Al llegar a la casa la cargó en brazos a pesar de sus protestas. Apenas puso la cabeza en la almohada el sueño se apoderó de ella. Antonio la desperto varias veces para re3visar que stuviera bien,
Por la mañana el olor a café la llevó hasta la cocina. Antonio lucía un holgado pantalón de franela y su pecho estaba desnudo. Era de los hombres que quitaban el aliento con tan solo verlo.
Repasando su indumentaria comprendió que probablemente Mauricio le había llevado algo de ropa. Lo que le extrañaba es que se sintiera tan en confianza como para no llevar nada arriba. Y que Mauricio no se hubiese quedado.
—Huele muy bien.
—No sabía que tan fuerte lo tomas.
—Así está bien.
Un tenso silencio estaba en el ambiente, ella lucia bien y el necesitaba encontrar a quien la había atacado.
— ¿Crees que estarás bien si me ausento un rato?
—Planeo mirar televisión.
—De acuerdo. Sabes algo, fue una suerte que quien te atacó, solo causara una leve conmoción y que el corte no necesitase puntos
—Lo sé y agradezco me encontrases aunque aun no entiendo que hacías por el lugar
—Fui a buscarte al pueblo y me dijeron que estabas en el lago. No me tienes confianza pero me gustaría que me contaras lo sucedido.
—Aun no puedo....
—Sé que creíste que era tu ex...
—Antonio.... No me hagas hablar de él, me costó demasiadas cosas en mi vida.
Verla llorar le partió el alma y en dos pasos estuvo a su lado, le hizo levantarse de la silla y la estrechó entre sus brazos. Al principio la sintió tensarse pero luego se relajó.
Cuando la sintió debilitarse la tomó entre sus brazos y la llevó al sillón.
—Cielo, es importante para que podamos ayudarte, que me digas lo que te hizo ese cabrón.
—Ahora no por favor.
—Voy a volver en la noche y hablaremos.
— ¿Siempre eres tan mandón?
—No es ser mandón, alguien daño lo que considero mío.
La sintió tensarse tan solo segundos después, fue un enorme error mostrarse tan territorial.
— ¿Me consideras tuya? ¿Como si fuese de tu propiedad?
Mierda, se dijo Antonio, no terminaba de embarrar el asunto.
—No quise que sonara así.
—Vete de una vez Antonio.
—Lo haré por ahora, pero regresaré en la noche cielo. Vas a ser mía en algún momento, pequeña.
— ¡Jamás! Escapé de un matrimonio abusivo.... Dónde fui solo su propiedad...
—Pequeña, lo que dije fue posesivo pero no impositivo.
—no nos conocemos.
—Lo sé y por ello te dares todo el tiempo que necesites. Jamás te causare dolor o miedo, nunca te maltratare.
Elisa se ruborizó ligeramente pero no fue capaz de apartar los ojos de Antonio. Ambos se acercaron como atraídos por un imán y en el momento en que Antonio la besó, todo lo demás desapareció.
La besaba con hambre sin llegar a ser invasivo, al menos no al principio. Colocó sus manos en su espalda y la acaricio lentamente, pegándola aún más a su propio cuerpo. Luego de unos segundos...
—Voy en serio, quisiera ponerte un anillo de bodas
— Pero hay un asunto, Antonio. No quiero casarme de nuevo.
—Vamos paso a paso, ahora solo déjame amarte y mantenerte a salvo.
—Nadie puede, Manuel es capaz de cosas terribles, de matar como si no fuese nada.
— ¿Mató a alguien a quien amabas?
—No puedo hablar de esto, por favor.
—Por ahora y volveré en la noche junto con Mauricio.