¿Me uniré a la banda?
––¿A dónde irás? ––Le pregunté mientras veía al rubio alistarse, pero esta vez vestía más formal, más arreglado.
Era de mañana y el calor era más cansado.
––A la universidad, tengo clases––Contestó Alec tras terminar de meter unos libros en su mochila.
«Universidad» Pensé tras sentir un vacío en su vida. ¿Qué se supone que hará sin dinero?...
––Oye Elena, ¿Qué harás? ––Me preguntó el chico con curiosidad antes de irse con un porte frío, justo esa pregunta que me estaba haciendo.
––¿Eh? ¿Sobre qué?
––Llegaste a la ciudad de sorpresa, dejaste el pueblo y regresaste después. Pero imagino que tienes planes––Decía tras arquear una ceja y aquello me provocó un calor fúrico.
––No te preocupes, no pienso aprovecharme de ti, de tu fama o dinero. Y te recuerdo que fuiste tú quien me dijo que viniera aquí––Apretaba los labios, quería evitar una pelea.
Alec rio tenuemente.
––Mas tarde hay una reunión con la banda aquí––y dicho eso se retiró del apartamento, dejándome sola.
Solo se escuchaba el reloj sonar en la estancia.
––¡Por Dios! ¿Qué haré de mi vida? ––Me preguntaba angustiada caminando de un lado a otro, era una pueblerina sin dinero, ni sus padres podrían ayudarla con sus estudios. ––Esta claro…no todos nacemos en una cuna de oro.
Tomé mi vieja portátil de la maleta y busqué universidades, quería tener una excelente opción.
––Ser medico no será fácil––me decía inquieta, mientras veía los aranceles.
La limpieza eran martes y jueves por lo que el departamento estaba limpio constantemente, siempre con aroma de limón.
En ese momento ojeé mi celular, este tintineaba y extrañada lo tomé, era un mensaje de Alec de hace dos horas.
“Las clases fueron aburridas, ya quiero verte. Voy en camino”
––¿En camino? ––Y miré hacia el balcón, estaba atardeciendo––¡¿Ya casi anochece?! ––estuve todo el día buscando trabajos que no me di cuenta del tiempo. Hasta me olvidé de almorzar. ––Debí tener algo listo para su banda… ¡Soy la peor! ––
Corrí a la cocina e intenté hacer bocadillos, pero en ese momento alguien entró al apartamento, llegaron.
Estaban riendo, y reconocí una risa en especial, era Alec y al asomarme vi que venía acompañado de aquella chica de cabello corto que iba hacia la cocina.
––Te lo juro, ese profesor es un viejo perver-Pero Leslie se detuvo en seco al verme allí cerca de la cocina, usaba una pantaloneta negra, una blusa de tirantes blanca y peinaba una coleta alta. Frunció el ceño y se volteó hacia Alec que se acercaba hacia nosotras.
––Ah hola, Elena. ¿Cómo estás? ––Saludó el rubio tras una gentil sonrisa.
––Bien, ¿Cómo-
––¡¿Qué hace ella aquí?! ––Protestó Leslie enseguida tras interrumpirme abruptamente, sus mejillas se habían colorado intensamente.
––Leslie, por favor––Dijo Alec con una mirada de fastidio.
––¡No! ¡No puede quedarse en la reunión, Alec! ––Su voz temblaba, pero de furia.
––Ella vive conmigo ahora, no te metas, es mi casa, Leslie––Retó el rubio tras jalarle la mejilla con ternura. ––Tranquila, eres mi número uno, siempre.
Aquello me hirvió en la sangre que arqueé una ceja y suspiré. Leslie sonrió con arrogancia y me fulminó con la mirada.
––Espera… ¿Cómo que vive contigo? ––Repitió tras inquieta tras haber pensado bien lo que dije el rubio.
––Ay que pena, Lola, ¿verdad? Yo vivo aquí ahora, lo siento––Dije tras sonreírle con falsa amabilidad.
––¡Es Leslie, imbécil! ––Corrigió esa chica del cabello corto de nuevo con las mejillas rojas.
Alec arqueó una ceja tras vernos así.
––Ay perdona––me acerqué hacia ella para ofrecerle un vaso de agua, aquella chica era más alta que yo desde luego. ––Es que apenas te conozco, Lana.
––¡Leslie, es Leslieeeeee! ––Gritó Leslie con la cara roja como un tomate.
––Ya basta, chicas. Elena, ¿hiciste algo para comer? ––Preguntó Alec aguantándose la risa, sabía que la estaba provocando al propio, cuando quería yo era mala.
––¿Eh? Perdona, no. Me pasé todo el día buscando universidades––Dijo Elena apenada.
––Gracias a Dios…––Musitó Alec sacando su celular.
––¿Qué dijiste? ––le pregunté extrañada, pero encontré algo nuevo, molestar a aquella chica tan odiosa y falsa.
––Que ordenaré comida de aquel restaurant para todos––Avisó Alec carraspeando la garganta.
Tocaron el timbre y Leslie fue a abrir la puerta, dándome la espalda con desdén. Yo disimuladamente la imité, a lo que el rubio se rio con ganas.
––¡Leslie! ––Saludaron enseguida todos eufóricos, abrazándola.
––Basta, chicos o desapareceré––Decía Leslie entre risitas mientras era abrazada por todos.
––¡Por favor, que pase! ––Dije juntando mis manos con esa fe, todos clavaron la mirada hacia mí, sorprendidos. ––¡Ah! Que, por favor, pasen––y tras una sonrisa les ofrecí pasar. Yo era más baja que ella, esas palabras me chocaron…
––Gracias––Dijeron aun sorprendidos, mirándome con cautela y se adentraron al apartamento de su amigo, seguro era absurdo que dijera eso, eran amigos del alma, con confianza entraban a ese departamento sin pena.
––Elena––Saludó Iván, todos se veían diferentes sin toda esa muda de conciertos.
––Hola––Saludé cohibida, debía admitir que todos eran muy guapos, los demás saludaron amablemente excepto Julio, el pesado de antes. Pero su forma de ser con ella era solo por amabilidad, no decían nada más que lo necesario pero una vez juntos, empezaron a bromear entre ellos, contar historias, proyectos de la banda, coquetearle a Leslie, mujeres…
La comida finalmente llegó y empezaron a comer antes de ponerse a ensayar en aquel estudio, engullendo la comida; yo estaba en el balcón leyendo mientras de momentos, ladeaba la cabeza para ver que hacían. Aquella Leslie le gustaba su atención total y ellos eran muy bobos con ella, haciendo monerías y cortejándole, mucho contacto físico…
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Editado: 14.04.2025