Ella era fea

Capítulo 33: El silencio que hay en mí

Tomás estaba en el salón de clases y a lo lejos veía a Alejandra, quería acercarse y pedirle disculpas por lo que había sucedido, pero ella se había comportado muy extraña la noche anterior y esa mañana lo ignoró por completo cuando llegó a clases.

—¿Nada que te responde Josef? —preguntó Alejandra a Keidys sentada a su lado en el salón de clases.

—No... él siempre responde mis llamadas, no estamos enojados o algo por el estilo —explicó Keidys.

—Y Josef no es de los que faltan a clases por que sí, además, no le gusta preocupar a las personas y mucho menos si eres tú —dijo Alejandra.

—¿Qué habrá pasado? —inquirió Keidys preocupada.

—¿Será que su madre se complicó? —preguntó Alejandra.

—Ay ojalá que no —Keidys se empezó a preocupar mucho. Quería salir corriendo en ese momento a la casa de Josef, venían muchas películas a su mente de lo que había pasado. Tenía un presentimiento muy feo que le decía que había un gran problema que se avecinaba para ella.

—Cuando salgamos de clases vamos a la casa de Josef —dijo Alejandra.

—Ay sí amiga, estoy muy preocupada... —Keidys trató de calmarse.

Keidys y Alejandra a la salida de clases llegaron a la casa, pero Josef no estaba:

—La señora se desmayó y la llevaron al hospital —explicó una empleada.

Llegaron al hospital con mucha preocupación, Josef debía estar muy mal en aquellos momentos, la mente de Keidys estaba vuelta un torbellino, su novio tenía muchos problemas encima y le asustaba la situación en la que debía encontrarse el muchacho.

A lo lejos vieron a Josef con un señor. Alejandra al ver a aquel hombre frenó a Keidys:

—Ay, ese es el abuelo de Josef, ese señor no es que sea muy buena persona —dijo Alejandra.

—¿Qué? —preguntó Keidys.

—Sí... Ten cuidado con ese señor ahora que lleguemos a él, es mejor que no le hagas preguntas, te recomiendo que lo saludes y ya, es un amargado de primera —explicó Alejandra.

Llegaron a donde estaba Josef con su abuelo:

—Buenas tardes —saludaron las chicas al señor Sandoval.

—Hola... —saludó Keidys a Josef.

En aquel momento la joven se dio cuenta que el chico estaba bastante extraño:

—Me enteré sobre lo que le sucedió a tu madre ¿cómo estás? —dijo Keidys a su novio.

—Hijo ¿no me vas a presentar a tu amiga? —preguntó su abuelo.

—Abuelo ella es Keidys, mi novia —dijo Josef.

—Tu novia... —el señor reparó de arriba a abajo a la muchacha— ¿no eres la que sale en televisión?

—Sí, señor —respondió Keidys.

—Eres modelo —soltó el abuelo de Josef.

—Así es... —Keidys se dio cuenta que aquel hombre no le había parecido bueno el que ella estuviera al lado de su nieto.

Llevó su mirada a Josef quien no se veía a gusto con la situación:

—¿Podemos hablar un momento? —preguntó Keidys a Josef.

Estaban sentados en una banca en la sala de espera:

—¿Qué sucede Josef? Estás muy extraño, sé que tu madre está mal y eso a mí también me preocupa, te entiendo. Pero te siento muy cambiado, como si algo entre los dos estuviera mal, sabes que puedes contar conmigo para lo que sea, ¿es tu abuelo? ¿Te preocupa que no acepte nuestra relación?

—Keidys... —dijo Josef, llevó su mirada a la joven, la pobre se notaba que estaba muy asustada y eso le rompía el corazón— ¿me puedes dar un tiempo para pensar mejor las cosas?

—¿Pensar qué? ¿Qué sucede Josef? No estoy entendiendo nada, ayer estábamos muy bien ¿qué hice mal?

—Ya te diste cuenta que tengo muchos problemas y necesito resolverlos, me siento muy mal por tenerte que alejar por unos días, pero es que la situación me lo pide. Por algunos días no voy a ir al colegio, mandaré un informe para que los profesores sepan de mi situación —explicó Josef.

—Josef... —susurró Keidys mientras sentía que en su garganta se hacía un nudo— por favor... si me dices lo que está pasando yo te puedo ayudar, pero por favor no me apartes de ti, sabes que yo te amo y... —a su mente llegó lo que habían hablado en la playa— ¿es porque yo me voy a ir del país? ¿Es por eso?

—Claro que no... Keidys por favor, ayúdame a que las cosas sean más fáciles, solo serán unos días, yo voy a resolver todo y podremos estar como siempre. Tú no me has hecho nada, no te preocupes —explicó Josef. La abrazó, ella quería llorar, el joven podía sentir toda la tristeza que empezaba a cargar su novia.

"¿Cómo soy capaz de hacerte esto?" pensó el muchacho.

Keidys lo sabía, Josef estaba pensando dejar su relación allí, lo que más le dolía era que su novio no confiaba en ella lo suficiente como para ser sincero y contarle todos los problemas que estaba teniendo, ella lo podía ayudar, eran una pareja y si querían que lo suyo perdurara tenían que tenerse confianza.

Keidys iba en el auto observando por la ventana el paisaje urbano:




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.