Eligiendo mi destino

Capítulo IX

- Entonces… - continua Darren – ya que establecimos que eres una buena persona, ¿por qué no respondiste a ninguno de mis mensajes? – me atraviesa con la mirada.

Me remuevo incómoda a su lado.

Había olvidado eso.

- Oh, ¿eras tú? – finjo ignorancia.

- Se que es imposible que no supieras que era yo – bufa sin creerme por un instante.

- Mhmm, - tarareo - ¿es así? -.

- ¿Así que simplemente te pareció agradable el hecho de preocupar a la gente? – se inclino sobre mí.

¿No estaba demasiado cerca? ¿Solo yo era consciente de eso?

- Le contesté a Nan que estaba bien y la llamé en cuanto vi sus mensajes hoy temprano – digo a la defensiva.

Demonios, me hizo explicarme.

- Lo que sigue planteando el hecho de que ignoraste deliberadamente mis mensajes – dice como cuestión de hecho.

Bueno, no está equivocado.

- No vi la necesidad de contestar. Ya había dicho que estaba bien y, lo más importante, no quiero involucrar a nadie en mis problemas -.

Ya tenía la boca abierta, presumiblemente, en una replica adecuada, pero al escuchar el final de mi comentario, la cerró abruptamente mientras me miraba intensamente.

- … ¿Qué? – cruzo los brazos con cuidado en una postura defensiva cuando solo hace eso.

- Eres sorprendentemente honesta de una manera algo retorcida – suspira – Tengo que escuchar con atención cada palabra que dices para tratar de descubrir tus intenciones, es algo… entretenido -.

- Vaya, encantada de entretenerte – bufo irónicamente.

De repente un leve ronquido llama mi atención.

- Le dije que fuera a casa a descansar, pero se negó – niega Kilian divertido acercándose al sofá de una plaza – Aunque no creí que se quedará dormido tan rápido -.

- Ni en un lugar desconocido – murmura Darren viéndolo también.

Ambos comparten una mirada.

No se de que hablan, pero tampoco es para tanto, ¿no?

- Tal vez, solo estaba demasiado cansado – me encojo de hombros mientras aprovecho para alejarme unos centímetros de Darren.

Kilian bufa.

- ¿Sabes lo que le costó adaptarse a los dormitorios el primer año? Créeme, esto no es una cuestión de estar “demasiado cansado” -.

Por suerte, por fin, entran Nan y Xander.

- ¿Alguien esta roncando? – pregunta Xan frunciendo el ceño.

- ¿Todo bien, nena? – Kilian abraza a mi mejor amiga dejando caer un beso en su frente.

Nan asiente enterrando el rostro en su pecho antes de separarse.

- Se ha quedado dormido, ¿verdad? – mira a Taylor, luego a mí – Estaba preocupado por ti también así que salió a las cinco para poder llegar hoy temprano, tengo entendido que no ha dormido por un día entero -.

Abre los ojos exageradamente.

- ¿Por qué? – pregunto sorprendida viéndolo con nuevos ojos.

- Un extraño de repente apareció en tu dormitorio y te fuiste con él sin equipaje ni nada, ¿Quién no se iba a preocupar? – Darren se ha acercado nuevamente a mí dándome un pequeño golpe con su índice en la frente.  

Le doy un manotazo a su dedo para alejarlo.

- Así que, ahora todos son amigos, por lo que veo – dice Xander algo incomodo.

Permanece parado algo apartado de todos.

Me pongo de pie para ir a su lado, después de todo, es culpa mía haberlo traído aquí.  

- Oye, yo no iría tan lejos como para decir eso – los señalo.

- Oh, mi corazón – se toca el pecho Taylor con gesto dramático - ¿cómo te harás responsable de esto? – me mira compungido.

- ¿No estabas dormido hasta hace un segundo? – niego realmente sorprendida.

- ¿Con todo el ruido que hacen? Imposible, nena -.

¿Nena?

Alzo las cejas exageradamente alto ante eso.

- Nunca, nunca, nunca vuelvas a llamarme así – digo reprimiendo un escalofrío.

Nan se echa a reír junto a Kilian.

- No te rías – me vuelvo hacia ella – Solo vas a alentarlo -.

Xan pasa un brazo por mis hombros.

- Bueno, nena, aun no me dices como exactamente te has lastimado tanto -.

- Oh, no tú también – lo codeo en las costillas.

- Solo quiero saberlo, nena – se burla.

- Bien, eso ya no es divertido – frunce el ceño Taylor.

- Concuerdo – murmura Darren con idéntica expresión viendo… el brazo de Xander sobre mí.

Pongo los ojos en blanco.   

¿Qué está mal con ellos?

- Ya dije que me he caído y, si vuelves a llamarme “nena” voy a cobrarme lo que me debes – miro intencionadamente entre él y Nan.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.