Ella era fea

Capítulo 20: beso bajo las estrellas

Alejandra parpadeó dos veces y reaccionó al observar que ya no estaba sola.

—Disculpa, no te había visto —dijo mientas terminaba de limpiar sus lágrimas. 

—No, no te disculpes, soy yo quien debería hacerlo. Es que te vi... y quise hablarte, aunque no sabía que necesitabas estar sola.

—Ah… Bueno —soltó Alejandra un tanto fastidiada con el momento incómodo. 

Gabriel iba a hablar cuando sonó el celular de Alejandra, ella lo sacó de su bolso y vio en la pantalla algo que la alegró en gran manera, contestó y empezó a caminar lejos del muchacho.

Gabriel se sintió absurdo en ese momento. Era la primera vez que le pasaba algo así, por cosas como esas es que no se le acercaba a extraños.

 

Keidys estaba sentada en el piano mientras Josef la observaba de lejos, Mateo estaba concentrado jugando con la hermana de Josef (Sofía).  El momento no podía ser mejor, Keidys trataba de tocar el piano y su hermano se burlaba de ella por lo mal que lo hacía, en realidad era un desastre.

—Entonces, hazlo tú.  Don señor sabiondo —Keidys se levantó y su hermano se sentó. 

—Mira y aprende —tronó sus dedos y empezó a decir "tan, tan, tan...", algo que asustó a todos ya que había completo silencio.

—Basta, no sabes tocar —regañó Keidys y empezó a luchar con su hermano por el piano.

—¿Por qué tienen un piano en la casa si ninguno de los dos lo sabe tocar? —preguntó Josef.

—Mi papá lo sabe tocar y cuando llega es su pasatiempo favorito —explicó Keidys.

—Ah... —Josef desplegó una gran sonrisa.

—Yo toco la guitarra —dijo Mateo.

—No tenemos guitarra —contestó Keidys e hizo un puchero.

—Esto está aburrido, debemos hacer algo mejor —sugirió Josef.

—Vamos a hacer llamadas y preguntar si venden pollo —dijo Mateo con una gran sonrisa.

—¿Si venden pollo? —Keidys ladeó un poco su cabeza.

 

—Buenas señor... ¿allá venden pollo? —preguntó el hermano de Keidys con una voz de ñato. Dejó el teléfono en la mesa y miró a todos—, me mandó a comer mierda.

Todos soltaron las carcajadas.

—Vaya y busque oficio, deje de molestar ¿no se cansa?  —dijo una señora por el teléfono.

—Oiga, pero es que mi abuela cumple años y a ella le gusta el pollo y me dijeron que aquí puedo conseguirlo —insistió Keidys.

Al rato tocaron a la puerta y todos corrieron a esconderse debajo de una mesa, la empleada fue a abrir y se encontró con una señora que traía consigo un palo.

—¡Voy a llamar a la policía!  —gritaba la empleada.

—¡¿Cuál pollo?! ¡Le voy a dar su pollo! —decía la señora.

En aquel momento llegó la madre de Keidys con su esposo.

—¿Qué está sucediendo aquí? —preguntó el señor Gonzáles.

—¿Usted era el del pollo? —inquirió la anciana.

—¿De qué pollo está hablando?  —preguntó la madre de Keidys a la empleada.

—No sé, ella vino con el palo hablando del pollo —explicó la empleada.

En ese momento los padres de Keidys entendieron quiénes fueron los de la burla. Le pidieron disculpas a la señora y le quitaron el palo, al parecer no estaba muy en sus cabales.

 

Keidys estaba sentada al lado de Josef, su padre se encontraba analizando la situación junto a su esposa.

—Soy amigo de tu abuelo, tenemos una asociación de veinte años —explicó el señor González.

—Entonces, es bueno para ustedes el que yo sea novia del heredero ¿no? —dijo Keidys con el corazón latiendo fuertemente.

—Hija, aquí no debe intervenir el dinero, es tu felicidad y él te hace feliz, puedes estar junto a él —explicó la señora González.

—Gracias mamá, en realidad, soy muy feliz al lado de Josef. Espero que todo salga bien —dijo Keidys.

—Cuéntame, Josef, ¿qué piensas hacer cuando termines el colegio? —preguntó el señor González con voz gruesa.

—Estudiar en la universidad, señor —contestó Josef.

—¿Y qué quieres estudiar? —preguntó el señor González.

—Medicina, quiero ser doctor.

—¿Y por qué medicina?

—Mi madre está enferma y eso me impulsó a querer irme por el camino de la medicina.

—¿Y qué pasará con las empresas de tu familia?

—Mi mamá está de acuerdo con que yo estudie medicina, quien heredará las empresas será mi hermana —explicó Josef.

Keidys se sorprendió al saber aquella parte de la vida de Josef, una que era bastante triste. Seguramente el chico la tenía muy difícil al tener una responsabilidad de esa magnitud, sería muy complicado esperar a que su hermana menor creciera, lo más lógico es que él tomara el mando, era el primogénito; debía ser quien heredara la fortuna Sandoval.




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