Elizabeth

Capítulo 11:

Capítulo 11:
 

Abrí la puerta con mas fuerza de la necesaria, sí, estaba molesta, confundida y me importaba muy poco que los demás vieran eso. Tiritaba del frío, no había sido buena idea caminar bajo aquella intensa lluvia, mañana esto me pasaría factura. ¡Estupendo! Mi adorable madre -nótese el sarcasmo- salió de la sala al escuchar el ruido que acababa de hacer, su ceño se frunció al ver que yo fui la causante, también al inspeccionar mi aspecto y no demoró en hacérmelo saber:
 


 

—¿Éstas son horas de llegar? ¿Dónde estabas? ¿Con quién estabas? ¿Con Connor Wells, acaso? ¡Te he dicho mas veces de las que puedo recordar, que ese chico no te conviene! ¡Y mira con que aspecto llegas, niña! —comenzó con su palabrería de mierda y realmente no me apetecía oírla. Había tenido demasiado por una noche.
 


 

Solté un sonoro suspiro cargado de molestia, ella lo notó y estaba a punto de volver a decir algo, hasta que mi mirada de pocos amigos y contestación le dejó en claro que lo mejor era cerrar el pico:
 


 

—Y a mí me importa poco esas veces que lo has mencionado y ya estoy bastante mayorcita para saber quien me conviene y quien no, madre —solté con veneno y dando por zanjado el tema.
 


 

Sabía a la perfección que ganas no le faltaron para replicar, la conocía demasiado para saberlo, pero comprendió o mejor pensó que sería bueno continuar con esta discusión en otro momento. ¡Maldición!
 


 

Continúe mi camino escaleras arriba, necesitaba llegar a mi cama y poner mi mente a descansar. ¡Jodido Ethan Blaire! ¡Le odio tanto! ¡Carajo! 
 


 

Eso no parecía cuando sus... 
 


 

¡Cierra el pico, joder!
 


 

Respiro con profundidad llamando a la calma, si seguía con esto sería perjudicial para mi tranquilidad y paz mental. Todo venía de mal en peor, la boda, Ian, Nick, mi madre y ahora Ethan y toda su declaración y sentimientos que no sabía como manejar. ¿Algo más se piensa sumar para hacer aún más miserable mi vida? Será mejor que no tiente a mi suerte y todo empeore.
 


 

—¿Liz, estás bien? —un preocupado Nick aparece en mi campo de visión y yo resoplo en respuesta, ¿no se notaba acaso? 
 


 

—Sí, Nicholas, todo esta de maravilla —digo de manera sarcástica y pagando con él mi malhumor. ¡Carajo! No tenía la culpa, eso era obvio, pero en este momento me venía como anillo al dedo descargar mi frustración con quien fuera, así no tuvieran velas en este entierro. 
 


 

¡Y todo es culpa de Ethan y toda su palabrería! Demonios. ¿Acaso no podían darme un respiro? Realmente deseaba un poquito de paz, solo por un momento. Que desaparezca Ian, la boda, mi madre y también Ethan. Y sumemos la llegada de Connor, de quién sabemos espera demasiado de mí y que mande por el caño todo. ¡Agh, joder! 
 


 

—Perdón Nick, no he tenido una buena noche —me disculpo, no espero una respuesta y entro en mi habitación, para luego deslizar mi espalda por la puerta y quedarme allí recordando los acontecimientos de esta noche...
 


 

Horas antes...
 


Veníamos con la música de fondo llenando el reducido espacio, mientras nosotros no emitíamos palabra alguna. Comenzaba a pensar que fue mala idea aceptar la cena, debí ignorarlo y continuar mi camino, él ni siquiera me habría notado. Demonios, me estoy metiendo en un buen lío.

Vamos, la noche anterior dejó muy claro que tiene una clase de sentimientos hacia mí y que Ian es un cobarde de mierda. No lo he dicho yo, sino el mismo Ethan. Además de aquel beso, que por una extraña razón he disfrutado de sobre manera. Estupendo.  

¿Y quién no disfrutaría de semejante hombre y sus besos que son el mismo paraíso?

¡Pues yo! Es el jodido mejor amigo de mi prometido.

Prometido al que le importas muy poco y que ama a alguien más.

Tienes un punto, lo admito. Y sí, a Ian le daba igual todo. No recuerdo que en algún momento se mostrase interesado en mí o en la boda o siquiera en intentar conocerme un poquitín mas. ¡Joder con todo! No puedo evitar suspirar de manera sonora y frustrada, así me sentía en este momento. Vamos, tenía la opción -como dijo Connor- de mandar a por culo a todos, de desistir de la boda, de elegir lo que yo quería para mí y de dejar que mi madre continuase mandando en mi vida. ¿Pero soy lo suficientemente valiente para hacer todo eso, sabiendo que la felicidad de Nick dependía de que me casase? Pues no, no lo era, más bien soy una cobarde de mierda, que prefería seguir a la sombra de su madre y ver como su felicidad se alejaba si con ello su hermano si lo era.

Pero -y he aquí uno de esos malos- Nick no era feliz, aún si me sacrificaba por ello. El chico que él ama, no luchaba por lo suyo, más bien prefería que su relación siguiera en secreto. Y eso estaba destrozando a mi hermano. 

¿Acaso nada podía ser fácil para Nick  y para mí? Por supuesto que no.

Antes de  que mis pensamientos continuasen torturándome, el auto estaciono frente a un elegante restaurante. Ethan no demoró en bajar y abrir la puerta del copiloto para mí. Entramos en el establecimiento, donde una elegante mujer salió a recibirnos.

—Buenas noches, joven Blaire. ¿Quiere la mesa de siempre? 

—Sí, eso sería estupendo —asiente mi acompañante.

Sin demora alguna nos hace una seña para que la sigamos y nos lleva hacia donde tendremos nuestra cena. Por fuera se veía elegante, pues por dentro lo era el doble. Eloise estaría encantada de comer allí, mientras que yo sería muy feliz con una grasienta hamburguesa de McDonald, sí, soy muy simple de complacer. Una vez estuvimos en nuestra mesa, Ethan me ayudó a acomodarme.

La caballerosidad es lo suyo. 



#5107 en Novela romántica
#2021 en Otros
#526 en Humor

En el texto hay: amorprohibido, matrimonio arreglado, chantaje

Editado: 21.04.2022

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.