Encontramos a Brayan sentado en las gradas del gimnasio, con el uniforme deportivo puesto.
- Brayan. - Lo llamé adelantándome a Kevin y me miró con la misma cara de desprecio que siempre hacía. Los chicos que habían sentados a su lado se levantaron dejándolo solo.
- ¿Que quiere?. - Me preguntó levantándose también y cogiendo un balón de baloncesto.
- ¿Sabes donde está Abril?. - Le pregunté y se me quedó mirando, luego sonrió e hizo votar el balón contra el suelo.
- Usted es la madre, señora. Debería de saber donde está su hija y no venir a preguntarme a mí. - Empezó a caminar para la pista, pero Kevin le frenó el paso. - ¿Y tú quien coño eres?. - Le preguntó.
- Brayan. - Lo llamé interponiéndome entre ellos y agarrándolo del brazo. - Abril se a ido de casa, podrías decirme si has sabido algo de ella desde anoche.
- Señora. No sé nada de ella desde ayer por la mañana. - Respondió soltándose de mi y caminando hacia la pista de baloncesto.
- ¿Le crees?. - Me preguntó Kevin por Brayan y lo miré.
- Supongo que si. - Apenas dije.
Volví a ocupar el asiento del copiloto de mi coche y suspiré llevándome la mano a la cara.
- Si no a ido con el novio ni la amiga, ¿piensa donde mas puede haberlo hecho?. - Me habló Kevin que arrancó el coche y bajé la mano.
- No conozco a Abril. No sé donde puede haberse ido. - Hablé demasiado molesta conmigo misma como para controlar el tono de mi voz. - Perdona. - Me disculpé, pero Kevin negó y me ofreció una solución.
- Llama a Adam y pregúntale si sabe algo de ella, si no, vayamos a dar parte a la policía. - Se inclinó para coger mi cinturón de seguridad y ponérmelo. - Te dejaré allí y la buscaré luego por los sitios a los que pueda ir una adolescente.
- Kevin. - Lo llamé al verlo regresar a su asiento y ponerse también el cinturón.
- Has lo que te e dicho. - Me dijo y busqué entonces su móvil en el bolsillo de mi falda, sacándolo y marcando el número de Adam que recordaba de memoria.
- ¿Quien es?. - Adam respondió al momento, sonando su voz ruda ante cualquier persona al otro lado de la línea.
- Soy yo, Elena. ¿Sabes algo de Abril?. - Le respondí viendo a Kevin esperar noticias antes de poner el coche en movimiento, pero cuanto recibí de Adam fue que me colgara. Aparté el teléfono y Kevin lo supo sin necesidad de que lo dijera.
- ¿Te a colgado?. - Su voz fue de sorpresa y le asentí.
- Es un desgraciado a el que ni siquiera le preocupa su hija. - Hablé mal de él y pensé en mi hija, en como debía de sentirse al vernos pelear entre nosotros. Me llevé los dedos a los labios y cerré los ojos con fuerza para no echarme a llorar.
- Elena. - Kevin me llamó al tiempo que unas lágrimas cayeron por mis ojos y no pude evitar llorar, aterrada por la idea de que Abril se volviera hacer daño solo para escapar de su padre y de mí. Kevin se quitó el cinturón de seguridad y llegó hasta mí, abrazándome con un brazo por sobre los hombros y permitiéndome llorar hasta que no pude más.
Sentada en una silla de la comisaría miraba el teléfono de Kevin en mis manos.
- Elena. - Escuché a Angela que me llamó y levanté la mirada para verla acercarse. Antes de irse a buscar a Abril, Kevin la había llamado para pedirle que viniera.
- Angela. - Me levanté para recibir de ella un abrazo y le devolví el gesto.
- ¿Han empezado a buscarla?. - Me preguntó y le negué.
- No. Me han dicho que los chicos de la edad de Abril se escapan constantemente de casa y vuelven por si solos a las horas. - Le respondí y Angela lanzó una molesta mirada a los agentes que hacían su trabajo.
- Menudo trabajo hacen. - Los criticó y me miró para saber. - Kevin me a dicho lo de tu padre, ¿como sigue?.
- E hablado con mi madre hace un momento, está bien. Solo pasará la noche en el hospital para hacerle mañana algunas pruebas y esperará los resultados en casa. - Le conté y se sintió aliviada.
- Los problemas parecen que siempre vienen juntos. - Suspiró pesadamente y me agarró de un brazo para ponerme a su lado, pasándome el brazo por sobre los hombros y haciéndome caminar con ella hacia la puerta. - Vayamos a casa. Te vendrá bien tomar un té y descansar un momento.
- No quiero ir a tomar té, Angela, no cuando no sé dónde está Abril. - Me opuse y Angela se mostró testaruda en su idea.
- Y según la policía tampoco puedes hacer otra cosa que esperar a que aparezca por si sola, ¿no?. - Me miró insistente y me tranquilizó. - Kevin la está buscando y Damián a ido a hacerlo también, en cuanto la encuentren nos avisarán así que vayamos a casa.
- Casa... - Repetí entonces parándome y la miré para pedirle. - ¿Puedes llevarme a mi piso?, Abril tenía llaves y no e pasado por allí, puede que haya ido.
Entré apresuradamente por la puerta de mí piso, respirando aliviada al ver sus zapatos en el suelo.
- ¿Son suyos?. - Me preguntó Angela detrás de mí y le asentí.
- Abril. - Llamé entonces a mi hija subiendo el escalón y viéndola salír apresurada del salón, con el uniforme puesto y cara de haber estado llorando.
- Mamá. - Me llamó corriendo hasta mi y abrazándome.
- Abril. - Subí mis manos hasta su espalda y no pude evitar llorar cuando ella lo hizo.
- Damián y Kevin vienen de camino. - Me avisó Angela cuando se acercó hasta la mesa que Abril y yo ocupábamos en una cafetería cercana a mi piso. Asentí y miré entonces a Abril que permanecía con las manos rodeando su vaso de batido de fresa.