Khale
— Algo pasó ayer después de la presentación de Amber — me dicen y volteo sorprendida — llama a Dylan y pídele explicación.
— No creo que él quiera dármelas — después de lo sucedido la otra noche no contestas mis llamadas. De igual forma lo intentó, pero no responde así que le dejó un mensaje. Sé que no dirá nada, ya lo conozco nunca me contesta los mensajes y el piensa que debe protegerla de nosotros, cuando podemos ser nosotros los que podemos ayudarlos.
Con Steve aún no he hablado, pero estoy a punto de hacerlo ya que es importante también. Estamos ante un evento similar al pasado y debemos protegernos. Mi padre me habló de los dominantes y elementales que protegieron la isla en ese momento, él era uno de ellos que junto a su hermana y amigos lograron detenerlo.
Me arreglo para ver a Steve, sé que fue al hospital y pienso encontrarlo allí y pedirle para hablar. No soy muy sutil a la hora de pedir algo, espero y no se espante. Término de cepillar mi cabello, lo corte hace un tiempo ya que quería un cambio. Ahora lo llevo por los hombros y con dos mechones color ceniza en frente.
Me echó un último vistazo al espejo, llevo una falda negra hasta la mitad de mis muslos, un top blanco, una chaqueta de cuero y mis botas que me llegan hasta las rodillas. Mis ojos (uno de color azul y otro verde) resaltan con el delineado. Desde que nací los he llevado en ese color y pienso que es por mi dominio al agua y la tierra, quizás mis elementos ya se sabía desde mi nacimiento.
Agarro mi bolso y me voy al hospital, al llegar veo a Steve salir solo y está hablando por teléfono, así que aprovecho para acercarme.
— Hola Steve.
— Hola, ¿Disculpa te conozco?
— Soy Khale y quisiera hablar contigo.
— ¿Sobre qué? — pregunta confundido.
— Sé que eres elemental y que eres pariente de uno de los Black — Le digo y me mira con una mezcla de asombro y confusión, pero para cuando quiere responder algo, oigo que lo llaman desde dentro del hospital. — Ten este es mi número si quieres saber más de lo que hablo llámame — le extiendo una tarjeta con mi número y la toma. Con eso doy la vuelta y me marcho.
Paso por la tienda y compro unas cosas adicionales para la casa, más algo de golosinas para mí y camino a la casa. Al entrar veo que todo está tal y como lo dejé. Mis tíos están en el sótano allí se la pasan casi siempre planeando y queriendo evitar que algo malo pase.
Tocan la puerta y me apresuro a abrir, para que ellos no salgan ni se desconcentre. Abro la puerta y no me sorprende la persona que veo.
— Solo vine porque Dylan me mostro el mensaje que le enviaste ¿Dónde están ellos? — pregunta.
— En donde siempre ¿Qué paso con Amber?— le pregunto tratando de tener respuesta.
— Se desmayó, pero ya está bien, un poco aturdida con todo lo que sucedió — se pasa las manos por la cara antes de pasar a la casa — voy a hablar con ellos.
Asiento cerrando la puerta y siguiéndolo, William Clark siempre ha venido a casa y de pequeña cuido de mí. Lo considero un tío porque es muy amigo de mi padre y me ha visto crecer. Las dos personas que están en el sótano sólo Nora es familia de sangre al ser hermana de mi padre, Iván comparte la categoría igual a Clark, bajamos al sótano y mis tíos se voltean a vernos cuando terminamos de bajar las escaleras.
— Ella está bien, un poco aturdida, pero bien — dice Clark — ellos aún no han recordado, pero con lo que paso ayer comenzará a hacerlo más rápido — continua — una cosa más, deja de molestar tanto a Dylan o se pondrá igual a la defensiva como Amber — Termina de decir mirando a mi tía.
Yo asiento a lo que dijo él y espero que sea Dylan el que decida venir con su hermana, ya que puede ocurrir algo peor de lo que ya paso.
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Amber
¡Flores!
Me encuentro en un campo de flores de varios colores, margaritas específicamente. Camino hacia un sendero al costado del campo y sigo a dónde me lleva este.
Al final del camino hay una casa pequeña, tiene un estilo de cabaña, pero más pequeña, con miedo agarro el pomo que giro y abro la puerta para entrar. Dentro de la casa hay fotos de mi madre con el señor que no conozco y sale en mis otros sueños.
— Hola Amber — dicen a mi espalda y giro rápido a la defensiva — me alegra volver a verte.
— ¿Quién es usted? y ¿por qué sabe mi nombre? — pregunto temerosas.
La persona frente a mi es la misma que está en las fotos que decoran el lugar y recuerdo una foto que vi en un álbum que tome de la habitación secreta del estudio de Nora.
— Cómo no habría de saberlo, si fui yo el que lo escogió — dice y me sorprendo con lo que dice al final — siendo tu padre tenía que escoger tu nombre.
No puedo creer lo que dice, tapo mis oídos y cierro mis ojos donde aparecen vagos recuerdos de cuando jugaba con él y cuando me compraba mi postre favorito.
— Necesito que recuerdes hija — me dice él parándose frente a mí.