Capítulo 23 - 14 De Febrero.

El 14 de Febrero, justo un mes después de haber declarado a Angela que iba a recuperar mi hija y mi trabajo, observé como mi amiga acudió a su teléfono cuando sonó sobre la mesa que compartíamos. En la pantalla aparecía el nombre de Kevin y cuando Angela se levantó para atender la llamada, me quedé mirándola. Extrañaba a Kevin y odiaba que hubiera vuelto a ser solamente el hijo de mi amiga. Dejé de mirar a Angela para hacerlo con mi propio teléfono cuando recibí un mensaje. 

- {Sube a verme en cuanto llegues}. - Me había escrito Adam y lo eliminé de las notificaciones. 

- ¿Adam?. - Me preguntó Angela al regresar y la miré sentarse dejando aun lado su móvil. Le asentí simplemente y me interesé rodeando con las manos mi vaso de café.

- ¿Como le va a Kevin?. - Angela asintió en respuesta.

- Le va bien. - Fue concisa y tuve que conformarme con eso cuando sin mas cambió el tema. - ¿Nerviosa por el lanzamiento?.

- Mi padre estará atento al mínimo detalle por si fracaso y eso me pone en tensión. - Le respondí al tiempo que bajé las manos a mi regazo y me recosté en la silla. 

- ¿Crees poder conseguir que te devuelva el puesto de vicepresidenta que tenías antes?. Adam no te fuera dejado regresar si temiera perder el control de la empresa. - Angela negó nada convencida y al verla beber de su café, supuse que tenía razón. 

- Haré mi mayor esfuerzo. - Le respondí y Angela que soltó su café sonrió sabiendo que lo haría. - ¿Como va la colección de ropa?. - Quise saber después y como si acabara de acordarse de algo cogió su teléfono móvil, tardando poco en extenderlo para que pudiera cogerlo y lo hice al ver una fotografía de Ian, en lo que claramente era una prueba de vestuario. - Se ve genial. - La felicité deslizando la foto para ver algunas mas. Realmente Ian lucía bien con ellas y me convencí de que Kevin también lo hubiera hecho.

- A habido cierto retrasos por el cambio de modelo y de encargada en el proyecto, pero ya va cogiendo forma y seguramente estará para la fecha prevista. - Me contó apoyándose con los brazos en la mesa y la miré para ofrecerle su merecida disculpa.

- Lo siento. - Angela sonrió y negó.

- Ya te e perdonado. - Volvió a retomar la postura correcta y miré de nuevo su teléfono, para sonreí gratamente cuando al pasar de foto apareció una selfie de Angela y Damián, tan juntos y sonrientes que tuve que mostrársela.

- Dios, Damián y tú sois adorables. - Exclamé llenándola de vergüenza y le reconocí girando el teléfono para verlos. - Envidio vuestro matrimonio. - Pasé el dedo por sobre la foto y al pasarse esta, encontré una de Kevin con pijama y cara de recién levantado. Había cortado su cabello y no evité examinar cada centímetro de él hasta que Angela me quitó el móvil de las manos. Su cara al ver la foto de su hijo fue de compasión por mi, lo que me hizo sentir lástima por mi misma y sonreí como si nada. 

- Se le ve bien. - Le comenté la foto y Angela dejó el teléfono en la mesa.

- No tienes que fingir que no te duele verlo. 

- Me enamoró y me dejó, claro que me duele verlo. - Hablé bajando la mirada al café y acercando una mano para removerlo con la cuchara, reconociendo mientras lo hacía. - Pero me alegra que se le vea igual de guapo que siempre.

Entré en mi despacho quitándome el abrigo que colgué en un perchero junto a la puerta, y observé sobre la mesa un ramo de rosas blancas.

- Lola. - Llamé a mi secretaria, una estudiante universitaria en prácticas que ocupaba su mesa fuera y al obtener su atención, le pregunté. - ¿Las rosas son del señor Adam?. 

- Si. Las a traído hace un rato su secretaria. - Me respondió. 

- Puedes llevártelas. - Le pedí a continuación y su cara fue de sorpresa. Caminé hasta mi mesa y sacando el teléfono del bolsillo de mi falda, lo dejé sobre la mesa mirando el ramo. 

- Son bonitas y querrá felicitarla por el lanzamiento. - Señaló Lola cuando se detuvo al otro lado de la mesa y cogió el ramo. - ¿Segura que no las quiere?. - Le asentí y las miró con pena de camino a la puerta. Esperé a que dejara el despacho para apartar mi silla y sentarme observando que sobre la mesa había quedado la tarjeta de las rosas. La cogí para tirarla en una papelera junto a la mesa, pero me pudo la curiosidad y la abrí viendo que Adam había escrito una felicitación por San Valentín, y un pequeño deseo de buena suerte para la presentación de esta noche. La rompí por la mitad y la arrojé al tiempo que sonó mi teléfono, lo cogí viendo que Angela envió una foto y accedí a ella. Para mi sorpresa se trataba de la foto que había visto de Kevin y no reprimí una tierna sonrisa al verla.

- {Buena suerte esta noche}. - Un mensaje de Angela llegó mientras miraba la foto.

- {Gracias}. - Le agradecí y no supe si lo hacía por sus buenos deseos o por brindarme el placer de tener aquella foto de su hijo. Miré nuevamente la imágen de Kevin y suspiré por extrañarlo. - Tienes que espabilar. - Me dije y solté el teléfono boca abajo en la mesa, para ponerme en pie e ir a ver que era lo que Adam quería.

- ¿Te han gustado las rosas?. - Me preguntó cuando entré en su despacho y sin dejarme responder se dirigió a Carolina. - Avísales de que ya pueden venir.

- ¿Avisar a quien?. - Me interesé en saber viendo a Carolina inclinarse antes de abandonar el despacho.

- A la periodista y fotógrafo de la revista de cabecera de la empresa. - Me respondió Adam que golpeó con una pluma su mesa e insistió. - ¿Te han gustado?. E ido yo mismo a elegírlas para que esa idiota no volviera a meter la pata. 

- Le e dicho a mi secretaria que se las lleve. - Le respondí y soltó molesto la pluma.

- ¿Hasta cuando te harás la dura?. - Su pregunta fue mas bien una queja a mi actitud y se recostó en el espaldar de su asiento, para cruzar las piernas e informarme. - Vamos a posar juntos para la portada de la revista y responder a un par de preguntas sobre la colección.