Elena: De amigos a rivales

Capítulo 1

~Elena~

Aquí empieza todo

Ahhh era un sitio muy llamativo, primero creí que era un estadio, luego al ingresar a escondidas burlando a los guardias-no había más entradas para el festival-me di cuenta de que más bien era una zona verde muy espaciosa con muchas tarimas al fondo; aun no ingresaban las personas, hacían fila para el concierto al aire libre donde la emoción crecía más y más. Aquel festival musical era muy esperado en el país. Las personas se volvían impacientes cada minuto.

--¿Dónde estará ese infeliz? --Me pregunté mirando por todos lados con cautela, y cuidándome de que no me majaran o me empujaran. Me coloqué la capucha y solo caminé por ahí.

--Hola soy Alec, te llamaré después

Lo único que decía la grabadora.

--Lo que faltaba, se cree mucho porque anda en giras... ¿Pero ya dos años que no me contacte? Desgraciado--Me quejé tras guardar con furia el celular en el bolso.

Era una hermosa tarde de verano, con un cielo celeste despejado de nubes y una brisa muy fresca.

Pero por estar pensando en mil maneras de matar a Alec, fui empujada por un sujeto que no se molestó en correrse, tirándome al suelo con brusquedad, me había raspado la rodilla.

-- ¡Oye, eso dolió! --Le reclamé tras erguirme y sacudir mi enagua, y clavé la mirada al sujeto descortés que me tiró: un hombre joven, en la veintena probablemente, fornido, cabello largo hasta el cuello despeinado, usaba una chaqueta negra, pero parecía un sabelotodo por aquellos anteojos redondos. Su gesto era obstinado y parecía molesto por el entrecejo...no tenía nada más especial más había algo extraño en él.

No me respondió, me dedicó una sonrisa sarcástica y solo continuó su camino al lado contrario, sin importarle si me lastimé o no.

--Idiota--Espeté con fulgor en las mejillas--Oh no puede ser--un lado de la falda se había roto y grité ahogadamente. Y justo cuando me iba a ir de aquel mugroso lugar, observé muy bien a un muchacho rubio muy conocido, era Alec que caminaba muy animado con otros muchachos. --¡Alec! --exclamé aliviada, pero esté no me escuchaba, aunque le gritara.

Corrí hacia él pese al dolor ardiente del raspón en la rodilla.

Y entró a una pequeña habitación donde preparaban todo el vestuario, en el escenario ya estaban listos los instrumentos musicales, parlantes, luces y micrófonos.

Había demasiada gente tensa, gritándose órdenes y quejándose de muchas cosas. Y en el fondo hallé a Alec, junto con otros cuatro muchachos que compartían el mismo estilo que él. Dos fumaban, y todos, incluyendo a Alec, pavoneaban con unas chicas de vestuario, los reconocí de inmediato y me emocioné: ¡Astrum!

Sabía sus nombres, admiraba su banda desde el lanzamiento de su primer álbum.

Alec se veía muy alegre allí, una vez más le marqué, pero miré como Alec sacó el celular del bolsillo del pantalón, lo miró unos segundos y luego colgó para volver a hablar con una morena.

Lo miré boquiabierta y mis mejillas se tiñeron de rojo, debí dejar que se ahogara en el río ese día...

Iba a reclamarle, pero fui empujada nuevamente, aunque esta vez mantuve el equilibrio para evitar caer de nuevo y alcé la cara para pegarle a quien fuera el idiota, aunque no me imaginaba que era el mismo muchacho de antes que me veía entre ojos, no usaba los anteojos y su estilo cambió de sabelotodo a rebelde.

--¿Qué haces aquí? --Me preguntó con mirada inquiridora, me di cuenta de que él andaba las uñas pintadas de negro cuando me señaló.

--¿Qué? --Viéndolo bien si era muy atractivo, no apartaba la mirada de aquel chico.

--No trabajas aquí. Eres una intrusa. ¡Seguridad! --Gritó enseguida, tanto que llamó la atención de todo el personal en la sala. Alec giró la cabeza para saber porque había tanta bulla y se sorprendió de verme, me reconoció por fin.

--¿Elena? --Y caminó a prisa hacia mí. Se interpuso entre aquel patán y los oficiales de seguridad. --¡Aguarda, Julio! La conozco--dijo tras fijar la mirada en mí.

--¿La conoces? --Preguntó Julio arqueando una ceja.

--Sí, yo me encargo ahora. Ve con los demás, salimos en veinte minutos--Le ordenó tras acomodarse las gafas. Julio no dijo nada más y me miró con mustia.

--Gracias, fuiste de ayuda--Dije apenada, Alec aún me miraba desconcertado. Seguro recordaba mi antigua apariencia, la verdad había cambiado mi estilo desde hace meses, inspirada en ellos. Era la fanática número uno de su banda.

--¿Cómo es que estas aquí? ¿Qué está pasando? --Preguntó aun sorprendido y volvió a ver a sus amigos, quienes los miraban extrañados.

--¿Solo eso tienes que decir? No me hablas en dos años, me mudo a la ciudad, te busco, pero no me respondes nada. ¿Qué demonios pasó contigo? --Le reclamé molesta con el ceño fruncido.

--Las cosas se complicaron...bueno, eh estado muy ocupado, pero no me olvidé de ti. ¿Cómo esta mamá? --Quiso saber tras acomodarme las gafas, pero aparté su mano con brusquedad. --Estás enojada, entiendo...se supone que debía recibirte ¿Verdad?

--Ay por favor, adelante, sigue, no me molesta en serio--Dije con tono sarcástico.

--Lo siento en serio, Elena, hace tiempo que no te veo y estas muy...--Decía Alec aun asombrado, no dejaba de mirarme de arriba y abajo. --¿Dónde vives? --quiso saber de repente.

--En un hotel barato, estoy buscando un departamento o algo cómodo, ¿Qué te importa?

--Vive conmigo, tengo espacio aun en el departamento--Propuso Alec tras sonreírle, aquello me sorprendió y lo miré con escepticismo. --Lo digo en serio, ven conmigo, no es que me vayas a quitar espacio--dijo con una sonrisa burlona, tomó mi mano con cariño para calmar mi enojo.

--No quiero causarte más molestias, ni siquiera debí haber venido...--Dije apenada mirando a los nuevos amigos de Alec, se veían toscos.

Él rio con suavidad.

--No me molesta, ven--Me susurró y vaya que cambió mucho; recordé cuando estábamos en secundaria y como él me molestaba cruelmente a menudo, burlándose de mí, fastidiándome por mi apariencia, un total imbécil.




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