Capítulo VI.

Se ve como la mierda.

Tiene ojos oscuros bajo los ojos y luce demacrado tras su expresión de sarcasmo.

- ¿Estas muriendo? – preguntó indiferente.

- ¡Ally! – regaña Nanette.

Kilian suspira cansado detrás suyo.

- ¿Qué? – frunce el ceño Taylor adentrándose aún más en la pequeña habitación.

Me recorre todo el cuerpo con la mirada, lo que me hace sentir un poco de calor, pero me niego a sentarme, sería como reconocer que me vuelvo consciente de mí misma o que me pone incómoda su presencia y me niego.

Rotundamente.

- Solo digo lo que veo – me encojo de hombros acostándome por completo – Y se ve como la mierda para mí – digo al techo.

- Vaya – murmura divertido – como que esto hace que me gustes un poco -.

Lo miro con horror.

- Por favor, no me digas que estas… no eres un masoquista como tu otro mejor amigo, ¿verdad? -.

Mira a Kilian.

Éste alza las cejas en mi dirección.

- Darren – aclaró poniendo los ojos en blanco.

- ¿Llamabas? – aparece como por arte de magia en la puerta.

- Dios – gimo enterrando la cabeza en la almohada.

Escuchó un par de carraspeos.

Abro un ojo y veo a Taylor mirándome con ojos encapuchados y calientes.

Apartó la mirada fastidiada hacia Darren. Tiene la misma expresión.

¿En serio?

¿Y así se supone que los humanos somos seres pensantes y racionales? Porque, en definitiva, los hombres solo piensan con la cabeza de abajo.

Contengo una risita divertida y resoplo en su lugar, decidiendo sentarme.

- Vaya… - murmura Nanette viéndonos a los tres.

Entorno los ojos hacia ella.

Se esconde tras el brazo de Kilian con una sonrisita divertida.

- E-entonces, - carraspea Darren - ¿Para qué me querías? -.

- ¿Yo? Para nada – niego.

- Dijiste mi nombre – alza una ceja.

- Oh, eso – miró a Taylor – Solo fue porque descubrí la razón de cómo es que son tan buenos amigos – sonrío dulcemente.

Taylor entorna los ojos.

Darren mira entre nosotros sospechoso.

- Algo me dice que lo que sea que encontraste, no es favorable para ninguno de los dos -.

- Bueno, procuro no juzgar el estilo de vida que cada persona elige – le doy una expresión de animo total.

Nan se ríe. Kilian niega con la cabeza sonriendo y Taylor bufa.

- Ni siquiera sé por qué sigo escuchando tus disparates -.

- Oye, tu fuiste el que irrumpió en mi tiempo con mi mejor amiga – señaló.

- No por voluntad propia – murmura.

- Eso, puedo apostarlo – suspiro – así que terminemos rápido con esto -.

- ¿De qué hablan? – pregunta Darren sentándose a mi lado.

¿No podía elegir la silla a lado de Kilian y Nan o la cama de su compañera de cuarto? ¿Por qué tenía que sentarse justo a mi lado? Me muevo sutilmente unos centímetros lejos.

- De como Taylor fue traído a punta de pistola para fingir disculparse sinceramente conmigo – recito en voz monótona.

Taylor se ríe entre dientes.

- No hubo necesidad de que sacara la pistola, los puños bastaron -.

- Mmmm, - finjo inspeccionarlo detalladamente – No puedo decir que esté satisfecha de no ver ninguna marca – pongo expresión de decepción.

- Oh, pero las heridas ocultas suelen ser las más peligrosas – su expresión se torna algo intensa.

Trago saliva.

Tiene razón.

Nan lo mira con simpatía y Darren hace una mueca.

Incómodo.

- Como sea, - aplaudo, por lo que me arrepiento inmediatamente - ¡Maldita sea! Eso duele como el demonio – agarró la férula sosteniendo mi muñeca.

- ¿Cómo puedes ser tan despistada? – me regaña Darren agarrándome la mano e inspeccionándola.

- ¿Qué se supone que buscas? – quito mi mano – No es como si fuera a sangrar o algo -.

- Podemos ir ahora a la enfermería en lugar de esperar a después – dice ignorando mi ultimo comentario.

- No es necesario que vengas conmigo – digo rápidamente apartándome.

- ¿Por qué no? - frunce el ceño.

- ¿Por qué sí querrías venir? Estoy segura que tienes muchas otras cosas importantes que hacer en su lugar – sonrío comenzando mi retirada.

- Bueno, sino quieres que él vaya, puedo ir yo – dice Taylor poniéndose de pie.