Elena Otra Vez El Amor

Capítulo 34 - Si Aún Podemos Estar Juntos.

Sentada en la cama de la habitación de mi piso y con las luces apagadas, volví a escuchar por mi teléfono móvil que el número de Adam estaba fuera de servicio. 

 

- Adam. - Dije molesta, bajando el teléfono y mirando a Abril durmiendo a mi lado, había tenido que ser atendida en el hospital por un ataque de nervios y acerqué mi mano a su cabeza, apartándole el cabello para ver su linda carita. Deseé llorar por verla sufrir así al saber que su padre había robado a su abuelo, para irse con todo sin ni siquiera pensar en ella. Escuché sonar entonces mi teléfono móvil y lo miré para ver que era una llamada de Damián. 

 

 

- Gracias. Después de esto si que no puedo dejar que Adam se lleve a Abril. - Hablé a Damián por teléfono, mientras miraba por la ventana del salón a oscuras. 

 

- Quédate tranquila. Trabajaré toda la noche en ello y mañana a primera hora empezaré todos los trámites. - Me tranquilizó y me sentí realmente agradecida. 

 

- Angela y tú sois mis angeles de la guarda, no se que sería de mí sin ustedes. - Le dije llenándoseme los ojos de lágrimas. - Gracias. 

 

- Elena, somos amigos, no tienes que agradecer nada. Y eres la presidenta de Ross, aunque yo no te ayudara tendrías a todo un ejército de abogados dispuestos a hacerlo. 

 

- En ninguno confío como en tí, más si se trata de mi hija. - Le hice saber y caminé para el sofá. 

 

- Me vas a hacer llorar. - Me acusó y sonreí sentándome. Luego se despidió. - Me pondré a trabajar. - Lo escuché entonces hablar con alguien más y me sorprendió cuando fue la voz de su hijo la que me llegó directamente desde el teléfono. 

 

- ¿Como te encuentras?. - Me preguntó Kevin y no reprimí una sonrisa al escuchar su voz. 

 

- Más animada ahora que te escucho. - Le reconocí y le ofrecí una disculpa. - Lo siento, con todo lo que está pasando no sé si podré verte en el cumpleaños de Angela. 

 

- Lo entiendo. - Me dijo y me incliné adelante, apoyando la frente en el dorso de mi mano libre. 

 

- ¿Te irás pasado mañana?. - Pregunté y un ruido salió de su garganta. 

 

- Mi vuelo sale a las nueve. - Me explicó y quería pedirle que no se fuera, pero pronunció mi nombre antes de poder hacerlo. - Elena.

 

- ¿Si?. - Pregunté levantando la cabeza cuando escuché la puerta de mi habitación abrirse y me levanté para ir hacia el pasillo. - No voy a coger ese avión si aún podemos estar juntos. - Me dijo Kevin y aunque el corazón se me detuvo, no tuve opción a responder cuando ví a Abril poniéndose los zapatos en la entrada. 

 

- Abril. - La llamé bajando el teléfono y caminando hasta ella al verla acabar y abrir la puerta. 

 

- Voy a casa a buscar a papá. - Me dijo parándose y mirándome con los ojos enrojecidos, reteniendo en ellos las lágrimas. 

 

- Está bien, si es lo que quieres no te lo voy a impedir, pero déjame llevarte. - Le rogué bajando el escalón y poniéndome los zapatos. 

 

 

Tal y como sabía por Sofí, Adam no había pasado por casa y mucho menos estaba allí. 

 

- ¡Papá!. - Lo llamó Abril que subió por las escaleras. 

 

- Abril. Papá no está. - Le dije consiguiendo que se parara y me mirara. Estaba llorando y me partió el alma verla así. 

 

- ¿Como puede haberse ido sin ni siquiera despedirse de mí?. - Me preguntó sentándose en un escalón y no pudiendo evitar llorar como la niña que aún era, por mucho maquillaje que usara. 

 

- No lo sé... - Hablé con un nudo en la garganta y subí las escaleras hasta llegar a ella, sentándome a su lado y poniendo mi mano en su espalda. - Llora todo lo que quieras, te sentirás mejor después de hacerlo. 

 

- ¡No!. - Se negó y obligó a parar, pasándose las manos por las mejillas. - No voy a llorar más. 

 

- Cariño. - Susurré y me miró, no conteniendo abrazarme para volver a llorar. 

 

 

Al subir a mí coche apoyé las manos en el volante y miré a Abril en el asiento del acompañante, luego observé mí teléfono móvil en el salpicadero y pensé en Kevin. Le había colgado sin darle una respuesta y me mataba haberlo hecho. 

 

- ¿Que pasa?. - Abril me preguntó y la miré. 

 

- ¿Te importa si hacemos una parada antes de ir a casa?. - Le pregunté y simplemente negó, por lo que no tardé en arrancar el coche. - Ponte el cinturón. 

 

- ¿A donde vamos?. - Abril me obedeció y se me quedó mirando. 

 

- A casa de Angela, tengo que hablar con Kevin y pedirle que no se vaya a Europa. - Le conté abiertamente y la ví contener una queja, para echarme la cara y mirar por la ventana. Me puse entonces el cinturón dispuesta a no dejar irse a Kevin y miré a la carretera antes de sacar el coche. 

 

 

Dejé mi teléfono móvil en el salpicadero trás haber pedido a Kevin que saliera y me quité el cinturón mirando a mi hija. 

 

- No me llevará mucho tiempo. - La avisé y solo asintió. - Abril. - Suspiré atormentada por el silencio que había mantenido y repitió aquel gesto más concienzudamente. 

 

- Está bien. Puedo aceptar que papá se a marchado y tú salgas con Kevin. - Me miró y sonrió diciendo. - Me bastará con que estemos juntas. 

 

- Gracias. - Le agradecí y al ver a Kevin salír por una de las puertas de la mansión de sus padres, bajé del vehículo.  

 

- ¿Va todo bién?. - Me preguntó Kevin cuando me acerqué a él y miró el coche. 

 

- Si. - Le respondí y al tener de nuevo su mirada, me disculpé. - Siento haberte colgado. 

 

- Estás aquí. No tienes que pedirme perdón. - Negó y sonreí agradada. 

 

- Tenía que pedirte que no te vayas y no quería hacerlo por teléfono. - Le expliqué y fue él quién sonrió aún más agradado que yo, pasando sus brazos por sobre mis hombros para acercar nuestros labios. 



#368 en Novela romántica
#153 en Chick lit

En el texto hay: familia, romance, amor

Editado: 30.04.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.