Capítulo 30

Amber

Minutos antes de despertar

¿Dónde estamos? Lo último que recuerdo es estar discutiendo con mi hermano.

— ¿Qué es este lugar? — pregunta Dylan a un lado.

— No lo sé, lo que recuerdo es que me desmayé.

— Yo igual — es lo único que dice y la verdad es que no quiero discutir aquí tampoco ya que estamos solos, hay un símbolo que está parpadeando.

— Fuego — señala mi hermano y tiene razón, es el símbolo del fuego, pero porque estamos ambos, yo ya domino el fuego mucho antes que mi hermano.

— Será tu otro elemento.

— No lo sé, veamos — camina hacia el símbolo y lo sigo. Siento que mi frente esta mojada, supongo que los chicos están tratando de despertarnos. Al llegar donde está el símbolo nos detenemos ya que hay alguien más, un señor con una túnica y capucha no podemos ver su rostro ya que esta despalda.

— Ya era hora que llegaran ambos, tardaron demasiado — dicen y en su voz hay un efecto de eco.

— ¿Quién es usted y porque teníamos que venir? — pregunta mi hermano, pero el señor alza la mano que está llena de fuego.

— Amber tú ya dominabas el fuego desde antes, pero ahora tu hermano lo hará y juntos tendrán un poder nunca antes visto — dice dejándome aún más confundida — ninguno podrá usar este elemento a solas, deben estar juntos para poder usarlo contra quien se enfrenten. Él no sabe que ustedes tienen este poder así que deben cuidarlo y no decirlo a todos, solo a los que lo acompañan en la habitación.

En ese momento el señor de la túnica desaparece envuelto en fuego y en nuestras manos tenemos una pequeña flama que va creciendo cada vez que la observamos detenidamente, miro a mi hermano y comienza a tener las llamas por su brazo y sus ojos van cambiando de color, su expresión es la misma que tengo yo y debo tener el mismo color de ojos que él.

Despierto junto a mi hermano y caemos en la cama empapados y lo primero que hago es mirarlo.

— ¿Te sientes bien? — es la primera pregunta que sale de él y asiento, no puedo creer lo que nos pasó, ahora él domina el fuego y yo no lo puedo dominar si él no está junto a mí.

— ¿Por qué nos mojaron? — les pregunto a los chicos y me levanto de la cama.

— Estaban envueltos en llamas y sus ojos eran naranja con amarillo, primero estaban ardiendo en fiebre y el paño con el agua se evaporaba al tocar su piel. Comencé a sentir hormigueo en mis manos y algo me decía que debía ponerles fuego cerca — dice Steve y pensé que estaría asustado, pero está sorprendido con todo lo que sucedió.

Subo a la habitación a cambiarme y mi hermano viene después que salgo, aun no hablamos de lo que sucedió antes, pero sé que luego lo haremos.

Mi padre se acerca a preguntarme si me encuentro bien y le respondo que sí y me abraza.

— ¿Pasó algo mientras estaban inconscientes?

Asiento y voy al patio trasero donde están los chicos y comienzo a contarles todo lo que pasó hasta que nos arrojaron el agua, Dylan llega a mitad de relato y se sienta junto a mí.

— Su conexión llegó al punto máximo — dice nuestro padre. Yo miro a mi hermano que sin saber la pregunta que me hago en mente asiente como si presintiera lo que quiero decirle.

— Papa Dylan y yo podemos sentir cuando estamos cerca, también hemos tenido sueños en conjunto y esto es lo último que hemos sentido que nos pasa junto, además del día que casi nos quedamos sin aire.

— En gemelos es normal que sientan que algunas cosas del otro, pero ustedes no son unos gemelos comunes — dice mi padre observándonos— Su conexión estuvo a punto de quebrarse y eso hoy se compuso con lo que me contaron.

Dicho eso, entendemos más por qué se nos dificulta estar lejos el uno del otro. Agradezco que no perdiéramos nuestra conexión, amo a mi hermano aunque a veces tengamos diferencias.

Todos entran a cenar, pero yo estoy sin apetito así que decido caminar un rato y respirar el aire fresco del bosque para sentirme mejor. Debo dejar que Dylan se calme para hablar con él y espero que esta vez sea más sincere conmigo. No le he ocultado nada y creo que él debe decirme la verdad porque siempre lo he entendido.

Camino de vuelta y veo a mi hermano parado en la puerta trasera observándome, ¿me estará esperando? me pregunto, o solo está pensando en todo lo que sucedió. Intento pasar por un lado al llegar y me detiene.

— Quiero hablar contigo, pero a solas — asiento y nos alejamos un poco de la casa y nos sentamos cerca de uno de los árboles.

— ¿Sucede algo malo? — preguntó pero él solo niega.

— Desde que volviste he pensado como contarte esto y no he encontrado la manera y aun no la encuentro, pero es algo que debes saber — dice y toma aire profundo yo solo me limito a verlo — notas que me pongo extraño e incómodo cuando Khale está cerca, porque mucho antes de tu regreso fue la chica que te conté que me gustaba.

Mis ojos amenazan con salirse de mi cara con lo que dice, hace mucho tiempo me contó de una chica que le gustaba que no iba al instituto, pero que concurría mucho al café que siempre iba.