Elizabeth

Capítulo 6

"Los sentimientos se volvieron confusos, el caos crece ante mis ojos y el dueño de los tulipanes no es quien yo creía."

Capítulo 6

- Veo que te la pasaste muy bien con Emilio, dijo en tono serio, no creo que eso le haga mucha gracia a tú padre

- ¿Cómo supiste?, dije nerviosa

- Yo observo todo, crees que dejaría que una niña como tú arruine todo solo por su estúpido amigo, dijo en tono serio

- Entonces eras tú el que nos estaba siguiendo, por favor consíguete una vida y deja de ser tan patético, dije molesta

- La que debería de ser menos patética y comenzar a comportarse eres tú, malcriada, dijo subiendo el tono de voz

- Tú no tienes que decirme que hacer o que no, también si salgo con Emilio no es de tu incumbencia, dije igualmente subiendo el tono de voz

- No a mí no me tienes por qué decir eso, díselo a tu padre y de paso lo que haces cuando él no está, dijo aún más enojado

En ese momento mi mente se quedó en blanco al escuchar tales palabras, ya no sabía que contestarle, sí alguien le decía a mi padre me llevaría lejos de aquí, a mi silencio dijo:

- Muy bien, si no quieres decirlo tú, lo haré yo, ya estoy harto de ser yo quien cubra tus salidas con ese idiota.

- No por favor, no digas nada, dije preocupada

- ¿Qué vas a hacer por mí?, dijo serio

- ¿Qué quieres que haga?, dije para después dar un suspiro

- Quiero que salgas conmigo, no puedes escaparte como la otra vez y no quiero que llames o veas a ese idiota todo ese día.

- Está bien, lo que tú digas y ¿A dónde quieres ir?

- Quiero ir a donde siempre vas con ese idiota, dijo serio

- ¿al London eye?, dije sorprendida

- Sí, quiero ir ahí

En ese momento ya no había marcha atrás, el tenia todas las armas para terminar mí amistad con Emilio, ya que si yo me atrevo a negarme a lo que diga, encontrara la oportunidad de decirle todo a mí padre. Lo único que no logro entender es porque tiene tantas ganas de ir ahí, ese lugar es especial para Emilio y para mí, no sé qué intente hacer, pero no puedo decirle que no.

- Está bien, dije para volver a soltar un suspiro

- Nos vemos niña, dijo en tono burlón.

Colgué la llamada y me acosté a dormir, no pare de dar vueltas, porque de ser el mejor día se volvió malo por culpa de Carlos.

(Emilio)

Estaba a punto de ir a casa de Elizabeth, para llevarle su pingüino, hasta que alguien llamó a la puerta, este era Carlos con un semblante frio como es de costumbre a está visita dije:

- ¿Qué haces aquí?, dije en tono serio

- Solo vengo a informarte que hoy le diré a Elizabeth que me gusta y no quiero que te acerques

- ¿Qué te sucede idiota?, dije molesto

- No te gustó la idea, lo siento mucho ya es muy tarde y además me va a llevar a su lugar favorito, dijo en tono burlón

- No creo que ella haya querido ir contigo así de fácil, la conozco más que tú idiota, dije aún más molesto.

- No podre saber mucho de ella, pero sé que ella haría todo porque su estúpida amistad contigo no se sepa y ahora que tuve esta oportunidad de decírtelo en la cara, no quiero que te acerques a ella, si no todo esto se acaba y como veo que ibas a ir a verla, quiero que le digas que no estarás o que te surgió algo, y claro tengo la certeza de que lo vas a hacer, te gusta tanto que jamás permitirías que le pase algo o me equivoco.

- ¿De qué hablas?

- Por dios, todos sabemos que has estado enamorado de ella desde hace mucho y no has querido decirle, pero ahora ya es muy tarde porque yo seré el que salga con ella.

- Como puedes estar tan seguro, a ella no le gustas, ella odia que tú seas la persona que le arruine la vida, por tu culpa ella tiene que dejar su carrera sin ejercer y sabes una cosa, sí me gusta lo suficiente para saber que ella quiere ser feliz, estudiar, trabajar y vivir su propia vida, y también sé que soy capaz de guardar mis sentimientos para que ella cumpla sus sueños y no sea otro costal que tenga que cargar como lo son ustedes, me gusta, pero prefiero verla siendo independiente, porque eso hacen las personas que te quieren, te ayudan a subir a la superficie no te hunden más.

- Que ridículo eres, lo que deberías hacer es alejarte de ella, solo le llenas la cabeza de estupideces, ella ya tiene dinero, ella no necesita hacer más, ah y por cierto casi lo olvido, que lindos tulipanes le enviaste de mí parte.

- ¿Cómo sabes?

- Su padre me agradeció por ellos

- Eres un maldito idiota, como puedes ser así con ella, tú nunca serás algo para ella más que un arruina vidas

- Cállate idiota y ve a decirle que no estarás o si no termino su estúpida amistad, dijo para después entra a su auto e irse.

No dije nada y comencé a caminar a casa de ella, mi corazón se estaba haciendo pedazos, pero tenía que hacerlo por ella, la quiero tanto que no pude permitir que la alejen por mí culpa, seguí caminando hasta que llegue a su casa, tocar la puerta de su casa jamás me había dolido tanto, toque y sonreí.

(Elizabeth)

Al día siguiente me desperté por el sonido de la puerta, bajé a abrir y para mí suerte era Emilio, él había venido a dejar a mi pequeño pingüino ya que ayer lo había dejado en su casa, a esto dijo:

- Buenos días niña, creo que olvidaste a este pequeño amiguito ayer, dijo con una gran sonrisa

- Muchas gracias, dije para después abrazar a mí pingüino

- Veo que aún tienes sueño, dijo revolviendo mi cabello, aún puedes dormir un rato más, así que sube y vuelve a dormir, agregó.

- ¿No quieres pasar?

- No está bien niña, voy a salir con mis padres, solo quería traer a tu pingüino y ahora que cumplí mi misión me voy, dijo dándome una sonrisa.

- Está bien, nos vemos luego




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