Recordando aquella conversación ,el tiempo se me pasó volando y me encontraba subiendo las escaleras junto a la Reina y detrás mío la niñera con mi pequeña. Entrábamos a misa.
Un muchacho empezó a gritar que se veían caballos y carrozas llegando.
- Donde has visto eso muchacho? Preguntó la Reina
- En la colina Alteza y deben estar al caer
Nos marchamos todos corriendo hacia las escaleras de casa,no sin antes coger a mi hija en brazos. Como ya comenté, de mi hija me encargaba yo,pero había veces que no podía y la dejaba al cuidado de su niñera.
Las puertas de la muralla que separaba el pueblo de mi casa se abren.
Muchos caballos junto a 4 carrozas entraban. La Reina susurró el nombre de su marido y al escucharla me fijé en el escudo. Era el Rey
Conforme se acercaban, distinguimos una carroza negra. Esas carrozas se utilizaban cuando se transportaba a algún familiar de la realeza. Eso quiere decir que Jorge o Duncan habían fallecido.
Ante nosotros llegó el Rey y Duncan, y me sentí muy aliviada. Una vez que vi a Duncan vivo busqué a Connor. Cada momento que pasaba sin verlo, abrazaba a mi hija más fuerte sin escuchar ningún quejido de su parte.
Me acerqué al Rey sin hacer ninguna reverencia y pregunté por mi marido mientras este me abrazaba a mi y a mi hija.
- Beth,nos prestas tu casa durante un tiempo, preguntó
- Si Alteza pero donde se encuentra el Duque?
- Los harán pasar ahora.
Pasé al salón de casa del brazo del Rey, detrás de la Reina que iba junto a Duncan delante.
Nos sentamos en el sofá y nosotras dos mirábamos al Rey y a Duncan esperando respuestas.
- Tengo muy malas noticias,dijo el Rey. Tu marido Beth, no se va a salvar. Lo único que le mantiene con vida es ver a vuestra preciosa hija. Nosotros cariño, le dijo a la Reina, hemos perdido a un hijo
Nunca olvidaré el dolor reflejado en su rostro y los gritos de agonía cuando pasaron el cuerpo sin vida de Jorge.
Connor iba en una camilla ,igual que Jorge, pero con las pocas fuerzas que le quedaban, pidió morir en su cama.
Mi hija y yo nos fuimos detrás, a su habitación, el lecho que compartimos durante poco tiempo.
- Mira tu hija Connor, le dije mientras la sentaba a su lado en la cama.
Las heridas que tenía estaban infectadas y mi horror fue darme cuenta de que le faltaba una pierna y la herida estába cubierta de push, debido a la infección. Le toqué la frente y tenía fiebre.
- Pa pa, dijo mi hija mientras se acercaba a él.
- Connor, es Sofía, tu hija y la miró.
Sus ojos se llenaron de lágrimas, pero le habló a nuestra pequeña
- Si belleza, soy tu papá. Perdóname cariño pero pronto me marcharé.
Sus lágrimas no fuernos las únicas, yo también estaba llorando. Era un momento muy duro, era la primera y la última vez que iba a ver a Sofía.
-Se llama Sofía, te gusta?
- Me encanta Beth. Terminó de decir eso y miró detrás, Duncan adelante. Quería hablar con los dos, me aclaró a mi.
- Preciosa hija tienes Connor
- Si, pero la cuidarás tu. Tengo un último deseo.
- Que puedo hacer para aliviar tu dolor Connor, pregunté?
- Beth, eso no tiene solución. Quiero que me hagas una promesa. Primo, quiero que te cases con Beth, ella es la mujer que amas y cuida de mi hija.