Elizabeth

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-Por que no me contasteis la verdad?

-Por vergüenza, contestó Duncan. Me daba vergüenza reconocer que confundí a otra contigo. Lo siento.

-Aunque es vergonzoso no reconocer una copia barata de tu mujer por lo menos no hubo infidelidad. La próxima vez te castro Duncan.

-No habrá una próxima vez Beth cariño.

-Veremos.

-Eso significa que ya se han terminado las peleas?

-Eso creo madre, o no Beth?

-Han terminado las peleas Duncan, dije. Pero no es fácil olvidar que todo este tiempo me estuviste mintiendo.

-Al diablo Beth, ya no se como acertar contigo.

-Contándome la verdad siempre. Sin mentiras Duncan, sin mentiras. Con vuestro permiso me retiraré a descansar.

 

Me senté en la mesa y decidí escribirle una carta a mis padres. Quería saber como estaban mis pequeños.

" Padres

Os escribo para deciros que Duncan no me engaño. La Reina llegó a tiempo, pero aún así la situación no ha cambiado mucho. Os quería preguntar como están mis pequeños. Que hacen todos los días? Y vosotros?

Os echo tanto de menos

Vuestra hija Elizabeth"

 

Mañana la enviaría,hoy estaba tan cansada que decidí ir a la cama y caer en los brazos de Morfeo.

 

Por la mañana me despertaron las doncellas con la tina con agua caliente y preparando un vestido para salir. Después bajé a desayunar.

-Buenos dias princesa, hoy iremos a misa junto a mis padres.

-Que dia es? pregunté

-Es viernes cielo, pero es un día especial. Es el Santo de mi madre.

-Muy bien Duncan. Podrías dejar de decirme cariño?

-Y como quieres que te diga?

-Elizabeth y por favor, me gustaría tomar el desayuno en silencio.

 

Así fue. Tomamos el desayuno en silencio y fuimos a la Iglesia. A la vuelta pregunté cuando podría ver a mis hijos, les echaba de menos.

-Por ahora están bien con tus padres Elizabeth. Tu debes hacer tantas cosas que no los verías despiertos.

-Duncan, no estoy de acuerdo con tu madre, quiero ver a mis hijos por favor.

-Beth, mi madre tiene razón. Tenemos muchas cosas que hacer y no podemos ocuparnos de ellos.

-Quiero ver a mis hijos.

-Elizabeth, deja de ser una niña malcriada.

-No soy una niña malcriada Majestad, soy una madre que echa de menos a sus hijos.

-No voy a seguir discutiendo. Tendrás que esperar para verlos.

 

Miré a Duncan pero estaba distraído mirando por la ventana. Pensé en una reconciliación y así podría tener antes de regreso a mis hijos. Llegamos al palacio y nos informaron de que el Rey estaba indispuesto.Solicitó que nadie le molestara.

-Cariño, que tal si nos vamos a descansar, le dije a Duncan sonriendo.

 

Antes de darme cuenta estaba en sus brazos subiendo las escaleras que llegaban a nuestra habitación. Decidimos salir de ahí al día siguiente cuando la Reina nos hizo llamar.

El Rey se encontraba con el médico. No le daban muchas esperanzas de vida. Según el doctor, tenía una hemorragia interna y lo único que podríamos hacer era esperar a que llegue la hora.

Cuando estaba anocheciendo, la Reina, vestida de negro nos informó de que el Rey murió.



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En el texto hay: highlands, elizabeth, duncan

Editado: 25.09.2018

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