Elementales

Capítulo 1

Amber

¡Lluvia!

Asi fui recibida al volver a la isla despues de tres años en un instituto para dominantes e inmunes, a pesar de ser mi clima favorito hoy no lo es, ya que queria llegar a casa rapido.

—Lo siento no podré llegar a recogerte, toma un taxi y nos vemos en el café cerca del campus, aquí te envío la dirección— recibo un mensaje de mi hermano con la dirección.

—Ok, nos vemos allí. Tú pagas los cafés :) — le respondo y me dispongo a buscar la salida del aeropuerto y tomar el taxi. El señor toma mi maleta para guardarla y subo a la parte de atrás del auto y espero al chofer para indicarle a donde me llevara.

Del aeropuerto recorremos algunas zonas de la ciudad hasta llegar al café, le pago y bajo junto con mi maleta, le aviso a mi hermano que llegue y busco una mesa donde sentarme.

—Me trae un café con leche y galletas por favor — le pido a la mesera que me atiende y mientras espero mi pedido saco el libro que venía leyendo en el avión, la mesera traer lo que le pedí y le agradezco, en eso escucho la campanilla de la puerta y volteo pero no es mi hermano el que llega, son dos chicos uno alto, con barba y con expresión molesta y el otro más relajado, moreno y hablándole al de barba y ubicándose a mi derecha dos mesas de por medio.

Vuelvo la vista en mi libro deseando que los minutos pasen rápidos y mi hermano llegue. Cuando ya estoy terminando el capítulo me detengo porque siento algo extraño y hablan a mi lado.

—Lamento la demora el entrenador nos retuvo más de la cuenta y con este clima más — levanto la mirada y es mi hermano con una gran sonrisa. — Bienvenida a casa ricitos.

—Gracias aunque esperaba una mejor bienvenida — le digo y pedimos más café y galletas. — ¿De qué les hablo el entrenador?

—Estaba escogiendo quienes iban a pasar a primera división y fui uno de los que escogió, aunque a varios de mis compañeros no les gusto.

—¿Por qué? Si eres muy bueno en el fut.

—No lo sé, creo que piensa que por ser nuevo no jugare bien, aunque puedo demostrar que si juego bien el sábado que tenemos el primer partido — me dice y llegan nuevamente nuestros cafés.

—Entonces el sábado iré a darte ánimos — le digo dándole un sorbo a mi café. Seguimos hablando de las prácticas y yo evito hablar un poco de mí salida del instituto ya que no es el lugar. El recibe una llamada y mientras habla, paseo mi mirada por el lugar y observo a los chicos que entraron uno de ellos está tomando fotos.

—¿Nos vamos? — pregunta Dyl y asiento recogiendo el libro para levantarme, él se levanta a la barra a cancelar lo que pedimos, yo tomo mi maleta y busco la puerta, teniendo esa sensación un poco extraña al pasar cerca de los chicos que vi entrar antes.

Salimos del lugar y sigo a mi hermano a su auto, me ayuda a subir la maleta y subo en el lado del copiloto.

— ¿Y cómo estuvo el instituto? — la pregunta me pone un poco nerviosa.

—Bien, Ian te manda saludos, que al salir viene a vernos.

No decimos más nada, yo observo la vía y no cruza hacia el vecindario de nuestra madre.

—Esta no es la ruta a casa Dyl. — Lo miro y el solo se limita a pasarme un pañuelo — ¿qué hago con esto?

—Cúbrete lo ojos— es lo único que dice y vuelve a mirar la carretera. Procedo a taparme lo ojos, algo trama, pero igual confió que será algo bueno.

Sigue el camino y en unos minutos más de carretera sin decirnos nada frena, oigo que baja del auto y después abre mi puerta, tomando mi mano para ayudarme a bajar.

Solo camino uno pasos y no oigo muchas cosas alrededor, sé que no es la casa de Nora porque cambio de ruta. Espero con ansias, pero Dylan hace que espere.

—Muy bien espero que esto te guste tanto como a mí— me dice y me quita el pañuelo muy lento, pero apenas puedo abrir los ojos veo lo que tengo enfrente lo que me deja confundida y volteo a ver mi hermano.

—¿Una casa? —pregunto mirándolo a los ojos y el solo asiente sonriendo.

—El tío Clark me ayudo a conseguirla, es nuestra, pero aún falta terminar de pagarla.

—Es perfecta, viviremos solos.

Voy caminando hacia la entrada admirando la fachada, se ve como la casa donde crecimos. Mi hermano me adelanta y abre la puerta dejándome entrar. Veo la escalera donde supongo deben estar las habitaciones, entro a la sala de estar que ya está amueblada y junto a esta está la cocina.

—Aún falta más decoración, pero quise esperarte —dice mi hermano acercándose y lo miro sin decir nada solo lo abrazo — tu habitación está arriba te gustara.

Me dice separándose y me sonríe. Me voy en busca de las habitaciones y encuentro la mía, veo que trajo las cosas que tenía en la otra casa, aunque debo organizarlas a mi manera.

—¿Qué es esa puerta? — le pregunto cuando lo veo entrar.

—Averígualo — dice sonriéndom, voy a la puerta y la abro esta me lleva a otra habitación que sin dudas es la de el — nuestras habitaciones se conecta, pero si queremos privacidad solo pasamos el seguro.

—Me encanta— somos gemelos y ambos sabemos que estar separados es imposibles hasta en nuestra propia casa, fue muy difícil estos seis meses lejos.




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