Elizabeth

Capítulo 10:

Capítulo 10:
 

Una melodía resuena en la habitación, sé que la conocía; pero no podía asegurar de donde. Me acurruque aún más entre mis sábanas, notando que algo o alguien rodeaba mi cintura. 
 

Abrí mis ojos de golpe, encontrándome con un Nicholas durmiendo muy tranquilo. ¿Cúando llegó? No lo había notado, hasta este momento. Caí rendida en los brazos de Morfeo, una vez que estuve en mi cama y por eso, no me enteré de la presencia de mi hermano. 
 


 

Estire mi brazo hacia la mesita de noche y apague la alarma del móvil. Hoy tenía un día largo en la Universidad y algún que otro exámen, genial. Luego de la noche como la de ayer, lo que más deseaba era tranquilidad. Lo necesitaba, más que nada por mi salud mental. 
 


 

El contarle a mi nana todo lo que venía sucediendo en mi vida, me aliviano un poco la carga que llevo sobre mis hombros. Aunque ella no fue capaz de despotricar en contra de Eloise, al menos no en mi presencia. Sé que no está de acuerdo con la mayoría de las acciones de mi madre, pero nunca lo admitirá en voz alta. 
 


 

Me acomodó boca arriba y observo el techo de mi habitación, los ronquidos de Nick era el único sonido que se oía. Supongo que tuvo una noche movida como la mía y más si su enamorado estaba en la fiesta, ya que los descubrí juntos y besándose. 
 


 

Ayer los hermanitos Collins, anduvieron a los besos. 
 


 

Ya, ni me lo recuerdes. 
 


 

Ethan es... ¡Agh! Exasperante y más por decir todo eso, ¿acaso no entiende la magnitud y el peso de su declaración? Iba a casarme, con su mejor amigo. No le entiendo nada, de verdad. ¿Acaso pensó que correría a sus brazos luego de eso? ¡Está completamente loco! ¿Loco? ¡Desquiciado! No se encuentra en sus cinco sentidos, lo he comprobado totalmente. 
 


 

—Buenos días —dice una voz adormilada a mi lado, mientras se despereza y suelta un sonoro bostezo. 
 


 

—¡Buenos días! —chillo y por su parte gruñe. 
 


 

Sí, ha bebido y acabo de comprobarlo. Esta es su reacción si lo ha hecho y más cuando le saludo de esta manera. 
 


 

—Joder —masculla, tapándose el rostro con su brazo izquierdo—, Bájale dos rayitas a tu voz, que mi cabeza en este momento no está del todo bien —avisa, más gruñon de lo normal. 
 


 

No puedo evitar reír y negar divertida. ¿Quién le obligó a beber tanto? Nadie, exactamente. Ahora que asuma las consecuencias y escuche mi preciosa voz, que es una melodía muy dulce. 
 


 

Tanto tú, como yo, sabemos que no es así y que más que una dulce melodía, es como una bocina. 
 


 

¡No es cierto! Que sepas que me has ofendido y mucho. 
 


 

El sonido de la puerta siendo abierta, interrumpió mi batalla con mi dulce consciencia, mi nana entró en la habitación; cargando con ella un hermoso ramo de jazmines. Por lo que veo, alguien sabe que son mis favoritos. 
 


 

—Buenos días, bellos durmientes —saluda con una sonrisa y recibe un gruñido por parte de mi hermano—. Veo que para alguien no son tan buenos —bromea y no puedo evitar reír—, Esto llegó para ti, toma —me dice y me extiende el ramo. 
 


 

Sin demora lo agarro y buscó si tiene una tarjeta, la cual encuentro sin demora. La desdoblo y leo lo que hay escrito dentro:
 


 

Siento lo sucedido anoche, 
no quise que sucediera ese beso 
y espero aceptes una cena a modo de disculpa. 
 


 

Ethan. 
 


 

¿Cómo sabe Ethan que los jazmines son mis favoritos? Ya, según él, alguien le habló de mí. ¿Pero quién? ¿Ian? Lo descarto totalmente, ya que apenas y si nos conocemos. No sabe absolutamente nada y yo menos de  él. Joder, todo esto es tan misterioso. 
 


 

—¿Qué dice la tarjeta? —curiosea Nick con una sonrisa e intenta leer, pero la escondo de inmediato. 
 


 

—Es de parte de Ian —miento, es lo mejor que se me pudo ocurrir. 
 


 

La sonrisa que en un momento adornaba su rostro, desaparece y aparta la mirada. Mierda, ¿qué ha sido eso? 
 


 

—Es tu prometido a fin de cuentas —dice, parece dolido y molesto. 
 


 

—Nick, en realidad... —no me da tiempo a terminar, que ya estaba fuera de la habitación. Joder. 
 


 

Es veloz y más cuando está de malhumor. 
 


 

Lo sé, pero no entiendo que ha pasado. ¿Por qué esa actitud extraña? Entiendo que no está a favor de la boda, pero porque actuar así ahora. 
 


 

—Ya se le pasará —mi nana trata de apaciguar el momento. 
 


 

—Tú sabes algo —la acusó y se encoge de hombros. 
 


 

—Me temo que no, Lady Elizabeth —me dice en ese tono que conozco a la perfección. 
 


 

—¡Margaret! ¡Habla! —exijo y niega, saliendo de mi habitación. Genial, no dirá una puta palabra. Suelto un suspiro cansino y me tiro de espalda en el colchón. 
 


Parece que ya es una costumbre, ocultarme cosas, joder con todos. Pero algo era seguro, acabaría por descubrir que ocultaban esos dos, claro que sí.

¿Eres Sherlock Holmes, acaso?

No, pero podría serlo, no es como si fuera muy difícil. Solo tenía que atar cabos y así llegar a la verdad, a eso que mi hermano quería que no supiera. Vamos, jamás me contó que le gustan los chicos hasta que se embriago y sino fuera por ello, seguiría viviendo en la completa ignorancia. Nick era muy misterioso y más si se trata del chico del que esta enamorado y que anoche estuvo en esa fiesta. Pero, ¿quién es? Os aseguró que lo conozco, por eso no me lo ha presentado. ¿Pero porque ocultarlo de mí? Sabe que no le juzgare y que no le contaré a Eloise ni a nuestro padre, seré una completa tumba.



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En el texto hay: amorprohibido, matrimonio arreglado, chantaje

Editado: 21.04.2022

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