Elizabeth

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-Cuantos años tienes bonito? pregunté a un niño rubio.

-5 años. Mi madre dice que soy todo un hombrecito.

-Si, es verdad cariño, eres todo un hombrecito grande y fuerte le dije.

-Elizabeth, vamos a ver las instalaciones, dijo Duncan.

-Princesa, tengo la impresión de que echa de menos a sus hijos.

-Si, mis hijos ahora mismo están con mis padres.

-So Encarnación, rogamos nos disculpe pero tenemos otra visita al hospital. Nos podríamos apurar un poco?

-Claro que si Alteza. Perdonen.

 

 

Terminamos la visita en la escuela. Necesitaba unos pequeños arreglos. Nos marchamos al hospital donde no encontramos otra cosa que dolor. Padres y madres desesperados, rezando por la salvación de sus hijos. No pude aguantar y alguna lágrima salió de mis ojos junto a un sollozo.

-Perdonen, podrían dejarnos pasar a alguna sala?Necesito hablar con mi esposa.

El médico nos llevo a una sala apartada y entramos.

-Vale ya Elizabeth, en la escuela hablas de tus hijos y aquí lloras. Serás la futura Reina y débil no sirves.

-No te preocupes más Duncan. Poco a poco terminareis con la Elizabeth débil. Nos podemos marchar?

 

 

Continuamos con la visita y llegamos a la corte al atardecer. En el salón se encontraban los Reyes junto a los Duques de Marshwell. Estaban invitados a cenar. Nos sentamos todos juntos y la conversación fue muy amena, hablamos de todo. La duquesa era más o menos de mi edad, morena y unos ojos verdes.

Al terminar la cena, las mujeres nos fuimos a un salón para tomar el té y los hombres a otro para hablar de negocios y sus cosas.

-Princesa, se comenta que su marido y usted se quieren mucho y que están echos el uno para el otro.

-Si, eso dicen.

-Elizabeth es muy modesta y defiende mucho su intimidad. Perdonadla Duquesa pero no le gusta hablar de su vida matrimonial.

Dijo la Reina mirándome a mi mientras.

-No se preocupe Alteza, la que debería pedir disculpas soy yo.

 

La charla pasó de mi vida a vestidos, cotilleos, hasta que el Duque decidió dar por finalizada la velada. Mañana partirían en su viaje de luna de miel y deberían descansar. La Duquesa prometió invitarme a un té a su vuelta.

 

-Elizabeth, procura contestar de mejor manera la próxima vez.

Me comentó la Reina una vez se marcharon los invitados.

-Entendido.

-Que ha pasado madre?

-Nada Duncan, tu mujer dió a entender que no os quereís.

-Eso es mentira Elizabeth, nos queremos.

-Lo dudo Duncan. Lo dudo. Con vuestro permiso me marcho a descansar.

 

 

Subiendo las escaleras escuche la conversación que Duncan tenía con su madre.

-No se que más puedo hacer madre. La estoy perdiendo.

-Te he dado todos los consejos que pude hijo. Contándole la verdad será la única manera.

-Que verdad Duncan? Pregunté sofocada. Había bajado las escaleras corriendo.

-Es de mala educación escuchar conversaciones ajenas.

-La verdad Duncan, la verdad.

-Mi hijo no se acostó con Marian. Iba demasiado borracho. No podía abandonar la Corte y decidió ahogar sus penas en el alcohol. Marian muy astuta se hizo pasar por ti. Lo intentó todas las noches que el estaba borracho, pero no pudo. Me la encontré más de una vez en la habitación desnudándose y el durmiendo la borrachera.



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En el texto hay: highlands, elizabeth, duncan

Editado: 25.09.2018

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