Eligiendo mi destino

Capítulo II.

- Ally, debes recordar estar en silencio, ¿ok? -.

- Pero, ¿por qué? – pregunté.

No me gustaba estar en silencio, me gustaba cantar y bailar. Mamá siempre me dejaba hacerlo, excepto cuando papá estaba en casa. Todos estábamos bien hasta que él regresaba de trabajar. Mi niñera, mi mamá, el jardinero, el chofer, todos reíamos y nos divertíamos hasta que él volvía.

- Ya hemos hablado de esto, nena. ¿Recuerdas? A papá no le gusta el ruido – beso mi frente mientras alisaba mi vestido nerviosamente.

- Pero a ti te gusta cuando canto y la Sra. Potts dice que cuando lo hago todo su cansancio se va – sonrío enseñando solo un diente delantero, ayer se me cayó el derecho y ahora había un hueco donde antes estaba.

- Eso está bien, querida – dijo mi madre acariciando distraídamente mi cabello viendo el reloj en la pared – pero a papá no le gusta mucho cuando alguien lo molesta cuando llega de trabajar, solo debes saludar y luego ir a la cocina con la Sra. Potts, ¿ok? -.

¿Yo molestaba a papá si trataba de hablar con él?

- Está bien – asentí un poco confundida, sin embargo, no le pregunté nada porque pude darme cuenta que ya no estaba escuchándome.

Se tomó de un solo trago el liquido oscuro y agrio que siempre bebía en su copa y luego la dejó escondida en un pequeño rincón de la escalera.

- ¿Mami? -.

- Shh – puso un dedo sobre sus labios – este es nuestro secreto, ¿ok? -.

- ¿Cómo el del sr. Meyers? -.

- Shh, shh – dijo un poco más fuerte mirando a todos lados – dijimos que nunca íbamos a hablar sobre eso, ¿recuerdas? – se inclinó frente a mí.

Su mirada se veía un poco… aterradora, así que solo asentí y apreté los labios.

La puerta de entrada se abrió y mi padre entró con maletín en mano.

- La cena va a estar lista pronto, ¿quieres algo de tomar mientras? – saludo mi madre perfectamente como siempre.

- Hola, papi. Buenas noches – continué yo sonriendo levemente.

No me gustaba mucho mi papi, me asustaba como veía a mi mamá y tampoco me gustaba como les hablaba a mis amigos, la Sra. Potts, el Sr. Meyers y el Sr. Carter, pero ellos me decían que es solo porque no lo entendía bien y el a mí tampoco.

No sabia muy bien que querían decir con eso, pero quería intentar llevarme bien con él.

- Voy a estar en la biblioteca, dile a la Sra. Potts que me prepare un plato y lo lleve – le dijo mi padre a mi mamá sin hacerme caso.

¿Cómo se supone que me lleve bien con él sino me mira o me habla?

- Papi… - me acerqué un poco más a él y tiré de su pantalón cuando comenzó a alejarse - ¿no vas a saludarme a mí? – pregunté.

- ¡Vas a arrugar mi ropa! – regañó jalando su pierna y haciéndome caer - ¿es que no le enseñas modales? – se giró hacia mi madre.

- Lo siento, solo se sintió ignorada – se disculpó mi madre ayudándome a levantar.

- ¿Por qué no te gustó? – lloré hacía él - ¿es por qué no he cantado contigo? – quise saber.

Abrí la boca para cantar algo, pero mi madre la cubrió rápidamente con su mano.

- No, no, no. Recuerda lo que dijimos, nena. Nada de canciones ahora – susurró en mi oído.

- ¡No! – arranqué su mano de mi cara - ¡Quiero “entender” a papi! – comencé a cantar en voz alta mi canción favorita, pero mi padre solo se puso más colorado mientras me escuchaba.

- ¡Cállala antes de que lo haga yo! – gritó.

Las lagrimas resbalaban por mi rostro cuando vi a mi padre bajar la mano hacia mí y a mi madre tomar el golpe por mí.

- ¡Solo tiene cinco, John! – gritó mi madre sosteniendo su brazo cuando volvió a subirlo.

Llore con más fuerza deteniendo mi canción mientras corría a la cocina para esconderme de él.

Despierto sobresaltada en la cama y el discordante ronquido de mi compañera de cuarto es suficiente para ayudar a reorientarme y salir de los sentimientos persistentes del sueño.

Me siento y apoyo mi espalda contra la pared pegada a mi cama mientras respiro las veces necesarias para calmar los latidos en mis oídos. Limpio el pequeño rastro de lágrimas secas en mis mejillas y cierro los ojos llevando mi cabeza a mis rodillas.

- Todo está bien – susurro a la oscuridad – Todo está bien -.

(⓿_⓿) (⓿_⓿) (⓿_⓿) (⓿_⓿)

- No se porque siento que tu maquillaje es más pesado que de costumbre – Nan me mira fijamente por un minuto entero.

- Ideas tuyas – le sonrío como si nada.

Me mira fijamente otros treinta segundos antes de decir:

- Sigues sin dormir bien, ¿cierto? -.

- Estoy bien – muerdo mi hamburguesa con queso extra – Dios, adoro la comida de aquí – murmuro tomando otro bocado.




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