“Cuando éramos niños amábamos jugar todas las vacaciones, ahora es distinto tenemos una persona de por medio y muchos problemas que arreglar”.
Capítulo 2
Hoy ya comienza las vacaciones decembrinas y desperté con la grandiosa y ruidosa noticia que mí padre había llegado a casa muy temprano, eso significaba que en todo momento la persona que se acerque a la casa que no fuera Carlos o su familia están vetados rotundamente de aquí, esto solo ocurre cuando él viene ya que no le gusta que me junte con otras personas, a Emilio lo ha visto un par de veces pero no le gusta que salga con él, ya que cree que arruina la relación que tengo con Carlos, pero en fin, baje a desayunar y como de costumbre siempre está sentado con una gran taza de café y su teléfono revisando sus negocios, haciendo que mi presencia en el comedor no sea muy notoria.
Hay veces que quisiera explicarle lo que sus acciones me hacen sentir, a veces quisiera verlo orgulloso de lo que hago, que me hubiera visto jugar cuando tenía 5, que siempre me diera un consejo para enfrentar un problema, que me explicara el porque de muchas cosas, pero sobre todo una palabra, un abrazo o algo que me digiera que nunca iba a estar sola a pesar de que él estuviera lejos de casa.
Después de desayunar, decidí subir a mi cuarto para poder recostarme un poco, hasta que comencé a oír golpes en la ventana, abrí la ventana y pude observar que era Emilio diciendo:
-Mugrosa, salgamos, dijo gritando y haciendo señas con las manos como si de un rescate se tratara.
-No puedo ir mi padre acaba de llegar, lo siento, dije haciéndole un puchero.
-No te preocupes, tengo todo arreglado, dijo con una sonrisa
-Que estas tramando mocoso, dije cruzándome de brazos
-Tú confía en mí mugrosa, dijo con una sonrisa aun más grande, arréglate y te espero en la cocina, agrego.
-Está bien pero no hagas una tontería por favor, dije en tono serio.
-Usted manda señorita, dijo poniendo su mano en la frente como si fuera un militar.
Cerré la cortina y comencé a cambiarme, me puse un pantalón de mezclilla, una playera de manga larga blanca y un abrigo café, debido a la temporada invernal no podía hacer mucho con mi vestimenta, guarde mis cosas en una pequeña mochila y baje las escaleras sin hacer mucho ruido, para mi suerte mi papá estaba en su despacho en una junta, llegue a la cocina y pude ver en la puerta a Emilio y a Lily hablando así que decidí acercarme a saludarlos para poder irnos, sin que antes Lily digieran:
-Elizabeth por favor no regreses muy tarde, dijo un poco preocupada.
-Está bien no lo haré, dije dándole un abrazo, muchas gracias por ayudarme, agregue.
-No hay de que mi niña, diviértanse, dijo sonriendo.
-Hasta luego Lily, dijo Emilio dándole un abrazo
-Hasta luego niño y por favor cuídala mucho.
-Claro que sí, dijo Emilio dándole un sonrisa.
Después de eso comenzamos a caminar y como de costumbre él saco una pequeña caja con un par de audífonos para después darme uno y así poder escuchar aquella canción que siempre escuchábamos y que nunca dejábamos de repetir, 20 cm era la única canción que podíamos escuchar en cualquier momento en cualquier lugar, es tan especial, aunque siempre he prometido buscar la traducción, prefiero dejarla así ya que no me gustaría encontrarle algún defecto a la letra, prefiero que esta se quede en misterio y que solo sea esa canción perfecta que algún día queremos escuchar en vivo.
Después de caminar un rato llegamos a un pequeño mercado de antigüedades, solemos venir muy a menudo ya que este es nuestro único lugar donde podemos estar juntos sin preocuparse de que nos vean juntos, es nuestro lugar feliz.
Nos adentramos al callejón y comenzamos a observar los distintos objetos que había sobre las mesas, hasta que observamos una cámara de video muy linda esta tenía algunos stickers pegados, como si hubiera sido decorada por una niña pequeña, inmediatamente Emilio pregunto el costo de esta, por suerte juntando algunas libras que ambos teníamos logramos comprar la cámara, aún se encontraba en muy buen estado, después seguimos observando todos lo puesto y saliendo del mercado comencé a grabar todo lo de mi alrededor como si fuera un documental de televisión, ha esto Emilio comentó:
-Te ves muy chistosa grabando, dijo riendo
-No te rías de mí, mejor saluda a la cámara por favor, dije apuntando la cámara hacia él
-Hola a todos soy Emilio, dijo con una gran sonrisa y agitando su mano en forma de saludo.
-Le podemos hacer unas preguntas señor, dije jugando como si fuera una reportera.
-Claro que sí señorita, dijo poniendo sus manos detrás de su espalda
-¿Qué le gusta de su ciudad?
.Me gusta la vista y el clima frio
-¿Qué es lo que le gusta hacer en su tiempo libre?
-Me gusta salir a caminar con un elfo de cabellos dorados que come espagueti como si no fuera un mañana.
-Mmmm, muy bien y la última pregunta, ¿Quién es ese elfo?
-Ese elfo es la persona más especial que tengo en esta ciudad, es la única persona con la que puedo hablar y ser yo, es el mejor elfo que pude encontrar.
-Muchas gracias por sus respuestas señor, dije para después voltear la cámara, y yo soy ese elfo especial agregue para después sonreír.
Cuando lo mire pude observar como sus mejillas se ponían de un color carmesí, ha eso solo pude decir:
-A caso te puso nervioso decir que soy especial, dije en tono de burla
-Claro que no y déjame decirte que no eres tan importante, dijo cruzándose de brazos y sacándome la lengua, como si de un niño se tratara.
-Sí no soy tan importante porque buscarías la manera de sacarme de casa cuando mi padre está ahí, dije cruzándome de brazos también.
-Estaba aburrido y no hay nadie con quien salir, dijo revolviendo mi cabello y tomando la cámara para comenzar a grabarme.