Elisa

Ayuda

 

La vida de Elisa cambió drásticamente, todo a causa de una reunión en el club de sus padres. Alejandro y Daniela fueron excluidos de muchas reuniones sociales, la gente a su alrededor estaba cansada de la forma en que actuaban con Elisa. 

 

Por años nadie comentó nada pero de pronto les hicieron ver su terrible forma de tratarla. Así que en esos últimos tres años, tanto él como su esposa lucharon por mejorar su relación y aunque Elisa actuaba de forma cauta, poco a poco aceptó esa nueva faceta de ambos. Por eso aquella amenaza le tenía tenso y mientras leía la nota dirigida a su hija se maldijo mil veces por no haber sido un buen padre. 

 

Su hija había hecho un buen trabajo ocultándole todo aquello pero su investigador privado era el mejor que el dinero podía comprar y eso le sobraba. Esos últimos tres años le habían hecho darse cuenta del inmenso daño que habían causado a su hija con su indiferencia total. Quizás si hubiese confiado en ellos les habría dicho la verdad.

 

Ahora gracias a su investigador, descubrió que durante su matrimonio Elisa había ingresado varias veces a una clínica privada usando un nombre falso para ser atendida por los golpes y quemaduras que el bastardo le había causado. Su espalda era un mapa completo, por ello ya no se bañaba en la piscina, ni usaba pantalones cortos. Como padre sentía deseos de matar al bastardo, como cabeza de su familia estaba lleno de impotencia y rabia por no haber sido capaz de descubrirlo. Era hora de llamar a Ignacio. 

 

—Alejandro, debemos buscar ayuda profesional. Necesitamos saber que tiene a alguien con ella las veinticuatro horas del día.

 

—Querida, ya llamé a Ignacio.

 

— ¡Claro que es a quien necesitamos! No sé cómo no se me ocurrió pensar en él.

 

—Acabamos de enterarnos de esto. Aun no se lo he dicho todo, acaba de volver al país y preferí entrar en detalles cuando lleguen. Tanto él como Sebastián estarán acá hoy en la tarde. Nosotros somos tan culpables como el ex marido.

 

—Lo sé, pensé que estábamos haciendo todo bien. Espero que nuestra hija pueda perdonarnos.

 

—Espero lo mismo, querida.

 

— ¿Y para qué viene el pequeño Sebastián?

 

—El pequeño Sebastián, tiene 38 años.

 

—Para mí siempre será el pequeño Sebastián.

 

—Sé que él y Elisa han tenido contacto regular pero... ¡si ella le hubiese contado la verdad, las cosas serían distintas!

 

—Tranquilo...

 

— ¡Ese maldito enfermo la estaba maltratando y no recurrió a nadie!

 

—Duele, lo sé. Pero nuestra hija estaba realmente asustada, además no podía confiar en nosotros. Pero si nos dejamos llevar por la culpa no podremos ayudarla. Mejor explícame cuál será la función de Sebastián.

 

—Por ahora vendrá a actuar de guardaespaldas por así decirlo. Va a estar con ella las 24 horas del día, se encargará de protegerla.

 

— ¿Y su trabajo?

 

—Tenía vacaciones acumuladas, confiemos en que Ignacio sabe lo que hace al enviarnos a Sebastián. Vamos a comer algo, necesitamos estar listos para la visita.

 

—Me dijiste que Ignacio no sabía mucho.

 

—Solo que necesitamos un guardaespaldas, él intuye que si recurro a él debe ser serio.

 

Fue cerca de las cinco que llegaron. 



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En el texto hay: peligro, acosador, romance drama

Editado: 08.11.2018

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