Elisa

Desesperación

 

Hospital

San José, Costa Rica

¿Quién sería el idiota que dijo que las personas que están en coma no se dan cuenta de lo que sucede a su alrededor? Elisa se preguntaba eso al tiempo que escuchaba un molesto sonido el cual probablemente pertenecía a la máquina que la mantenía respirando.

"Era por su bien" escuchaba a los médicos decirse entre ellos.

Aunque el medicamento la mantenía sin dolor y parcialmente sedada, no quiso abrir los ojos. No era solo un asunto de incomodidad al sentir la luz en su rostro. Si él se daba cuenta que estaba despierta, intentaría que le hablase sobre lo sucedido. No es que fuese un bastardo insensible.

<<Al menos no todo el tiempo>>

Simplemente su forma de sobrellevar lo sucedido seria entrar en modo "agente del FBI" para atrapar al responsable, lo peor sería que además de querer vengarse <<O hacer justicia según como se viese>>, acabaría culpándose por todo y esa era una verdad tan absoluta que resultaba incuestionable. Aprovechando que tanto Antonio como el médico abandonaron la habitación, se permitió abrir un poco los ojos <<gracias a Dios no hubo dolor>> al tiempo que meditaba sobre su vida.

Se sentía vacía, lejos de aquellos a los que quería y sin poderse ir. No tenía idea de si siquiera se levantaría de aquella cama, si les volvería a abrazar. Viéndolo desde ese punto de vista, su captor había ganado.

Mientras Elisa se dejaba llevar por sus pensamientos, Antonio acosaba al médico sobre su condición.

— ¿Cuándo va a salir de ese estado, doctor?

—Debe calmarse, joven.

— ¿Calmarme? Elisa ha pasado por un verdadero infierno y en lo último en lo que puedo pensar es en calmarme.

—Lo sé, pero el daño que sufrió en esos días fue mucho. Ella no le necesita agresivo aunque tenga razones de sobra para estarlo. Elisa fue sometida a una carga emocional tan fuerte que si no es cuidadoso con ella, puede hacerla colapsar.

— ¿Colapsar?

—Piense en Elisa como si fuese un pajarito herido, su fragilidad emocional debe ser su única prioridad, por encima incluso de la venganza.

El médico añadió esto último antes de que Antonio pudiese manifestar que además de cuidar de Elisa, su prioridad seria "hacer justicia"

— ¿Cómo pudo sobrevivir sin alimento? En la cabaña no había restos de comida o algo que indicase que estaba alimentándola.

—Mire joven, en casos como el de Elisa es obvio que su captor pensaba torturarla y por ello la sometió a una hambruna extrema. Verá, el organismo empieza a decaer cuando el aporte dietético es menor al 50 por ciento necesario para cada organismo, esto obviamente varía dependiendo del índice de masa corporal de cada persona. Él la tuvo durante diez días, imagínese que un organismo comienza a utilizar las grasas corporales a partir de los 7 días sin alimento. En cuanto al agua, se ve por el estado en que llegó que le dio una mínima cantidad y eso corrobora mi sospecha de que matarla, no era una prioridad inmediata en su maquiavélica agenda.

— ¿Cómo lo puede saber?

—Tiene muchos síntomas de deshidratación, el ser humano puede sobrevivir sin agua solo tres días, si ella sigue aquí y estuvo en su poder diez días, significa que le abasteció con lo mínimo necesario.

—Me preocupa que este tipo llegue a ella para intentar acabar con lo que empezó.

—Aquí está segura. Podría resultar casi ofensivo que diera a entender lo contrario.

—No es nada personal doctor, este tipo es altamente peligroso y por eso el padrino de Elisa está trayendo agentes del Centro de Investigación Judicial, para custodiar la puerta. Piense en sus otros pacientes, él va a hacer todo lo posible por llegar a ella y matará a todo aquel que se interponga.

—De acuerdo. Voy a continuar mis visitas en otros cuartos, regresaré más tarde.

Cuando estuvo solo fue a verla a la habitación. Tomó una silla y se sentó a su lado. Sujetándola de la mano le reveló sus miedos y se sinceró con ella. Elisa, sin él saberlo, era totalmente consciente de cada una de sus palabras.

—Elisa... ¡soy un ex agente del FBI, maldita sea! una de esas personas rudas que generan aprensión a quien se les mete en el camino y sin embargo tengo miedo. Creo que me estoy volviendo loco y no tengo forma de evitarlo pues te estás dando por vencida, te dejas ir y se ve. Sé que tienes miedo Elisa, que mil veces me dijiste que si él llegaba a ti no ibas a luchar más, pero te pido nos des la oportunidad de atraparlo. Solo te pedimos una micra de confianza y verás que al final serás la vencedora.

Eso te lo juro.


 



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En el texto hay: peligro, acosador, romance drama

Editado: 08.11.2018

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