Capítulo 11 - La Peor Noche Del Año.

Dándole vueltas en el plato a un pedazo de pavo, escuché sonar por millonésima vez el teléfono de Abril y como ella de nuevo dejó de comer para atenderlo. 

- ¿Aque te dedicas ahora?. - La pregunta de mi padre me hizo ignorar a Abril y mirarlo. 

- Trabajo como diseñadora en la empresa de la familia Lans. - Respondí dejando el tenedor y llevándome las manos a mi regazo. Lejos de alegrarse de que hubiera encontrado un puesto de trabajo después de ser despedida por él, soltó una sonrisa sonora. 

- Has tirado a la basura todos tus años de estudio y el dinero que invertí en ellos. - Me acusó y agradó el ego del padre de mi hija. - Menos mal que Adam a estado para ayudarme en la empresa durante mis meses de baja y será un digno sucesor. 

- Padre. - Lo llamó Adam que inclinó la cabeza en respeto a él y mi padre dio con su mano en la mesa.

- Escucha esto, hijo. Ya estoy mayor y pronto dejaré que seas tú quien dirija. - Verlo casi entregarle la empresa me dio risa y sonreí bajando la mirada hasta mi plato. 

- Entonces trabajaré más a partir de mañana. - Escuché a Adam y la posterior risa de satisfacción de mi padre, quien solo había preguntado por mi para poder exponer que Adam sería su sucesor cuando él se retirase. Tomé mi cubierto y seguí comiendo, preguntándome porque había sido tan tonta de venir para ser humillada por mi padre e ignorada de la peor forma por mi hija. 



- Hija... - Mi madre me llamó y colocó su mano sobre la mía, cuando cogí mi bolso de la mesa. - Aun no son ni las doce, ¿es tan urgente que te vayas ya?. 

- Déjala que se marche, ni ella ni nosotros nos sentimos a gusto teniéndola en la casa. - Habló mi hija que se acercó y se paró junto a nosotras. 

- Cariño. - Quiso mi madre pararla antes de que dijera algo más sin éxito. 

- ¿Acaso miento?. Es una suerte que ninguno nos hayamos atragantado con el pavo. - Escupió mirándome con desprecio. - Vete de una vez y sigue con tu vida lejos de papá y de mi. - Iba a marcharse pero fui detrás de ella y la agarré del brazo para pararla. 

- ¿Como puedes hablarme así?. - Le reclamé poniéndome delante de ella y la tomé de ambos brazos. Abril me echó la cara y le recordé. - Aunque me haya separado de papá, soy tu madre y no tienes ningún derecho a faltarme el respeto.

- ¡Lo haré si quiero!. - Me gritó volviéndome a mirar y se soltó de mi de forma brusca, por lo que retrocedí y fui sostenida por la cintura por Adam. 

- Discúlpate con tu madre ahora mismo o despídete del concierto de mañana. - Advirtió a nuestra hija y Abril se mostró molesta, pero me miró y escupió una disculpa. 

- Lo siento. - Luego miró a su padre para ver si estaba conforme y de nuevo a mi. - Te odio y no quiero volverte a ver. - Mi corazón dejó de latir en aquel mismo momento, viéndola decir a la ligera algo tan duro e irse como si nada. 

- No la tomes en serio. - Me pidió Adam que aún me sostenía y me solté de él. 

- ¿De quien crees que es la culpa de que me trate así?. - Le reclamé y lo golpeé en el pecho con rabia. 

- No culpes a Adam de tus errores. Nada de esto hubiera pasado si no hubieras abandonado a tu familia de un día para otro. - Lo defendió mi padre que se acercó con la ayuda de su bastón para sentarse en un sillón, hizo un ruido de agotamiento y me miró. - En esta vida uno recoge lo que cosecha. 

- Padre. - Adam le pidió silencio. 

- Te dejó y aún la defiendes. - Mi padre negó no creyéndolo y me miró como si debiera de estar agradecida. Me llevé una mano a la cabeza y cerré los ojos con fuerza. 

- Hablamos fuera. - Me pidió Adam y al sentirlo poner su mano en mi brazo para guiarme al exterior de la mansión, le impedí que lo hiciera y me marché de allí. 



Paré mi vehículo en una calle cualquiera y apoyándome contra el volante me eché a llorar. No entendía que tan malo había hecho con Abril para recibír su odio, y cuanto quería esa noche era desaparecer o llorar hasta no poder más. 



A las doce de la noche los fuegos artificiales que lanzaban por la llegada del año nuevo, estallaron en el cielo y levanté la cabeza mirándolos. Mi teléfono empezó a sonar dentro del bolso en el asiento del acompañante y lo alcancé. Apoyándome en el espaldar de mi asiento para comprobar que mis compañeros de trabajo estaban felicitándose por el año nuevo en el chat grupal, era ilusa si esperaba que Abril lo hiciera. Me incliné hacia adelante apoyándome con los brazos en el volante y observé los fuegos artificiales. 

- Feliz año nuevo, Elena. - Me dije y cerré los ojos recostándome en mis brazos, viendo como fuera de mi vehículo jóvenes parejas cerebraban el cambio de año. El teléfono seguía sonando y me levanté para mirarlo. Salvador me había enviado una felicitación al ver que no había aparecido por el chat grupal y a su mensaje se sobrepuso uno de Kevin. Un simple mensaje de feliz año a el que no me veía con fuerzas de responder y solté el móvil para arrancar el coche, me iría a casa y me metería en la cama. 



El día 3 de enero del 2021, me incliné ante mis compañeros del trabajo para desearles feliz año nuevo con tardío, ya que durante los días anteriores y teniendo en cuenta que no tenía que ir a trabajar, los había pasado encerrada en casa y sin responder a un solo mensaje o llamada, a excepción de Angela, a la que me había visto obligada a escribirle un mensaje de texto para asegurarle que estaba bien y que hablaríamos otro día. 

- ¿Le importa?. - Me consultó Salvador para ocupar el asiento de al lado en el autobús y negué quitando rápidamente mi bolsa, que deposité en el suelo. Salvador se sentó con una expresión de felicidad en la cara. 

- ¿Contento de regresar a su pueblo natal?. - Le pregunté por ello y Salvador me miró asintiendo. 

- Me llena de orgullo que hagamos a él el viaje de este año. - Confesó y sonreí. 

- Tendrás que enseñarnos los mejores sitios o el viaje será un fracaso. - Lo presionó Hugo que se preparaba para ocupar el asiento de delante y sonrió, antes de inclinarse sobre su asiento y preguntar. - ¿Hay chicas lindas?. Este año me e propuesto encontrar novia.