada para lo que se venía, sin consuelo, las lágrimas se deslizaban por su rostro recordando las palabras de Baltazar.
-A partir de este momento estarás sola, tienes que defenderte e ir a la laguna, hay harás todo lo que te dije -Le decía Baltazar -Se que es duro, y el sacrificio más grande de toda tu vida, pero si no es tu vida es la de tu hija y ella es la única que tiene posibilidades de lograr lo que tanto quieres.
Dalia sabia que ese era el momento ro que viviría en su vida el tener que disfrutar aquellos y únicos instantes en los que podría estar cerca de su hija.
Dalia decidió salir de la cabaña y respirar aire fresco cuando noto que la luz de la luna ya era lo suficientemente fuerte para iluminar el bosque y comenzó a notar movimiento a sus alrededores inmediatamente supo que lo que todos esperaban ya comenzaba a suceder.
Corrió por el bosque con todas sus fuerzas mientras sentía como era perseguida por una oscuridad espesa que parecía consumir el bosque a su paso.
Al llegar a la orilla de la laguna Dalia se arrodilló y observó por última vez el rostro de su hija, la abrazo fuerte para despedirse.
-¿Qué estás haciendo? -Pregunto Miryan con seriedad al ver a Dalia dejar a la bebé en la orilla de la laguna.
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Editado: 02.02.2025