Eligiendo mi destino

Capítulo VIII.

- ¡Mamá, mamá, ¿dónde estás?! ¡La Sra. Potts quiere que veas el menú para la cena! – doy saltitos por toda la casa buscando a mi madre.

Hoy tengo puesto el vestido que mi padre me ha regalado para mi cumpleaños. Es rosa con volantes por toda la falda y cuando giro esta se infla como el de las princesas de cuentos de hadas que aparecen en los libros que mamá me ha regalado.

- ¡Mamá! – vuelvo a gritar pasando por la puerta del estudio de mi padre.

Me tapo la boca rápidamente, pero es demasiado tarde.

La puerta se abre y mi padre aparece en el umbral mirándome ferozmente.

- P-perdón – murmuro tras mis dedos.

- ¿Por qué gritas por toda la casa? ¿Dónde esta tu madre? – retumba su voz por el pasillo.

Una de las criadas aparece por la esquina detrás de él y se escabulle rápidamente en cuanto lo ve.

Quisiera ser ella.

- L-la estoy bus-scando – tartamudeo inútilmente – La Sra. Potts también lo est-ta haciendo-o – dejo de hablar cuando los ojos de mi papá cambian de molestos a una helada furia.

- V-vamos – tiemblo solo de oírlo.

- ¿A-a dónde? – susurró al borde del llanto.

Se detiene de caminar.

- A buscar a tu madre. También me interesa saber dónde está – sonríe, pero en lugar de causarme felicidad, un temblor recorre mi pequeño cuerpo.

Me siento bruscamente en la cama y miro a mi alrededor.

¿En qué momento me quedé dormida? Reviso la cerradura de la puerta, pero por suerte, esta puesta.

Palmeó por toda la cama buscando mi teléfono estirando los calambres por dormir en una mala posición.

Por fin lo encuentro bajo una de las almohadas.

La luz parpadea con mensajes nuevos.

Me tallo los ojos con cuidado mientras lo desbloqueo.

Nan: Ya estamos aquí, ¿puedes salir un rato?                 

9:03 pm.

Nan: ¿Ally, estas ahí? ¿todo está bien?

9:07 pm.

Darren: ¿Ahora ni siquiera le vas a responder a tu amiga?

9:10 pm.

Nan: Sino puedes salir, solo háblame mañana temprano o cuando quieras, voy a estar pendiente. Aunque estoy un poco preocupada. Voy a estar en casa en lugar de quedarme con Killian hoy.

9:15 pm.

Killian: Asegúrate de vernos mañana y disculparte con Nan, todos estamos preocupados, Allison.

9:45 pm.

Darren: Puedes, por favor, solo responder si estas bien…

10:30 pm.

Además de todos esos mensajes, tengo cinco llamadas perdidas de todos ellos.

Dios.

Son las siete de la mañana, es temprano, pero no dudo antes de marcarle directamente a Nan sin contestar ninguno de los mensajes.

Contesta al segundo timbre.

- ¡Al fin apareces! Te iba a dar una hora más antes de ir a tu casa, quisieras o no – regaña.

- Lo siento, acabo de despertarme – murmuro yendo al baño.

- ¿Dormiste toda la noche hasta ahora? – pregunta sorprendida.

La entiendo. Sin embargo, no es lo que cree.

- Tome las pastillas del dolor antes de acostarme – la pongo en altavoz mientras me lavo los dientes.

- Ah – murmura decepcionada de nuevo.

¿No debería ser más sorprendente si de verdad regresar a esta casa me hiciera dormir más a gusto?

Estoy dañada, pero no tanto.

- No creí que todos se preocuparían tanto – digo antes de meterme el cepillo a la boca.

- Killian me dijo que Taylor esta llegando y lo primero que hizo fue preguntarle sobre ti, no solo Darren – dice casualmente.

No entiendo su punto.

No contesto.

Carraspea.

- ¿Estas bien? -.

Escupo la pasta y me enjuago antes de responder.

- No creerás lo alto que esta Ian ahora, me llega a los hombros – digo sonriendo – Planeo desayunar con él y pasar algún tiempo de calidad sino tiene algo que hacer, pero después podemos vernos si quieres -.

- Mándame un mensaje cuando estes libre. Iremos por ti -.

- No es necesario – comienzo a decir, pero ya ha colgado.

Suspiro y decido darme una ducha antes de bajar, pero primero…




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