Ella era fea 2

Y cuando cae la noche

—Ah… Está muy hermoso… —decían las chicas mientras observaban el anillo de compromiso de Keidys.

—A mí nunca me van a dar un detalle así, qué envidia Keidys… —soltó Alejandra mientras le daba un abrazo a la joven.

—Oye, nosotras te tenemos que ayudar a escoger el vestido de bodas —dijo Claudia.

—¡Keidys se va a casar! —gritó Gera y las demás la siguieron.

—¡Amiga!, ¡qué emocionante…! —soltó Alejandra.

—Oye, Claudia, pero tú también te vas a casar ¿no? —dijo Keidys.

—Ah… Sí, pero solo es un plan, no tengo anillo aún, lo estamos planeando todavía —explicó.

—¡Dios…! ¡Tengo una idea, AH…! —gritó Keidys e hizo que algunos de los invitados voltearan a ver.

—Cuando las mujeres empiezan a hablar entre ellas —masculló Santiago sentado en una mesa junto a los demás hombres.

—Parecen cotorras —se burló el señor Sandoval.

Todas quedaron en silencio, hasta la señora Gonzales y Tatiana que acababan de llegar hasta donde estaban las chicas.

—¿Hacer una sola boda? —inquirió Claudia pasmada.

—Sí, nos casamos juntas ¡¿no sería genial?! ¡Las dos entrando con los vestidos blancos, Mateo y Josef esperándonos al final de la iglesia! —Keidys dio pequeños brincos de la emoción.

—¡Eso sería tan genial, sí…! —gritó Claudia y las demás soltaron gritos.

Mateo y Josef no dejaban de observar al grupo de mujeres que estaban cerca de la piscina.

—¿Qué están planeando? —inquirió Mateo.

—No lo sé, pero algo me dice que es una de sus locuras —dijo Josef mientras tomaba un poco de coctel.

—Oye, ¿ya le compraste el anillo a Claudia? —preguntó Tomás al lado de Mateo, este empezó a ahogarse con la bebida que tenía en su boca.

—Alguien está en problemas —se burló Santiago llegando a la mesa, se sentó frente a Mateo—. Ahora que Claudia vio el semejante detalle que le dio Josef a Keidys, esa manera tan cursi de pedirle matrimonio… Claudia se va a sentir mal al ver que ella también se va a casar y nunca le dieron un anillo o le hicieron la propuesta de una manera especial, como esta.

Mateo quedó pensante mientras sus ojos estaban clavados en las copas sobre la mesa vestida con el mantel blanco.

—Yo te puedo ayudar a organizar algo para Claudia, es cierto, ella, aunque no lo demuestre se va a sentir un tanto afligida, no es justo, se merece algo lindo ¿no crees? —dijo Josef.

—Es cierto, no había caído en cuenta sobre ese error, ya saben, soy muy lento con estas cosas —Mateo desordenó un poco su cabello con su mano derecha mientras soltaba pequeñas carcajadas.

—En el balcón de tu casa hay una hermosa vista de la ciudad en la noche, además que es bastante grande, podemos preparar una cena romántica con velas allí, decorar las barandas con luces y también unas rosas rojas en el centro de la mesa, ah… y la canción favorita de Claudia cuando ella haga la entrada —dijo Santiago. Todos quedaron sorprendidos.

—Wow… Eso sería perfecto —vociferó Mateo.

—Oye… Eres muy bueno para estas cosas —Tomás le dio dos palmadas a la espalda de Santiago.

—Eso es lo bueno de tener un amigo gay —dijo Gabriel tomando una copa de coctel al lado de Santiago.

—No soy gay —contradijo Santiago bastante serio.

—¿En serio? —inquirió Tomás sorprendido— yo juraba que sí…

—¿Por qué todos me preguntan lo mismo? —se quejó Santiago, los hombres allí presentes se empezaron a mirar unos a otros.

—Es que siempre estás trabajando en la empresa junto con muchas modelos, todos estos años que he trabajado contigo… Siempre creí que eras gay, ellas dicen que eres su mejor amiga —explicó Gabriel.

—¿Quién te dijo eso? —inquirió Santiago con su orgullo herido.

—Ah… Una vez escuché a Marisol hablando con las modelos mientras estaban en la sesión de fotos —respondió Gabriel viendo que había cometido un gran error. Reparó a sus amigos que le hacían señas para que dejara de hablar.

Keidys, Alejandra, Claudia, Gera, la señora Gonzales, Tatiana y Sofía estaban sentadas en dos mesas pegadas llena de mucha comida hablando sobre la boda compartida.

—Como debemos organizarla antes de que se les note más la barriga creo que sería bueno algo sencillo, podría ser frente a la playa —recomendó la señora Gonzales.

—¡Me encanta la idea! —gritó al unísono Keidys y Claudia, después se miraron y soltaron una carcajada.

—Siempre quise una boda frente a la playa, la cabaña, allí sería perfecto, nosotros siempre íbamos de vacaciones, tenemos buenos recuerdos allí, ¿no crees? —Keidys miró a Claudia quien aceptó con un movimiento de cabeza.

—Oh… Que los vestidos tengan encaje, y que las damas de honor tengan un vestido azul claro —agregó Gera emocionada.

—¡Sí! —gritó Alejandra—, los novios pueden estar vestidos de blanco.

—Esa idea me gusta, que Josef y Mateo estén con traje blanco —aceptó Keidys.




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