Elizabeth

Capítulo 8

"Nunca había intentado reunir valor para decir todo el amor que siento por ti, al igual que jamás pensé que sería tan difícil decírtelo de frente"

Capitulo 8

(Emilio)

Hoy me desperté muy temprano en la mañana, mi abuelita ya estaba sentada tomando un café, ella me dio los buenos días y muy emocionada me dijo que ella me llevaría a casa para que por fin confesara mis sentimientos por Elizabeth, así que desayunamos, tomé mis cosas y nos fuimos, verla así de feliz me hacía sentir bien ya que después de que mi abuelo murió ella no volvió a amar a nadie, ella siempre decía que nuca encontraría a alguien como él, porque todas las almas gemelas van en pares y que el siempre fue y será su alma gemela. Ahora la entiendo tanto, yo también no podría amar a nadie más que no sea Elizabeth y si ella me faltara, me dolería el alma porque ella es mi vida entera, es todo y nada, mi alma gemela, pero sobre todo ella es el te amo más sincero que diré en toda mí vida. Mi abuelita siguió manejando un rato más hasta que llegamos.

(Elizabeth)

Hoy me desperté con la noticia de que algo iba muy mal con la empresa de mi padre, Carlos pasó por mí desde muy temprano, no sé si Emilio regresará pero le envié un mensaje a Emilio diciendo que hubo un problema con mi familia y que no estaré pero que le avisare cuando vuelva porque necesito hablar con él.

Llegamos a su casa y no había nadie, eso me sorprendió mucho ya que en estas situaciones todo esto es una locura, a esta situación le pregunte:

- ¿Por qué no hay nadie?

- Lo siento tuve que decirte esto para que no veas a ese idiota

- Ya basta, no fue suficiente con lo que te dije ese día, dije molesta

- No niña estúpida, tienes que tener algo en claro, yo no voy a permitir que ese idiota se te acerque nunca más, porque tu vas a ser mí esposa, métetelo en la cabeza de una buena vez, dijo gritando muy molesto

- No me vuelvas a llamar así idiota y te prohíbo que te metas en mi vida, ya estoy cansada de que todo el tiempo tú y mis padres este diciéndome lo que debo de hacer como para que todavía te atrevas a decir con quien debo salir, estoy harta ya de ser su maldita muñeca, todo el tiempo me recalcan  como debo actuar y ser, por no arruinar sus malditas vidas y sabes una cosa la única vida que están arruinando es la mía, pero claro, como todos son unos malditos egoístas tengo que tragarme todo y sonreír , dije aun más enojada

- Sí obedecieras todo al pie de la letra no estarías sufriendo.

- Por dios, enserio que pensé que eras más inteligente, como voy a obedecer todo sin sentimientos, por favor no soy un objeto que puedes mover a tu gusto y por si todavía no te queda claro soy un humano, pienso, siento y hablo. Deja de dar pretextos tontos y déjame salir de aquí

- No puedes, dijo cerrando la puerta

- Carlos, quiero irme a mí casa, dije intentando quitarlo de la puerta

- Quédate aquí esta noche

- Como me voy a quedar aquí después de todo lo que dijiste, no seas ridículo.

En ese momento su teléfono comenzó a sonar, sacó su teléfono y sorpresivamente mí padre lo llamaba, él le dijo que yo me quedaría en su casa por hoy, mi padre muy feliz le dijo que si sin ningún problema, al escuchar eso me resigné y deje de forcejear con él, a lo que él dijo:

- Así me gusta más, que obedezcas y te calles

- Cállate idiota

El salió de la sala y se dirigió a la entrada de su casa hablo un momento con él guardia para después decirme:

- Voy a ir a un partido

- Entonces me voy, dije tomando mis cosas

- No, tú no te vas, tú te quedas aquí y cuidado si te vas porque yo mismo voy y muelo a golpes a ese idiota

- Y yo que voy hacer aquí

- No sé, lee un libro, yo que sé

- Eres un maldito idiota, dije gritándole

- Te veo en la tarde, cariño, dijo gritando desde la entrada

Estaba muy molesta, como se atrevía a dejarme aquí, intente salir de ahí, pero no me dejaba, eso me frustró tanto que decidí ya no hacer más, me senté y me puse a jugar en mi teléfono, estaba un poco cansada entonces el sueño me comenzó a ganar de poco en poco hasta que me quede dormida en el sillón. Pasaron algunas horas y desperté un poco asustada ya que se veía como iba a obscurecer, me levante y me dispuse a buscar a Carlos por todos lados, cuando logre encontrarlo estaba en la cocina preparando algo, esto era muy raro ya que él suele no hacer nada por sí solo, eso era una de las cosas que no me gustaba de él, la primera vez que nos presentaron.

8 años atrás.....

- Elizabeth, él es Carlos, tu futuro esposo

- ¿Él es mi futuro esposo?, dije disgustada

- Si , él es mi hijo, le gusta el futbol, no le gustan las verduras, tampoco le gustan las pastas y muchas más cosas que luego te daremos a detalle ya que sobre todo nunca lo permitimos tocar la cocina o los deberes del hogar, dijo su madre muy entusiasmada

- Y entonces, ¿Cómo logra sobrevivir?, ¿ es a acaso inútil?, dije curiosa

- Cállate Elizabeth, discúlpela por lo que acaba de decir, ya sabe como son los niños, dijo mí padre tomándome de los hombros.

- No se preocupe, dijo su madre soltando una pequeña sonrisa de nervios.

Siento que desde el momento en el que nos presentaron ya sabía que esto no iba a salir bien, aún recuerdo que esa vez me regañaron mucho por decir eso, tanto que Emilio me daba chocolates aventándolos hacia mi ventana ya que no pude salir a ningún lado por varios días.

Después estar un rato perdida en mis pensamientos sentí como me jalo del brazo y me sentó en una silla de la cocina para después decirme:

- No suelo hacer esto siempre, ya que mi madre no me deja entrar a la cocina, dijo para después dejar un plato frente a mí

- A veces no te entiendo, primero me gritas, después me dejas todo el día aquí y te disculpas con esto




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