Elemental: Nueva Generación

La llamada del destino

- Te encontré -dijo Richard, el menor de los tres hermanos, a Sam.

- Ahora vamos a buscar a tu hermano mayor, yo te ayudaré, vale -Dijo Sam.

- Chicos bajen ya, es hora de comer -llamó la madre a aquellos tres inquietos niños, ellos por su parte no hicieron otra cosa más que ignorarla y seguir con su juego.

- Se les va a enfriar la comida si no bajan ahora.

- Ya vamos -gritó Richard desde lo profundo de aquella casa. Era una casa grande, con dos plantas, un balcón y una gran variedad de adornos y muebles lujosos, era una casa bastante moderna, y eso sin mencionar el hermoso jardín y extenso patio que tenía en su alrededor.

- ¿Dónde se habían metido? -regañó la madre con tono gracioso a dos de sus hijos, - a ver, ¿dónde está Jack?

- No me encontraron, gané otra vez -dijo riendo Jack mientras bajaba las escaleras

- No le vayan a despreciar la comida a su madre -dijo el padre al asomarse por la puerta de la casa.

- ¡Papá! -gritaron los tres niños en sincronía al ver a su padre llegar.

- Vaya, me hubieras avisado que saldrías temprano, te hubiera preparado algo especial -dijo Sharon mostrandole una sonrisa algo sorprendida a su marido.

- Y a qué se debería tal placer mi hermosa cocinera -dijo él vacilandola, tratando de crear en ella una risa. Aquel par pese a tener sus más de treinta años, seguía siendo una pareja de jovenes que se enamoraban día a día.

Era una familia  muy unida y feliz, siempre hacían todo juntos. Vivían en un pueblo alejado de la ciudad, era un lugar tranquilo y los pocos vecinos que habían eran muy amistosos, en aquel lugar nunca había ocurrido cosa alguna que creara un ambiente de inseguridad, hasta aquella noche...

- Buenas noches Richard -dijo cariñosamente la madre a su hijo menor.

- Buenas noches mami -respondió él. 

- Buenas noches Sam -dijo a su hijo besandolo en la frente.

- Buenas noches madre -respondió con tono serio.

- Uy oíste amor, ya no me dice mami, está creciendo mi muñeco -vaciló ella.

- ¡Jaj! -se rió el esposo mientras esperaba en la puerta del gran cuarto compartido de los niños que la mamá terminara de despedirse. Luego Sam frunció sus cejas por un momento y soltó un pequeño gruñido, luego de esto quedó profundamente dormido. 

- Y por último pero no menos importante -besó la frente del niño- Buenas noches Jack.

- Buenas noches mami -dijo él y luego se acomodó entre sus sábanas y al instante quedó dormido, al parecer ya no aguantaba el sueño.

- Vaya que durmieron temprano hoy, debieron quedar muy cansados, jugaste toda la tarde con ellos -dijo Sharon mientras salía del cuarto silenciosamente.

- Sí, eso fue divertido jejeje.

- Creo que deberíamos dormir ya, no crees -dijo la mujer mientras liberaba un bostezo de cansancio.

- Sí, esos niños cansan bastante.

- Dímelo a mí, yo tengo que cuidarlos día a día. Luego Sharon notó que su marido desvió la mirada y su mente se perdía de la conversación- ¿Qué pasa Erick?, te ves preocupado.

- ¿Crees que algún día le contemos la verdad?

- ¿De qué hablas?

- De Richard...

- ¡No! -interrumpió ella- es que... prefiero que nunca lo sepa, ya son muy unidos los tres, prefiero dejar que crezcan juntos, que sean inseparables, aunque no tengan la misma sangre...

- Sabes, este viernes se cumplirán 3 años desde que llegó a nuestra vida.

- Me acuerdo como si fuera ayer, y lo conozco como si llevara toda una vida con él. 

- Claro que lo conoces, es tu hijo, es nuestro hijo. 

- Amor -susurró Sharon algo asustada- ¿Escuchaste eso?

- Sí, algo anda afuera.

- ¿Y por que los perros no ladran?

- No lo sé. En ese momento el celular de Erick vibró, había recibido un mensaje de un vecino, el cual decía que algo acababa de espantar a las vacas de su corral y que los perros estaban asustados, tanto que se negaban a ladrar; que escuchó muchos ruidos extraños, que era algo grande, algo diferente, que al mirar por la ventana no vio nada, pero que mejor tuviera cuidado con cualquier cosa extraña. En aquel mensaje Joel se oía nervioso, él era una persona de campo, era valiente, fuerte y tenía armas de caza.

- ¿Qué crees que sea? -dijo la mujer a su marido un tanto nerviosa.

- Ni idea, volvamos a dormir.
En ese momento se escuchó un disparo que parecía provenir de la casa de Joel, la cual se encontraba a unos 200 metros.

- ¿Qué estará pasando Erick?

- No lo sé, iré a ver a los niños, deben de haberse despertado -el hombre se dirigió al cuarto de los niños, pero al entrar notó que estaban dormidos. 

- Están en un sueño profundo amor, al parecer aquel ruido no los despertó -dijo el hombre volviendo a su habitación. 

- Bueno, esperemos que sea algún animal, y que Joel ya lo mató. 

- Pero, ¿y si no fue Joel el que disparó? 

- Ay amor no me asustes.



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En el texto hay: elementales, poderes magicos, dragones y magia

Editado: 13.10.2018

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