Elizabeth

19

-Tonterias, dijo Duncan,la gente que hay en el castillo es de confianza. Nadie te hará daño Beth, ni a ti ni al niño.
- Estaremos bien María? pregunté sin hacerle caso a Duncan.
- No lo puedo ver Elizabeth,y eso es por que tu futuro es incierto. Cuando os di el frasco sabía que si pero ahora mismo no lo sé.
- Basta, gritó Duncan asustando a Sofía. Nos vamos Beth, ya está bien de que esta mujer te meta cosas raras en la cabeza.

Intenté razonar con Duncan pero me era imposible y para no escucharlo más decidí marcharnos,haciendome una promesa en mi cabeza de que volvería a hablar con María.
En ese momento ella me miró y asintió como si supiera en lo que estaba pensando.

Cuando llegamos a casa, dejé a Sofía dormir en su habitación y me fui a hacer lo mismo en la mía. Duncan se volvió a encerrar en el despacho junto a su padre.

" Elizabeth Ten mucho cuidado con las personas que te rodean. Entre el vestido de Sofía encontrarás un frasco que si lo bebés antes de dar a luz, con la primera contracción te salvarás. Esconderlo y no se lo digas a nadie hasta ese momento, si haces todo lo contrario lo romperán.
Nos volveremos a ver cuando te pongas de parto. Tu promesa la cumpliremos no te preocupes."

María apareció en mis sueños dejándome tranquila. A la mañana siguiente guardaría el frasco entre mi ropa, donde nadie buscaría.

 

 

Pasaron 5 meses desde entonces y yo no podía moverme casi debido al vientre hinchado y al peso. La espalda me dolía mucho.
Aún así decidí acompañar a Duncan y sus padres a la corte.
Mi marido sería nombrado heredero y es un momento muy importante para el.
No tardamos nada más que un día , es decir que por la mañana salimos y llegamos a la corte antes de cenar. Según veía las cosas,iba recordando todos los momentos que pasé ahí,de toda mi niñez y mi juventud

- Tenemos visita,dijo la Reina.
Al lado suyo se encontraba mi eterna rival, aquella mujer que se quería casar con Connor y terminó con un pobre anciano que al poco tiempo murió.

- Elizabeth, cuanto tiempo. Veo que volverás a ser madre.
- Si Marián, volveré a tener un bebé.
- Connor y tú no perdéis el tiempo.
- Que te trae por aquí Marián? pregunté haciendo caso omiso a su afirmación.
- Quería ver a Duncan, hace tiempo que no nos encontramos.

La Reina y yo nos quedamos en silencio debido al asombro,mientras ella seguia hablando de sus encuentros con Duncan, en una posada mientras ella seguía casada.

-Veo que ya conoces a mi esposa Marián, dijo Duncan mientras se inclinaba y le besaba la mano.
- A tu esposa? Aquí solo está tu madre y Elizabeth.
- Elizabeth es mi esposa, le contestó el molesto
- Y Connor?
- Está muerto Marián. Murió hace dos años.
 

Ella se quedó asombrada tras la noticia de mi matrimonio con Duncan, aunque una sonrisa maléfica le cruzo por la cara, pero la supo disimular.
Si, pensé le has contado a la madre de Duncan y a su mujer tus tórridos encuentros. Decidí cenar en mi habitación, el viajé me cansó demasiado.

- No le dijiste a Marian que eres mi esposa? Me preguntó Duncan al entrar en la habitación
- Hola Beth, que tal estás? Dije irónicamente.
- Déjate de tonterías y contesta
- No, no nos dio tiempo a decírselo. Estaba muy contenta contándonos vuestros encuentros en Posadas. Cuando os hacíais pasar por un matrimonio mientras su marido la esperaba en su casa.
- No, no puedo creer que os haya contado eso.
- Es tuyo su hijo Duncan?
-No, no creo.
- Como que no lo crees?
- No lo sé Beth, no lo sé.
- Pues cuando me digas si lo es o no volveremos a dormir juntos. Hasta entonces, ten por seguro que no volveremos a dormir en la misma cama.

Me marché a la habitación de mi hija, me tumbé en la cama que había intentando dormir.



#5475 en Novela romántica
#2213 en Otros
#365 en Novela histórica

En el texto hay: highlands, elizabeth, duncan

Editado: 25.09.2018

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.