Con las bocanadas de aire circulando por sus pulmones y sintiendo ardor en sus ojos, su mente divagaba en las opciones que tenía en aquel momento. Irse era el objetivo principal, pero luego se le venía la idea de Ryan dándole golpizas con sus poderes al momento de volverlo a ver y sin miedo de ocultarselos al haberlo visto ya aquí, enfatizando también en que Ryan sabía que él no tenía poderes con los que defenderse.
Con la bulla de los pubertos hablando ya sea con sus amigos o haciendo nuevos en aquel mundo, mas temprano que tarde Sebástian regresó al pasillo principal donde aquella puerta de vidrio negro era lo unico que lo separaba de volver a casa.
El eco de sus pasos resonaban por las paredes de cuarzo, su reflejo se miraba cada vez más grande y cerca suyo, y al tocar el cristal buscando abrir la puerta esta mostró el exterior del mismo, no por alguna tecnología táctil, sino porque la figura de Azariel la había destapado desde afuera, observando a Sebástian con una mirada feroz.
—¿Qué hace aquí?
—Ya le dije que no pertenezco aquí, ¿por qué no me dejan irme?
—Ya te lo he dicho, alguna explicación ha de haber para ese problema tuyo, y solo por si acaso le recuerdo que para regresar al mundo humano necesita irse por el portal, y si es cierto eso que no tiene poderes pues muy buena suerte intentando hacer uno. Venga, vamos dentro que pronto el director Lenard dará el discurso de bienvenida.
—¿Cómo es eso que no tienes poderes? —inquirió una voz a la par de la de Azariel.
Sebástian miró al lugar de donde venía aquella voz, se trataba de un chico un palmo mas bajo que Sebástian, cara ovalada, de ojos y cabello negro, este último tan alborotado que Sebástian pensó que había recibido alguna descarga, además que en la parte del partido tenía una figura de rayo teñido de amarillo.
—Pues así como escuchas —le respondió Sebástian—, sin poderes y ahora aquí sin posibilidad de irme, me siento secuestrado... ¡Mi mamá!
Sacando su teléfono del bolsillo, marcó con tal rapidez a su madre que fácilmente pudo haber llamado a cualquier otro en un resbalón de dedo.
—Si quiere llamar a su madre puede hacerlo, pero yendo para adentro venga —insistió Azariel tomando a Sebástian de la muñeca hasta volver al patio, donde lo soltó y vigiló para que no pudiera irse.
—¿Mamá? —dijo Sebástian luego de un rato que el teléfono sonara— Aquí estoy, estoy bien, no mentía el señor de esto de los elementales... Sí, estoy bien —respondió luego de un silencio—, pero quiero regresar a casa... Es que no tengo poderes, y no me dejan irme porque creen que les miento o algo así... No, no es que se despiertan estando aquí o algo... o espere... —pausó y comenzó a apretar los musculos de su mano intentando que algo saliera de estas, pero lo único que consigió fue que se le agarrotaran los dedos tras un rato haciendo la cara de tonto— No, no sirve...
—¿Ya? —comenzó a desesperarse Azariel, asustando un poco a Sebástian recordando a Ryan en aquel peliazul.
—Tengo que irme, la quiero... —colgó.
—El director Lenard ya dio el anuncio de ir al auditorio, les recomendaría ir y comenzar su nueva vida escolar.
Sin decir algo más, Azariel apresuró el paso y se dirigió al sitio haciéndoles señas a ambos de seguirlo.
Los pasillos estaban llenos de estudiantes haciendo fila para llegar hasta aquel auditorio mientras otros más profesores llevaban a otros al sitio. Sebástian guardó con un suspiro su teléfono y se encaminó de mala gana al sitio.
—¿Pero como que no tienes poderes? ¿Tú no pasaste por nada? —prosiguió aquél joven del rayo en el pelo.
—No, no tengo, yo creía que iba a despertarlos aquí o algo, no que se supone debía de tenerlos ya. Por tu cosa del pelo intentaré adivinar que eres de elemento eléctrico, ¿cierto?
—Sí —sonrió el chico—, me llamo Wyatt Wattson, ¿tú?
Sebástian sonrió al escuchar el nombre de Wyatt, no tanto por el nombre en sí sino por la relación que hay con su elemento, ¿qué elemento sonaría con el nombre Sebástian Mendez?
—Yo me llamo Sebástian, un gusto. Llamame curioso pero, ¿por qué eso en el pelo? ¿Te lo hiciste cuando supiste de tus poderes o algún tipo de homenaje a alguna serie de películas o libros?
—Ninguna de las dos, mis papás trabajaban con la electricidad y me lo hice por ellos.
—¿Todo en tí grita poderes de electricidad o que? —sonrió Sebástian.
—Yo lo llamaría una coincidencia a otro nivel —rió Wyatt.
Tras varios minutos conversando sobre Wyatt y sus poderes, finalmente les tocó ingresar al auditorio: las paredes eran igual a las del resto de la academia, las sillas eran de plastico negro, el suelo y el escenario estaban hechos de madera de roble oscuro, y al centro y al frente se encontraba una figura circular con secciones de color naranja, amarillo, dos tonos de verde, morado, azul marino y otro pálido, crema, gris y cenizo divididos todos a la mitad con una línea negra y roja, siendo este el símbolo de la escuela.
—Jóvenes aquí presentes —dijo Lenard acompañado de varios adultos detras suyo de los cuales Wyatt y Sebástian reconocieron a Azariel—, es de mi agrado tenerlos hoy en esta institución, mi nombre es Lenard Mentoss y soy el director de este colegio, la "Ee". Los de primer año deberán de preguntarse sobre todo esto, por lo que al igual que todos los años me veo en la obligación de darles el contexto de Enemeia y la institución en la que se encuentran.
»hace unos trescientos años aproximadamente, nacieron los elementos, habilidades especiales que muy pocas personas en el mundo son capaces de tener al nacer. Para que ustedes estén aquí, tuvieron una suerte aproximada de una en cincuenta y cinco millones. Durante ese tiempo, hubo una persona que tenía la intención de dominar a todo el mundo con sus poderes, pensando que los elementos debían de ser usados para someter, y estaba yo, quien creía que los elementos debían ser usados para proteger —pausó un momento para toser—, y tuvimos un combate del cual salí victorioso. Esta academia la formé para que otros elementales tengan mis mismos ideales desde una temprana edad y puedan aprender a usar sus habilidades como corresponde, eso es la academia, mi academia y vuestra academia.