Cuando llegó la noche y baje a cenar junto a mi familia para celebrar el cumpleaños del pequeño, había un gran revuelo.
-Que pasa fuera Ana? pregunté a una doncella
-Señora, como se le olvida informarnos de que vuelve el Señor? y se marchó corriendo
Me asomé a las escaleras de la casa y Duncan venía cabalgando junto a sus padres y Marian. Me quedé ahí sin poder moverme. Detrás mio estaban mis padres.
-Hija, cuanto tiempo! dijo el Rey. Cada día estás más bella.
-Gracias, pasad por favor
-Beth, cariño cuanto te eché de menos.
Duncan se acercó a mi esperando recibir un beso y un abrazo.
-No parece, le contesté. Lady Marian, veo que sigue acompañando a mi marido, le dije sonriendo maliciosamente.
-Beth, compórtate es una invitada. Me llamó la atención Duncan
-Bienvenida.
Entré dentro y me senté en la mesa junto a mis padres y mis hijos. Renuncié sentarme en la silla que me correspondía, junto a Duncan. La cena transcurrió bien, Marian comentaba todos aquellos viajes en los que había acompañado a Duncan. En un momento de silencio, aproveché para informarle a mi padre que me marchaba junto a ellos.
-Te vuelves a marchar?
-Si Duncan, visto lo visto, solo me quisiste para darte un heredero, así que ya está. Pero te informo de que voy a llevar a mi hijo conmigo siempre hasta que empiece su educación. Estaremos en casa de mis padres.
-Beth, eso no es verdad. He deseado casarme contigo por que te quiero.
-Eso es lo que demuestras. Perdóname pero subo a darles un beso de buenas noches a los niños.
-Espera, voy contigo.
-Pero Duncan, no has terminado de cenar, dijo Marian
-Marian, me da igual cenar cuando llevo un año sin poder estar con mi mujer y mis hijos.
Me siguió por los pasillos hasta la que fue nuestra habitación.
-Veo que sigues durmiendo aquí en nuestra cama.
-Te equivocas, ni duermo aquí ni hay un " nuestra cama"
Pasé a la habitación de la duquesa donde tenía una cuna en cada lado de la cama.
-Duermo aquí, junto a ellos. Intenta no despertarlos, le dije y me marché. Me fui a la biblioteca a leer mientras Duncan estaba con nuestros hijos.
-Te eché de menos, dijo sorprendiéndome,
-Duncan, por favor déjalo ya.
-No, no puedo. Te soñé todas las noches. Pensé en el tiempo que llevaba sin verte. Beth, hay alguna forma de que me perdones?
-Quizás con el tiempo
-Pero si te vuelves a marchar, ahora que vengo a quedarme.
-Hay muchas coas que no están claras. Tengo la impresión de que si me quedo será peor.
Duncan se acercó y se arrodilló frente mio y me pidió quedarme.
-Vale, me quedo.
-No, tu debes marcharte junto a tus mocosos, gritó Marian que salía de su escondite.
-Que dices Marian? Por que se debe marchar?
-Por que tu eres mio Duncan!!
-Marian, lo que tu y yo tuvimos una vez se terminó antes de casarme.
-Por que quisiste, pero yo podría ser mejor que ella.
Duncan se dio cuenta de que ella enloqueció.
-Marian, voy a despedirme de Beth, y cuando ella se marche tu y yo seguiremos hablando.
Me alejó de ella, hacia la puerta. La abrió y me dijo que fuera a buscar ayuda. Salí corriendo y encontré al Rey.
-Ayuda, Duncan necesita ayuda.
Volví a echar a correr pero esta vez me seguían los guardias.