Elena Otra Vez El Amor

Capítulo 28 - Un Vestido Para Abril.

Dejé sobre una mesa de mi despacho un catálogo de las joyas y me senté en una de las sillas junto a Damián. 

 

- Algunos amigos irán a casa para celebrar el cumpleaños de Angela. - Me contó Damián sosteniendo una taza de café y lo miré extrañada. - ¿No te a avisado?. 

 

- Trabaja tanto que debe de habérsele olvidado. - La excusé antes de sonreír y asegurarle. - Pero iré encantada. 

 

- Eso espero. - Damián miró entonces el catálogo y también lo hice, para abrirlo y pasar las páginas hasta la joya que mejor representaría su amor por Angela. 

 

- Este, a Angela le encantará por ser elegante pero nada ostentoso. - Señalé la foto de un colgante, un solitario en forma de corazón y me sentí gratificada cuando la cara de Damián expresó que le gustaba. 

 

- Angela puede ser la presidenta de Lans y andar todo el tiempo entre lujos, pero es muy sencilla. - Asintió Damián hablando con amor y admiración por su esposa.

 

- Eres el amor de su vida, la verdad es que le gustará cualquier cosa que le regales tú. - Le hice saber colocando mis manos en mi regazo y no pudiendo más que admirarlos. - Habéis permanecido juntos desde el instituto y conseguido que vuestro amor no se apague y que sea aun más grande. Os envidio tanto. - Sonreí orgullosa de ellos y Damián dejó la taza de café para llevarse la mano a la nuca. 

 

- Para, o acabaré tan ancho que no caberé por la puerta al salír. - Dijo avergonzado y no contuve una pequeña risa. 

 

 

Paré mi coche afuera del Instituto de Abril a la hora de la salida y me quedé mirando a los alumnos, viéndola correr hasta el vehículo. Me había escrito para recogerla e ir a comer juntas, y no podía sentirme más felíz por haber recibido su mensaje. 

 

- Hola. - Me saludó al subir al coche y sonreí viéndola dejar atrás su mochila. 

 

- ¿Como te a ido?. - Me interesé por su día y la vi mirar afuera, antes de coger el cinturón de seguridad y volverse hacia mi para rogar. 

 

- ¿Podemos irnos?. - La ví ponerse el cinturón apresurada. 

 

- ¿A pasado algo?. - Le pregunté extrañada y negó. 

 

- Solo quiero irme. - Respondió y aunque no me la creí, me acomodé en el asiento para arrancar el coche y sacarlo a la carretera cuando tuve oportunidad. Abril respiró entonces aliviada. 

 

- ¿Vas a decirme lo que te pasa?. - Le pedí preocupada pero prestando atención a la carretera. 

 

- Nada. - Repitió y apreté las manos en el volante. 

 

- Abril. - La llamé y antes de poder hablar, ella repitió con tono molesto. 

 

- Ya te e dicho que no es nada. 

 

- Está bién. Pero espero que puedas contarme cuando te pase algo. - No pude más que conformarme y la miré para verla con la mirada al frente, y la cara tan maquillada que había ocultado el golpe que tenía junto a su ojo izquierdo. - ¿Por qué usas tanto maquillaje?. Te dañarás la piel si sigues haciéndolo. - Le advertí volviendo la mirada al frente y guardando silencio cuando no respondió. 

 

- Tengo mucha hambre. Vayamos a comer. - Abril volvió a iniciar una conversación y sonreí. 

 

- ¿Puedes aguantar?, quería que fuéramos primero a comprarte un vestido. - Le respondí y aunque no la miré, si ví que ella lo hizo conmigo extrañada. 

 

- ¿Un vestido para que?. 

 

- Me gustaría que me acompañaras al cumpleaños de una amiga. - Le expliqué y la miré esperando que no se negase. 

 

- Debería de ser papá quien te acompañe a ese tipo de cosas. - Se aferró al cinturón de seguridad molesta de que no lo hiciera. 

 

- Angela y tu padre no tienen buena relación. - Admití deteniendo el coche en un paso peatonal y la miré. - ¿Vendrás?. Significaría mucho para mi que la conozcas y nos vendrá bien pasar tiempo juntas. 

 

- Tu amiga es la madre de Kevin y por eso papá y ella no se llevan bien, ¿verdad?. - Su respuesta no fue la que esperaba, pero me complació que asintiera y añadiera. - Iré. 

 

- Gracias, cariño. - Acerqué mi mano a su cabello y se lo aparté de la cara, viéndola quedárseme mirando. - Quiero recuperar todo el tiempo que hemos perdido y que me hables de tu novio. 

 

- Mamá. - Me apartó la mano avergonzada y la volví a poner en el volante. 

 

- Al menos dime como se llama. - Le pedí y me echó la cara, aferrándose de nuevo al cinturón de seguridad. 

 

- Se llama Brayan. - Dijo tan solo. 

 

- ¿Brayan tiene apellido?. - Abril me miró incómoda por mi interrogatorio y le expliqué. - Soy tu madre, Abril. Necesito y quiero saber con quien pasas tu tiempo, más si es un novio. 

 

- ¿Y lo siguiente que vas a preguntar si respondo es si me beso con él?. 

 

- Oh, por Dios. ¿Lo haces?. - Exclamé sorprendida y temerosa de que hubiera pasado esa línea, teniendo apenas trece años. 

 

- ¡Mamá!. - Abril perdió la incomodidad para reírse en reacción a mi respuesta y quise preguntarle de nuevo, pero me ví obligada a poner el vehículo en movimiento. 

 

- ¿Te has besado con Brayan?. - Le pregunté una vez en marcha y con la mirada en la carretera. 

 

- Si, pero no quiero hablar de eso contigo. - Se negó y cuando la miré, la vi sacar su teléfono móvil y ponerse los auriculares para evitar que siguiéramos hablando de ello. Por lo que volví la mirada al frente y me quedé pensando en lo poco o nada que ese Brayan me gustaba. 

 

 

Miraba los vestidos colgados de una tienda del centro comercial y observé a Abril que se mantenía pendiente al teléfono móvil. 

 

- Abril. - La llamé consiguiendo que me prestara atención y le pedí. - Elige el que más te guste. 

 

- ¿Cualquiera?. - Preguntó y le asentí. 



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En el texto hay: familia, romance, amor

Editado: 30.04.2024

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