-No sabes todo lo que hice para poder estar contigo. Te engañé diciendo que ese niño maldito es tuyo,haciéndole yo misma la marca que tienes de una quemadura.Envenené a esa zorra para quitármela de medio y así me aseguraba de que no diera a luz. Todo eso para estar contigo y veo que le ruegas quedarse. Que se vaya mi amor,que se marche. Así volveremos a pasar todas las noches juntos como lo hicimos hasta hoy.
Todo esto, dicho por Marian lo escuchamos todos.. Me sorprendió la locura de una persona pero a lo que más importancia le daba era a lo último que dijo.
-Duncan, todo este año ella fue tu amante?
-Beth, hablaremos luego.
-Ya me has contestado a mi pregunta. No hay nada más de que hablar.
Fui a la habitación donde pasaba la noche en vela cuidando de mis pequeños. Intenté calmarlos ya que estaban llorando.
-Ana, haz mi maleta y la de los niños. Nos marchamos esta noche.
-Ana no, hija debo hablar contigo. Hay cosas que te debo confesar. dijo mi madre.
Tranquilice a los niños y cuando los tenía ya durmiendo me senté junto a la chimenea con mi madre.
-Se como te sientes cariño. Se lo que es estar enamorada y que te fallen. Pero tienes unos hijos preciosos que deben estar con sus padres.
-Mamá perdóname pero no tienes ni idea de como me siento.
-Hija, cuando estaba embarazada de ti,estaba muy débil y no era capaz de satisfacer las necesidades de tu padre. Cuando tenías unos pocos meses, llegó una mujer a casa. Tu padre la había dejado embarazada.Ella fue su amante y tu tienes un hermanastro. Por lo tanto se lo que sientes cariño.
-Mamá que hago? Le quiero y pensé que le perdería, que nunca volvería a estar junto a el.
-Mi consejo hija es que le perdones cuando tu corazón sea capaz de hacerlo, pero que nunca, nunca abandones tu sitio.
-Te haré caso mamá, me quedo, pero te ruego, quedaros conmigo.
-Hija, llevamos más de un año sin ir a nuestra casa, pero nos marcharemos la semana que viene.
Sonreí, mis padres se quedarían una semana más, aunque era para asegurarse de que las cosas funcionaban bien aquí. También se acercó Maria, ella siempre venía un día a casa a ver a los niños y jugaba mucho tiempo con Sofia y Jorge.
Tal y como nos hicieron saber, ella se encontraba aquí. Bajamos a recibirla y la encontramos hablando con Duncan.
-Me parece vergonzoso lo que has hecho.Creo que no te han educado así y veo normal que Elizabeth se quiera marchar.
-Mira quien me reniega,la que fue amante del Rey, de mi padre y la mujer que me abandonó.
María le pegó en la cara con todas sus fuerzas.
-Si te abandoné era para darte un futuro mejor niño.Gracias a mi abandono serás algún día el Rey.
-Voy a ordenar que te encierren junto a la loca de Marian, le contestó Duncan.
-No vas a ordenar nada, intervine. Maria viene a ver a tus hijos cada semana y la quieren con locura. Por lo tanto mientras yo esté aquí ella será libre. Ve con mi madre, le dije a Maria.
-Poca libertad le queda, hasta que tu te vayas.
-No, esta es mi casa y de mis hijos. No me marcharé por que tu decidiste hacernos una visita.
-Vengo a quedarme Beth.
-Eso ya lo veremos y Duncan, para ti soy Elizabeth.
Fui al despacho donde estaban todos reunidos, todavía me quedaba hablar con dos personas más.
-Elizabeth,cariño,ven. Siéntate junto a mi y cuéntame que tal, dijo la Reina al verme entrar.
-Lo siento Alteza pero solo vengo a decirles lo decepcionada que estoy. Sabéis lo mucho que quería a vuestro hijo y en ningún momento me informasteis de lo que pasaba. Maria, quédate aquí si quieres esta noche.