El año por el que Manuel luchó tanto llegó finalmente, sus cientos de horas de rígidos ensayos le tenían donde quería, a punto de iniciar el partido más importante de su carrera. Los tecnicos de los distintos equipos estaban aglomerados para ver a la joven promesa. Pero segundos después todo quedó reducido a nada pues un oponente le lesionó gravemente. Los médicos intentaron reparar el daño pero la rodilla estaba destrozada al igual que el sueño por el que trabajó toda su vida.
Mientras le sedaban para controlar el dolor, Elisa rezaba porque no ocurriera una masacre, Manuel ya tenía esa vieja mirada que pensó perdida tres años antes. Todo fue tal cual temió y pocos meses después interpuso el divorcio el cual obtuvo fácilmente para su sorpresa.
Sebastián e Ignacio llegaron a visitarla en varias ocasiones, la joven que ambos amaron había desaparecido dando paso a una joven temerosa y retraída. En una de las ocasiones mientras almorzaban en el club con los padres de ambos, Sebastián la sujetó por la cintura y la arrojó a la piscina buscando según él, a la Elisa del pasado. Una que sin duda le habría arrojado con ella en castigo por su osadía.
Sin embargo Elisa salió del agua silenciosamente y se marchó del club sin ser consciente de la mirada de preocupación de los allí reunidos. Sebastián estaba dispuesto a investigar pero sus intentos fueron opacados por una llamada de sus superiores. Durante los meses que estuvo fuera del pais se juró a sí mismo, traer de vuelta a su vieja amiga.