Lloré sobre el volante por largo rato y cuando paré de hacerlo aun permanecí sobre él con el corazón destrozado, incorporándome al escuchar mi teléfono sonar en el asiento del acompañante. Adam seguía siendo la llamada entrante y me decidí a contestar a su llamada.
- ¿Que quieres?. - Le pregunté buscando entre el abrigo las llaves del coche y dejando de hacerlo al obtener su respuesta.
- Estoy con Abril en el hospital. A intentado cortarse las venas después de que te marcharas. - Se me paró el corazón y fui realmente incapaz de prestar atención a su posterior reclamo por no haber respondido a sus llamadas. - Elena. - Me llamó cuando no obtuvo respuesta alguna de mi.
- ¿Como está mi hija?. - Fue cuanto quise saber y retomé la búsqueda de las llaves.
- Pasará la noche en el hospital pero está bien. - Respondió Adam y me incorporé en el asiento al encontrar las llaves.
- Voy para ya. - Fue todo lo que le dije antes de cortar la llamada y volver a tirar el teléfono en el asiento del copiloto.

Nada mas verme entrar en la habitación que le habían dado en el hospital, Abril se mostró molesta y se tumbó dándome la espalda.
- ¿Por qué le has dicho que venga?. - Le reclamó a su padre sentado en una silla junto a la cama.
- Porque es tu madre aunque rehuses de ella. - Le respondió Adam que le colocó la mano en la cabeza, luego le sonrió y me miró. - Hablemos un momento afuera. - Asentí sin dejar de mirar a Abril y siguiéndolo cuando caminó para la puerta.
- ¿Como a podido hacerse algo tan horrible?. - Le pregunté a Adam al encajar la puerta y me acerqué a él para ver a nuestra hija a través de una ventana.
- Tampoco lo sé. - Respondió y agradeció. - Afortunadamente no a sabido hacerlo y su muñeca solo está un poco magullada. - Vi a Abril mirarnos recelosa por el cristal y entendí que la culpa de su acto atroz no era mas que mía.
- ¿Que estoy haciendo con ella?. - Me pregunté llevándome la mano a la cabeza y mirando a Adam cuando retomó la palabra.
- ¿Has estado llorando?. - Acercó su mano a mi cara y pasó su dedo pulgar por mi mejilla, antes de colocarla completamente en ella. - ¿Ya te a dejado?. - Sonrió con gusto y bajó la mano. - Ya que estás aquí, iré a por un café. - Se marchó por el pasillo y miré a Abril que dejó de mirarme para volverse a echar. Suspiré y caminé entonces hasta la puerta que empujé entrando.
- ¿Necesitas algo?. - Le pregunté dándole la vuelta a la cama y acercándome a ella.
- No. - Respondió toscamente evitando mirarme cuando me senté a su lado en la cama.
- Abril. - La llamé suave y acerqué mis dedos a su frente para apartarle unos pelos. - ¿Por qué te has intentado hacer daño?. - Quise saber y me miró tras golpear mi mano.
- No es asunto tuyo. - Me dijo y volvió a ponerse el pelo en la frente. - Mejor vete con tu novio.
- Ya no tengo novio. - Le conté y obtuve de ella la misma sonrisa de gusto que Adam me había dado. Ver aquella sonrisa de la persona que mas amaba, solo acentuó mi dolor.
- ¿Por qué?. - Se interesó en saber y lo hizo incorporándose. Negué no queriendo hablar de eso con ella y cogí su mano izquierda. - Me alegro. Al menos así no me dejarás en vergüenza. - Me dijo y le asentí simplemente.
- Lo siento si te e causado dolor y problemas, cariño. - Acaricié su mano con la mía y subí mi otra mano hasta su cabeza, para brindárle una sonrisa y rogarle. - Prométeme que no harás otra vez una locura así.
- Prométeme tú que no volverás a salir con un chico tan joven y que regresarás con papá. - Exigió a cambio.
- No puedo regresar con tu padre, Abril. - Me opuse e inmediatamente se soltó de mi y golpeó mi mano de su cabeza.
- ¿Por qué? ¿Por qué no puedes cuando papá quiere darte otra oportunidad?. - Se exsaltó y sentí dolor al ver que para ella, debía de estar agradecida de que su padre me diera otra oportunidad. - No te soporto. - Escupió después asqueada y se tumbó dándome de nuevo la espalda.
- Abril. - La llamé tocando su brazo pero lo evitó moviéndolo.
- Déjame dormir. - Rugió acomodándose para hacerlo y bajé la mano hasta mi regazo, para permanecer mirándola en silencio.

- Gracias. - Agradecí a Adam cuando me entregó un vaso de café que sostuve entre mis dedos, aun sentada en la cama de nuestra hija.
- ¿Se a dormido?. - Preguntó volviendo a sentarse en la silla que había estado usando a mi llegada y apenas le asentí, mi teléfono sonó en el bolsillo de mi abrigo. Agarré el café con una sola mano y lo busqué, viendo al hacerlo que se trataba de un mensaje de Kevin. Un "lo siento" que me rompió por dentro. - ¿Tienes planes el próximo catorce de febrero?. - La pregunta repentina del padre de Abril, me obligó a dejar de mirar el mensaje. - Antes de que me rechaces, déjame decirte que no se trata de una invitación a cenar y si una oferta de trabajo. La empresa sacará ese día una nueva colección por el día de los enamorados.
- ¿Mi colección?. - Adiviné y Adam asintió.
- Hiciste todo el trabajo, es justo que aun lleve tu nombre y seas la anfitriona la noche de su lanzamiento. - Bajé la mirada hasta mis manos al sentir que el calor del café me quemaba y dejé el teléfono para sostenerlo con ambas manos.
- No estoy interesada. - Fue mi respuesta y vi la sorpresa en sus ojos cuando le devolví la mirada, antes de mi divorcio había diseñado aquella colección de joyas creyendo en el amor, ahora, divorciada y abandonada por un falso amor, ya no tenía sentido.

Dejé la habitación de Abril cerrando la puerta y dando con mi espalda en ella. Me sentía cansada hasta el punto de querer dormir por largo tiempo y olvidar las últimas semanas.
- ¿Que harás ahora, Elena?. - Me pregunté no creyendo poder volver a la oficina, y mucho menos mirar a la cara a Angela. Busqué mi teléfono en el bolsillo del abrigo y observé que el mensaje de disculpa de Kevin seguia allí. No sabía como había pasado de decirme que era perfecta a simplemente acabar con todo y le escribí un único y último mensaje.