Elementales

Capítulo 22

Amber

— Se toca antes de entrar niña — dice Aarón molesto, pero no le hago caso y miro a las dos personas restantes, una está sentada detrás del escritorio con su traje y el otro está de pie recostado en uno de los libreros.

—Bienvenida Amber, toma asiento por favor — no me muevo y es uno de los encapuchados que me empuja para que camine y me siente frente al escritorio — Creo que por tu mirada ya nos conocemos, pero de igual forma me presento — extiende su mano delante de mi — Egan Brown, dueño de esta casa.

Deja su mano frente a mí, pero no la tomo solo me quede mirándolo y giro a ver a Aarón.

— ¿Ya le pediste el permiso para tenerme café en el desayuno? — Aarón me mira mal y volteo a ver a Egan — para tener un anfitrión en tu casa es muy mal educado — vuelvo a girar la mirada a la otra persona que nos mira — mis presentimientos hacia ti eran cierto.

—Muy bien como ya nos conocemos vamos a lo que me importa — habla Egan haciendo que lo mire de nuevo — estas aquí porque quiero que trabajes para mí y me ayudes a ganar las elecciones, debes entender que todo lo que estoy proponiendo es por el bien de la isla.

Comienzo a reír recordando todo lo que él ha dicho en las entrevista.

—Por el bien de la isla, tú no quieres eso — rio haciendo que los presentes me miren mal — creo que no sabes de la historia de la isla y ¿qué te hace pensar el que pienso igual que tú?

—Eres Elemental — dice mostrando su tono un poco molesto con mi respuesta.

— ¿Y? acaso eso es motivo para deshacerme de los dominantes, yo no lo veo así. Además puedo pelear contra ti— veo como se acomoda en la silla — si deje que me trajeran aquí con amenazas es porque quiero saber que tengo yo que ver con esto y te informo que regrese de muy lejos por mi hermano y créeme que no estaré mucho tiempo aquí sin él.

— Tranquila que si estarás con él, solo quiero que estés de mi lado y te convenceré de ello. Pero si tu intensión es otra estarás del lado equivocado— me dice y sigue mirándome— tú aun no desarrollas bien tu dominio y yo te puedo enseñar, incluso te puedo decir algunos trucos.

—Puedo aprender sola — digo, pero el niega poniendo una sonrisa de medio lado en sus labios.

—Eso es lo que crees, pero yo te he visto desde pequeña y se el poder que tienes. Aunque no lo recuerdes.

—No lo creo, porque el poder que tenia de pequeña no es el mismo al de ahora — me voy hacia delante colocando las manos en el escritorio mirándolo — y si recuerdo todo lo que soy desde pequeña.

Su mirada es de sorpresa, el creía que yo aún no recordaba sobre mi dominio, pero a medida que fui dominando cada elemento fui recordando junto a mi hermano todo.

Se queda en silencio y Aarón es el que llama a unos de sus guardias para que me saque. Al salir del estudio me llevan a la cocina y me dan un vaso agua. La falta de cafeína está pasando factura, ya que tengo dolor de cabeza. Veo llegar a la empleada con bolsas de mercado y está me mira.

— Le traje el café que pidió, ¿Quiere que le haga un poco? — pregunta y yo solo asiento y se apresura a preparar la cafetera.

Me siento en el banco que está junto a la barra observando todo lo que hace la empleada. Percibo el olor a café y mis neuronas se activan cada vez más. La empleada me sirve una taza y la pone frente a mí con el azúcar para que yo le agregue. Lo hago y le doy un sorbo y siento que mi batería se recarga, es lo que me hacía falta.

Termino mi taza y la empleada la intenta tomar, pero no se lo permito.

— ¿Cómo te llamas? — pregunto ya que no he escuchado su nombre.

— Angie señorita— me dice con un poco de pena y le entrego la taza.

— Un placer, yo soy Amber y quisiera que en mi desayuno siempre esté una taza de café — le digo y ella asiente.

— Mandando como si fuera tu casa, maravilloso viniendo de ti — la persona que habla me hace voltear y desde que lo vi en el estudio con Egan saltaron muchas preguntas.

— ¿Puedo saber qué haces aquí? Marcus — le pregunto y su mirada se vuelve fría.

— Apoyando lo correcto Amber — dice con una sonrisa de medio lado — Angie sírveme mi comida quieres — le ordena a la empleada y esta comienza a hacer lo que le pidieron.

— En esta casa solo hay maleducados — digo saliendo de la cocina con los encapuchados a mi espada, subo a la habitación y veo que la están condicionando — ¿acondicionado la celda? — le pregunto a Egan que está en el umbral de la puerta.

— Es tu habitación no una celda — dice con mucha seguridad — y quiero que te sientas en casa.

Yo me recuesto del otro lado de la puerta a observar todo y noto que ha acertado con varias cosas que están colocando que me gustan, como el librero que están armando y en una de las cajas están algunos de mis libros favorito, una mesa con computadora, una cama más grande que la que había.

— Lo compre todo para ti, quiero que te sientas cómoda en casa y espero que pienses mejor el querer estar en mi contra — dice dejándome dentro del cuarto ¿Cómo conoce mis gustos? ¿Cómo sabe que me gusta leer?

Los empleados salen de la habitación y cierro la puerta con seguro, deseo comunicarme con mi hermano, pero no consigo ningún teléfono cerca. Me doy una ducha y me siento en la cama con uno de los libros que estaba en la una de las cajas.




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