“Si la persona que esta a mi lado esta noche no eres tú, las estrellas no se ven en le cielo, la noche se ve más obscura y las calles se vuelven solitarias”.
Capítulo 3
Mí alarma sonó muy temprano en la mañana y como de costumbre ni siquiera me dí el tiempo de apagarla, solo entre al baño y comencé a arreglarme ya que la cita con los padres de Carlos era muy temprano, siempre se acostumbraba llegar a las 9 de la mañana para desayunar y después me veía en la necesidad de aprender cosas de mujer casada, ya que esa sería mi vida desde el momento en el que cumpla 21, esto no era algo que hiciera sentir bien ya que me siento inútil, yo siempre quise tener una profesión y trabajar ayudando a la gente para después ir a conocer el mundo, Emilio siempre me dice que no es muy tarde para que haga un intercambio y voluntariado en otros países, los requisitos siempre los he tenido lo único que me detiene es la boda y todos los planes de mi padre y la familia de Carlos, pero en fin.
Después de salir del baño me puse la ropa, era un vestido lila de flores estos atuendos siempre los guardaba para este tipo de ocasiones ya que era imposible que no me viera como una señorita decente, arreglé mí cabello y me coloque aquel collar que la madre de Carlos me había regalado, después de terminar de alistarme, en mí bolsa guarde uno de los libros que Emilio me había dado, para leer mientras llegábamos a la casa de Carlos, después me puse mi abrigo y bajé a la sala, me senté en el sillón a esperar a mi padre para poder irnos, después de unos minutos mi padre bajo y nos fuimos, en el camino comencé a leer algunas páginas del libro para matar el tiempo, pero cuando menos lo pensé ya habíamos llegado, cada que me paraba en la entrada de aquella casa mí corazón comenzaba a latir muy rápido y mi estomago se revolvía, era una sensación muy extraña que no lograba entender, abrieron la puerta y entramos a la casa, después de dejar nuestras cosas nos invitaron a pasar a la mesa, en las platicas casi no me gustaba omitir mi opinión ya que no me siento en confianza, me gustaba estar en silencio y solo desayunar.
Después de desayunar la madre de Carlos, me llevó a la cocina, para decirme lo importante que es su vida ayudando a su esposo y que esperaría que hiciera lo mismo con Carlos y muchas más cosas a las que no le presté atención, después de toda la plática, logre escaparme para salir al jardín a tomar un poco de aire y leer un poco más del libro, me senté en un pequeño sillón y me dispuse a leer, cuando menos me dí cuenta revisé mí teléfono y ya eran más de las 3 de la tarde, el día se me había ido muy rápido, ellos seguían jugando cartas y la señora estaba sentada solo observando, en ese momento me imaginé como sería mi vida cuando me casara, para ser sincera me asuste mucho, como podría permitir que yo solo sea la que observa y no dice nada, que solo mi esposo es el que hace algo y yo solo su acompañante, prefiero huir al otro lado del mundo que pasar por eso, mejor deje de pensar y me volví a mi lectura, paso algunas horas más, comimos y siguieron haciendo unas cosas de trabajo, ya estaba obscuro así que decidí entrar por mi abrigo para volver a salir, pero antes que pudiera hacerlo Carlos dijo:
-Elizabeth salgamos, dijo en tono alto
-Me dices a mí, dije confundida mientras me volteaba a observarlo
-Sí, a quien más le hablaría, dijo con una sonrisa
En ese momento me quede helada ya que nunca espere que me pidiera salir con el algún lado y antes de que yo respondiera algo mi padre dijo:
-Elizabeth ve con Carlos, dijo viéndome fijamente
-Está bien solo voy por mí libro, dije dando un suspiro
Tomé mis cosas y me subí al coche, en el camino no dije nada hasta que llegamos, era un lugar muy obscuro que no estaba muy lejos de su casa, era un pequeño bosque donde se veía la ciudad, me senté en una banca y solo comencé a observar, Carlos se sentó y dijo:
-¿te gusta la vista?, dijo observando la ciudad
-Si, es muy linda, dije para después dar un suspiro
-¿podemos hablar?, dijo con la mirada hacia el frente
-Enserio quieres hablar conmigo, dije confundida
-Yo sé que no te he tratado bien, pero quiero tratar de llevarme lo mejor que se pueda contigo.
-Está bien, yo tampoco quiero que nos llevemos mal, solo te voy a pedir que ya no molestes a Emilio, dije volteándolo a ver
-Está bien, lo prometo, dijo sin darme una mirada.
Nos quedamos un rato en silencio ya que nunca habíamos hablado sin que alguien interviniera, en ese momento mi teléfono sonó, era Lily quien me había mandado un mensaje, el mensaje decía:
“Mi niña, los papás de Emilio me avisaron que Emilio se enfermó, me dijeron que tiene fiebre, está bien pero iba a estar solo en casa, te aviso por qué le voy a llevar un poco de comida y quería saber si quieres que le lleve algo.”
Al leer eso me quede sorprendida y lo único que le pude responder fué:
“Ya voy en camino”
Al ver mi cara Carlos me pregunto:
-Elizabeth estas bien, dijo un poco confundido
-Sí, por que, dije nerviosa
-Es que tu cara cambio después de revisar tu teléfono, dijo mirándome.
-Enserio estoy bien, dije poniendo mis manos en el banco donde estábamos sentados
En ese momento sentí como su mano se colocó muy cerca de la mía y dijo:
-Quieres saber algo Elizabeth, eres muy linda, dijo acercando su mano aún más a la mía.
A esa acción lo único que mi cuerpo hizo fue quitar la mano bruscamente para después decir:
-Gracias por todo, pero para ser sincera no me siento cómoda, aún siento que me falta confianza para hablar contigo, solo dame un poco de tiempo para poder acoplarme a estar contigo, dije cabizbaja
-Lo dices por Emilio, cierto, dijo en tono serio
-No es por él, solo que no me siento bien cuando estamos juntos, dije en voz baja